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"Cañuelas volverá a ascender"

Alberto Ortiz es el coordinador de fútbol del club que ascendió el pasado viernes. "Estoy convencido del proyecto, que finalizará en julio. Me gustaría continuarlo porque hay una base e identidad para llegar a Primera Nacional"

“Beto” es el gestor del proyecto que se inició en 2016 y llevó a un club protagonista de la D Metropolitana a situarse dos categorías superiores por primera vez en sus 110 años de historia.

El villamariense vistió de niño la casaca de All Boys en el baby fútbol y la de River en inferiores antes de marchar a Independiente, donde Ricardo Bochini y Carlos Fren lo eligieron para la primera, división en la que oficialmente no pudo debutar y quedó libre cuando se alejó César Luis Menotti, al que describió como “un libro abierto”.

En su regreso al fútbol de la Liga Villamariense, Ortiz fue partícipe con Yrigoyen de un recordado torneo Argentino B, luego formó parte del bicampeonato de Sportivo Playosa (subcampeón Provincial), de Unión Central con Oscar Olivera (ese plantel lograría el título Provincial con Aureliano Sánchez) y Alem, donde afirmó su amistad con Miguel Placencia.

Precisamente, Placencia fue el empresario que le propuso crear el proyecto que hoy elevó a la consideración nacional a Cañuelas.

Más allá del ascenso, lo valioso es que desde 2016 debutaron más de 40 jugadores del club, varios pibes partieron a instituciones de primera división (el villanovense Natanael Guzmán fue adquirido por el City Football Group y juega en el Torque City de Uruguay), armó una base propia con la que ascendió, y está convencido de que Cañuelas está en condiciones de ascender a Primera Nacional a corto plazo.

Consideró: “El convencimiento es la base de este proyecto. El ascenso es el fruto del trabajo que durante cada día desarrollamos, creyendo que podemos preparar a los pibes para que jueguen profesionalmente. No los preparamos para ascender a la B, los preparamos para que jueguen en primera y sean buena gente”.

Agregó que “ser buena gente es el primer paso para lograr con mucho laburo y esfuerzo, prepararse para ser buen futbolista. Si sos buena gente, todo llegará”.

Insistió: “Tras el ascenso Miguel Placencia me llamó para preguntarme si todos los chicos de la pensión tienen pasajes, si tienen el permiso de la página Cuidar para que no tengan problemas. Los cuida como un padre”.

Explicó: “11 pibes del plantel que ascendió viven en nuestra pensión, entre ellos el villamariense Santiago Alvarez, quien debutó en primera en el partido anterior ante Real Pilar (con el que afrontó la final). Tiene mucha proyección ese delantero”.

Reconoció: “Durante el año, contando inferiores, normalmente tenemos 28 pibes en la pensión”.

Objetivos cumplidos y los sueños

“Beto” Ortiz señaló: “Cañuelas es un club chico, pero prepara para jugar en primera. No queremos que se queden a vivir en el club, sino formarlos, darles herramientas para ser profesionales”.

Entre otros villamarienses que estuvieron en el club, figura Thiago Berterame, que “tiene tremendas condiciones y está muy bien visto en Argentinos Juniors. Es clase 2006, pero lo verán en pocos años por TV jugando en primera”.

Explicó que “es clave atenderlos bien en la pensión para que no sufran el desarraigo, que vean cómo se manejan en el fútbol profesional. Muchas madres se sorprenden porque los chicos vuelven a sus casas y lavan los platos. Es parte de la responsabilidad. Natanael (Guzmán) sabe cocinar y eso le facilitó independizarse en Uruguay”.

Aseguró que “Cañuelas no está gerenciado. Tiene un gran presidente y un gran colaborador como Miguel Placencia, que es un empresario apasionado por el fútbol. Su mujer está a cargo de la pensión, y es una segunda casa para los pibes, porque los quiere como hijos”.

