El obispo diocesano Adolfo Uriona presidió la misa que compartió con otros sacerdotes y diáconos. Se contó con la presencia del padre Francisco Baigorria, descendiente del Coronel Antonino Baigorria, por el cual el pueblo lleva su nombre. También tomó parte de este acontecimiento el cura Roberto Galleano, administrador parroquial de esta capilla.

El acontecimiento fue seguido con mucho interés por parte de un grupo de fieles que a lo largo de muchos años han encontrado en los muros de este templo un oasis de paz y reflexión. Fueron bendecidas placas recordatorias, hubo suelta de palomas y globos para dejar un mensaje de paz en medio de la pandemia.