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Precios (des)cuidados: difíciles de encontrar o pasan desapercibidos

Los supermercados adheridos al programa de control de precios del Gobierno exhiben un listado, pero en las góndolas no destacan los productos. Los consumidores saben que existe la iniciativa pero apuestan a navegar entre las estanterías buscando el menor costo.

El programa Precios Cuidados continúa en pie aunque pareciese pasar desapercibido al interior de los grandes supermercados.

A comienzos de septiembre, el Gobierno anunció la renovación del programa que ahora abarca 550 productos e incluye panificados, uno de los rubros que más aumentaron últimamente. 

El listado de precios fijado hasta el 6 de enero está disponible en la web. Un menú desplegable invita a seleccionar una región geográfica, y luego, el rubro: alimentos congelados, almacén, bebés, bebidas con alcohol, bebidas sin alcohol, carne, fiambrería, frutas y verduras, galletitas, iluminación, lácteos, librería, limpieza, panificados, pastas y tapas, perfumería y cuidado personal. Allí se pueden conocer los productos que forman parte del programa.

Con esta iniciativa, el Gobierno pretende generar un control de precios sobre ciertos productos, para cuidar el bolsillo de los ciudadanos. PUNTAL escogió dos artículos al azar dentro de cada rubro y realizó un recorrido por tres supermercados de cadena nacional adheridos al programa, para conocer cómo lo implementan. 

A primera vista, la cantidad de productos y precios publicados en la página oficial del programa Precios Cuidados no coincide con los que se venden en las góndolas de nuestra ciudad. Con lista en mano se confirma que no todos los productos están garantizados -según explicó en off un gerente de sucursal- porque hay ciertas marcas que no se consiguen en nuestra provincia. Por otro lado, las cadenas de supermercados pueden reemplazar algunos productos por otros, de acuerdo a los proveedores con los que se manejen, o directamente no ofrecen ciertos artículos, como es el caso de la leche a precio cuidado, que no existía en las góndolas cuando se realizó este sondeo. Incluso, en uno de los supermercados, el listado de Precios Cuidados ni siquiera estaba al alcance de los clientes y debió ser solicitado para cotejar con las góndolas.

Otra dificultad para acceder a los productos de PC es la cantidad de promociones que generan las grandes superficies comerciales por estos días, lo cual hace difículta encontrar en las góndolas el cartel azul de “Precios Cuidados”. 

Además, un fenómeno que ocurre dentro de los hipermercados es que ante tanta variedad de artículos disponibles, se consiguen mejores precios que los que promociona el programa. 

PUNTAL consultó a las cadenas de supermercados relevados para conocer cómo incide el programa en el total de las ventas, y cómo es el acuerdo que tienen con el Gobierno respecto a los artículos a incluir; sin embargo, al cierre de esta edición ninguna contestó.

Control mental

Parados frente a las góndolas, un hombre y una mujer miran la variedad de paquetes de yerba. Se genera entre ellos una charla, para decidir la compra. Saben de la existencia de Precios Cuidados, pero desconocen cuál es la marca que está dentro del programa y cuánto debería costar su yerba predilecta.

La misma situación se repite entre otro grupo de personas consultadas. “Sí, sabía que existen los Precios Cuidados, pero yo siempre elijo las mismas marcas, así que no me fijo”, dice una mujer.

“¿Cómo se accede a la información?”, consulta un hombre que sostiene un bebé en brazos. 

“Nosotros nos fijamos en los precios más baratos”, asegura una pareja de promedio cincuenta años. 

Si bien todos los entrevistados aseguran haber escuchado alguna vez del programa de Precios Cuidados, a ninguno parece importarle demasiado su existencia.

De acuerdo a las respuestas recabadas, ir al súper se vuelve una tarea que requiere inteligencia “aguda” para tener los precios en la mente para poder comparar, predisposición a usar otras marcas, elegir con detenimiento qué producto comprar -incluso pensar dos veces si es realmente necesario- y dónde se consigue más barato. En este sentido, muchas personas afirmaron que van a dos o tres lugares diferentes para conseguir el mejor precio.

Por otra parte, los consumidores advierten que los precios de góndola suelen variar al momento de pagar. Ante esta situación, un estudiante universitario arrastra el carro mientras va tomando nota en un cuaderno de los precios de los artículos que lleva en el “changuito”. “Anoto todo para después controlar en la caja, porque suelen cobrarme un precio distinto”, cuenta a este diario.

Los faltantes

Una situación que se repite en los supermercados relevados es el faltante de productos promocionados en la lista de Precios Cuidados. Por ejemplo: los pañales Huggies Classic por 26 unidades, que cuestan $ 108,10 no aparecieron en ninguna. El paquete de Yerba Taragüí, de 1 kg, que cuesta $ 93,79 también fue difícil de encontrar. Algunos la reemplazaban por otra marca, aunque tampoco se exhibía en las estanterías. Las segundas marcas de leche que volvieron a aparecer -como Las tres niñas y Verónica- cuestan $ 27,43 y $ 28,74, respectivamente, pero no estaban. Uno de los respositores explicó que son marcas que no llegan a la provincia, y había otras que tenían mejor precio que éstas. En este sentido, se corroboró también que hay industrias que venden sus artículos de almacén, lácteos o fiambres a mejor precio que los que integran el programa nacional. Sin embargo, “son los que más rápido se acaban”, según añadió el encargado de reponer las góndolas.

Los supermercadistas

Consultado al respecto, el titular de la Cámara de Supermercadistas de Córdoba, Benjamín Blanch, opinó que “el programa Precios Cuidados genera más beneficios publicitarios que comerciales a los supermercados que se adhieren”. 

“Hay cadenas más chicas que están adheridas, pero es opcional. Si uno se adhiere tiene que cumplir los requisitos”, explicó.

Respecto a los faltantes de productos o sustitución de algunas marcas por otras, Blanch señaló que en el caso de las cadenas que son “del interior del interior” se les complica a veces que las fábricas les entreguen los productos que necesitan. “Entonces es un compromiso difícil de cumplir”, remarcó.

-¿Conocen cuál es la adhesión de los consumidores al programa?

-Es muy difícil de determinar. Hay productos que no están en Precios Cuidados y son más baratos, entonces la gente se guía por eso. Además, se torna dificultoso conseguir los precios cuidados en los supermercados con la cantidad de ofertas que hay de cada uno.

-En su opinión, ¿es un programa exitoso?

-En épocas de tanta inflación es de corta duración el precio cuidado. Los productos alimenticios están atados al dólar. Además, cada cadena tiene su propia oferta, algunas promocionan 14.000 precios, es muy dificíl cuidar el precio aparte. 

Yo creo que es parte de un programa publicitario, nunca creí en PC, ni antes, cuando había menos inflación. Yo creo en la competencia, en que los comerciantes compitamos entre nosotros, y lo óptimo es robarle un cliente a algún competidor. 

-¿De qué manera podría el consumidor proteger su bolsillo?

-Recorriendo, viendo si todas las cadenas tienen los precios publicados, buscando el más conveniente. Como siempre, el consumidor es el jamón del sandwich, siempre sale perjudicado, entonces tiene que defenderse haciendo valer su compra y su dinero, buscando el precio más barato.



Magdalena Bagliardelli

Redacción Puntal