Explicó: “Placencia es un ángel que me dio la oportunidad que hoy tengo de demostrar lo que sé como coordinador. Somos dos amigos que nos decimos de todo. Discutimos, peleamos, nos decimos las cosas y seguimos como un matrimonio. Es muy respetuoso del trabajo que desarrollo y confía plenamente en lo que hago”.

Destacó: “Mis ideales y mis formas son claras, pero escucho y trabajo en conjunto con los profesores y técnicos que elijo”.

Insistió: “Estaba convencido de que el proyecto debía empezar desde las inferiores y llegar con el tiempo a la primera. Nunca hablé de ascensos, pero siempre supe que íbamos a ascender”.

Estimó: “Soy DT recibido, pero no me interesa dirigir, sino continuar como coordinador, ya sea en Cañuelas o en otro club que se presente. Hoy en Cañuelas soy más un mánager que un coordinador. Los objetivos son claros: promover nuestros jugadores y ascender a Primera Nacional”.

Una identidad futbolística

Aclaró: “Todas las decisiones finales pasan por mí. Desde el técnico hasta los jugadores que integran cada plantel, pero siempre abro el juego, intercambio opiniones y acepto sugerencias”.

Afirmó: “Le ganamos medio año al proyecto, que finalizará en julio. En el proyecto no figuraba ascender, pero debíamos estar entre los 3 primeros. Se dio el título en diciembre de 2019 y se abrió la puerta al ascenso. No fue casual”.

Enfatizó: “Siempre supe que ascenderíamos, era cuestión de tiempo. Previo al torneo, hicimos todos amistosos con equipos de Primera B y no perdimos ninguno, ganamos la mayoría. No nos pesará jugar en Primera B, hay más pibes para promover y muchas razones para ascender a Primera Nacional”.

Añadió: “Sería hipócrita si te digo que voy a continuar en Cañuelas. Si viene Independiente y me ofrece coordinar, me voy con los ojos cerrados porque allí me formé como jugador y como persona. Hoy me gustaría seguir creciendo con Cañuelas. Es un club que veo con potencial para llegar lejos. Hay una base propia, un proyecto y una identidad futbolística”.

“No olvidar las raíces”

Alberto Ortiz resaltó: “Mis padres me enseñaron valores que me sirvieron para toda la vida. En el fútbol suele pasar que te dicen cosas que te saca de eje, pero conservar el ADN, la educación que te dieron en tu casa, y no olvidar las raíces, de dónde venís, es lo que te devuelve a la realidad y te ayuda”.

Señaló: “El deporte, la plata, la fama y los placeres que aparecen no pueden cambiar a la persona”.

Agregó que “aun en entornos distintos, jamás debés dejar de saludar a tu amigo de la infancia. Si perdés esos valores y renegás de tus raíces, se complica. La familia es fundamental para apoyarse”.

Resaltó: “Desde el inicio hubo un familiar que te llevó al entrenamiento. ¿Cómo te vas a olvidar de esas personas? ¿Quién te va a ayudar más que ellos? Hoy mi mujer y mis hijos son mi mayor respaldo. Cuando lográs un objetivo, es tanto o más de ellos que tuyo, porque solo no lo podrías hacer”.

Lo primero es la familia

Agregó: “Mi mujer no sabía que jugaban 22 futbolistas en una cancha, pero hoy opina y sabe. No le quedó otra que aprender a mi lado. Me aguantó tanto, como mis hijos. Eso es muy gratificante y este festejo lo disfrutamos juntos”.

Subrayó: “Mi señora Daiana y mis tres hijos (Gonzalo, Ludmila y Lautaro) son los pilares de mi vida. El más chico (10 años) juega en Lamadrid, pero lleva a Cañuelas en el corazón. Mi nieto Benjamín (hijo de Natanael Guzmán) me puede”.

Indicó: “Cuando arrancamos con el proyecto, el club me interesó aunque era complicada su realidad. En ese momento elegí trabajar de la misma manera que me manejo en la vida. Haciendo lo mejor cada día, trabajando con amor y eligiendo con quién estar. Así es más fácil en la vida y en el fútbol”.