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Carlos Coria y su ansiado regreso a vivir la pasión que practica hace 30 años

El villamariense que disputó 6 mundiales y ganó 11 torneos provinciales, entre otros lauros, volverá a jugar en apenas unas horas luego de tres meses. "Es muy lindo saber que se puede retornar", comentó el gran maestro

Cuando Carlos Coria tenía apenas 5 añitos de vida y era un chiquilín que acompañaba a su papá al club, no sabía que se estaba introduciendo en lo que sería su gran pasión.

El tiempo lo transformaría en multicampeón y reconocido a lo largo y ancho del país y más allá, del otro lado del charco.

“Cuando tenía 5 años mi padre me ponía un cajón de la gaseosa cola para llegar a la mesa y así empecé”, rememora el maestro.

Jugó 11 finales de torneos argentinos entre casín y cinco quillas, de las cuales obtuvo 5. El primero en 1996 (cinco quillas) en Mar del Plata, el segundo (casín) en San Juan en el año 2010, ese mismo año llegó el tercero (cinco quillas) de los títulos nacionales en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, durante 2011 logró el cuarto (casín), certamen en la ciudad de Mar del Plata, y finalmente en el 2012 logró el campeonato Masterque que se disputó en Villa María.

Además participó en seis mundiales representando al país, un sudamericano en Uruguay y quince finales , de las que se adjudicó once. Sí, un verdadero crack.

Ha ganado 72 torneos en su amplia trayectoria, entre tantos certámenes en los que que ha sido parte y sobre todo protagonista.

-¿Cómo tomó la noticia del regreso a la actividad luego de tanto tiempo?

-Esperaba la noticia luego de tres meses sin agarrar un taco. Es muy lindo saber que se puede volver. Si bien para competir aún falta, es muy importante practicar y por esa vía estamos.

-El transitar de muchos deportistas se pareció bastante en la cuarentena, ¿cómo fue el suyo?

-No hay mal que por bien no venga, dice el dicho. Sinceramente en 30 años no había parado. La vorágine de entrenar, viajar, marcar presencia, trabajar y estar a un ritmo muy acelerado hizo que este tiempo me haga ver las cosas distintas y jugar con muchas ganas.

-¿Qué le ha dejado este etapa atípica en la vida de toda la sociedad mundial?

-Me ha dejado mucho aprendizaje, me reecontré con mis afectos, mis hijos, mi mujer, estar cerca de ellos es hermoso y lo más importante que me dio la vida.

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-¿En que etapa del juego lo agarró la pandemia?

-La pandemia nos agarró en una época en la que estábamos por empezar a practicar. La temporada comienza a fin de marzo y el primer circuito era en los primeros días de abril. Ahora veremos cómo se reprograma esa cuestión.

-Se van habilitando y flexibilizando muchos deportes pero hay ciudades que continúan como al principio, ¿es optimista con que se pueda volver a la competencia?

-Creemos que los torneos se pueden llegar a habilitar en el mes de agosto. Teniendo en cuenta que a Buenos Aires no se puede ir a jugar, hay que tener permisos para movilizarse y demás.

Con el contexto que vivimos, hoy tenemos que esperar. Ya se irá a normalizar.

Estoy en contacto con Luis Nicola, que es el presidente de la Federación Cordobesa y él nos dirá los lineamientos.

No hay mal que por bien no venga, dice el dicho. Sinceramente en 30 años no había parado. La vorágine de entrenar, viajar, marcar presencia, trabajar y estar a un ritmo muy acelerado hizo que este tiempo me haga ver las cosas distintas y jugar con muchas ganas

-¿Qué torneos importantes tenía en el calendario 2020?

-Este año había cuatro circuitos a nivel nacional y clasificatorios para el mundial del año que viene a realizarse en la Isla Cerdeña, Italia.

-Muchos han tenido que reinventarse a través de las redes sociales, ¿se ha conectado con colegas?

-Sí, este tiempo mantuve relación vía virtual con muchos de los colegas. Hace unos días me hicieron una nota para un programa que sale desde Mar del Plata, a cargo de Martín Mariño y nos encontramos varios compañeros de la actividad que tanto nos apasiona.

-¿Cómo explica el billar o 5 quillas?

-Es mi pasión. La familia, el trabajo y el billar. He ganado y también me ha tocado perder. Pero soy un agradecido de las posibilidades que tengo y de los tantos que me han ayudado en este recorrido.

Por eso siempre menciono al Club Sarmiento, que me permite practicar para salir a competir en distintas partes del mundo.

En los próximos días el gran maestro Carlos Coria volverá al Club Sarmiento, tomará su taco y volverá a sentir esa adrenalina inexplicable que recorre su cuerpo como cuando tenía 5 años y acompañaba a su papá.

Ya no habrá cajón de gaseosas, sino un profesional destacado con la mirada fija en el objetivo que plantea la mesa de paño verde.