En una nueva edición de TRANQUERA ABIERTA DIGITAL, el Ing. Agr. Gabriel Espósito, reconocido especialista en producción vegetal de la FAV UNRC, manifestó que con las condiciones adecuadas de humedad, densidad y fecha de siembra, y una fertilización completa (N, P, S y Zn), se puede reducir significativamente la brecha existente entre los rendimientos a campo del maíz y el potencial de rendimiento alcanzado en sus estudios del campus universitario. Estamos hablando de pasar de los 60 qq/ha en promedio de la zona a los 120/140 qq/ha obtenidos en sus ensayos. En algunos de sus trabajos consideró razonable una mejora de entre el 15% y el 35% a medida que se incrementa la incorporación de nutrientes de manera balanceada, sin descuidar el aporte de Zn, que aunque es reducida en cuanto a cantidades, potencia el efecto de los otros elementos.
La fertilización es vital para el maíz
El Ing. Agr. Gabriel Espósito aseguró a TRANQUERA ABIERTA DIGITAL que reponiendo nutrientes se puede duplicar el rendimiento
El grupo dirigido por Espósito lleva 14 años trabajando en el potencial del rendimiento del maíz y atendiendo a todas sus necesidades y una altísima densidad de siembra (cerca de 120 mil plantas por hectárea), ha logrado promedios de 188 qq/ha, con picos de 240 qq/ha. “Y este año, con maíz tardío, sorprendentemente logramos también 200 qq/ha”, enfatizó.
Sin embargo, Espósito reiteró su propuesta de sembrar más maíz temprano que tardío en la búsqueda de mejores rendimientos y valoró la posibilidad de que además de promover la siembra de maíz sobre la soja, se analice la posibilidad de reincorporar a la ganadería a los campos de la zona. “Las vacas garantizan un mayor aporte de materia orgánica a los suelos deprimidos de la región”, afirmó, aunque relativizó su efecto en la relación P soluble/P sólido, como pregonan otros profesionales.
Sin embargo, Espósito reiteró su propuesta de sembrar más maíz temprano que tardío en la búsqueda de mejores rendimientos y valoró la posibilidad de que además de promover la siembra de maíz sobre la soja, se analice la posibilidad de reincorporar a la ganadería a los campos de la zona. “Las vacas garantizan un mayor aporte de materia orgánica a los suelos deprimidos de la región”, afirmó, aunque relativizó su efecto en la relación P soluble/P sólido, como pregonan otros profesionales.
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