Río Cuarto | bioetanol | maíz | Biocombustibles

La industria de los biocombustibles acude a Guzmán por la crisis terminal

Decidió enviar una carta al ministro de Economía -de quien depende el área de Energía de la Nación- para plantear la necesidad de una respuesta urgente. La firmaron los productores de etanol de maíz/azúcar y los de la Cámara de renovables en origen.

Luego de transitar un año con un ajuste en los precios de apenas el 10% frente a un proceso inflacionario del 35% e incrementos en las materias primas que rondaron el 36% en maíz sólo en los últimos cuatro meses y medio, la industria de los biocombustibles volvió a la carga para que el Gobierno acceda a recomponer los valores de su producción para reactivar al sector, que permanece paralizado desde hace meses, especialmente el del biodiésel.

Por caso, en agosto, cuando comenzó la escalada fuerte de los granos en Chicago, el maíz que se utiliza para elaborar etanol -especialmente en Córdoba- costaba unos 122 dólares la tonelada contra los 165 con que cerró anoche.

Por eso, las cámaras que nuclean a las empresas del sector decidieron echar mano a una modalidad extendida de planteos públicos y escribieron una carta con varios destinatarios, entre los que se destaca el ministro de Economía, Martín Guzmán. El funcionario tiene dentro de su órbita a la Secretaría de Energía, de la que depende la remediación de los precios.

La normativa vigente establece que mensualmente se deben calcular los precios de los biocombustibles -tanto etanol como biodiésel- pero eso no se cumplió en 2020 y apenas se aplicó una recomposición en octubre del 10%. Eso llevó a permanentes reclamos, a paralizar las plantas y, finalmente, a planteos judiciales por incumplimiento de la ley, como ocurrió en Río Cuarto con la empresa Bio4, que obtuvo un fallo favorable de la Justicia Federal. Por eso, las petroleras le pagan más por cada litro de alcohol que les entrega. Mientras el resto de los productores de etanol reciben $ 32,789 por litro, Bio4 percibe desde noviembre $ 44,91. Esa brecha incentivó la presentación judicial de otras empresas que ya buscan lo mismo, mientras las cámaras plantean una respuesta general que dé previsibilidad al sector.

Por este motivo, en las últimas horas, las tres cámaras que agrupan a las empresas elaboradoras de bioetanol de maíz y de caña de azúcar -Centro Azucarero Argentino, Cámara de Bioetanol de Maíz y Cámara de Productores de Biocombustibles en Origen- enviaron una nota a Guzmán solicitando una audiencia urgente para exponer la situación que atraviesa el sector.

Ayer el presidente del Centro Azucarero Argentino, Jorge Feijóo, expresó: “Estamos en una situación límite. El bioetanol viene sufriendo perjuicios desde octubre de 2017, con cambios sucesivos de fórmulas, siempre perjudicando el precio. En diciembre se fijó el último precio y permaneció congelado hasta mediados de octubre, cuando se dio un incremento de sólo el 10%. “Los criterios previstos en la ley y todos los decretos reglamentarios indican que el precio que se fija oficialmente debe compensar los costos y una utilidad razonable”, dijo el directivo en declaraciones a BCR News.

Y, seguido, aseguró: “Estamos lejos de compensar los costos y una utilidad razonable, tanto para caña de azúcar como para maíz”. Luego, agregó: “El bioetanol de caña de azúcar tiene una fórmula establecida por la propia autoridad de aplicación del año pasado, que hoy estaría dando $ 49,51 y el precio fijado es de $ 32,79, es decir, es muy grande la diferencia”.

En ese marco, el dirigente planteó: “Nuestra propuesta concreta es: publiquen el precio que corresponde, menos una quita de 14% en diciembre, en enero un 7% menos, en febrero un 5% menos y en marzo estaremos normalizados”.

Destacó que como cámaras empresarias consideran que la salida “es el acuerdo político de la autoridad con el sector privado”. “Queremos recuperar el camino de promoción de los biocombustibles, tanto del biodiésel como del bioetanol”, precisó.

En el comunicado, las entidades también destacan la necesidad de una normalización progresiva del precio de los biocombustibles. Y consideraron que “el bioetanol evitó importaciones de naftas en 2019 por US$ 520 millones. La capacidad industrial instalada está en condiciones de sustituir importaciones por otros US$ 260 millones anuales”.