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El mismo estilo y línea

"Con mi hijo Christian bajamos el mismo mensaje. Así somos creíbles y convencemos"

El fútbol tenía escondido a un gran DT formador, detrás de un jugador bohemio y rebelde.

“Lo que más exijo es responsabilidad y fue lo que menos tuve como jugador. Por eso aprendí a que no sirve un jugador irresponsable, que llega tarde, que no hace caso, que no se esmera en las prácticas por aprender, que no se esfuerza cada día por dar más”, dijo Carlos “Cholo” Romero.

Empezó en Argentino. “Con la categoría 1974, Argentino logró el primer título en la Liga de Baby Fútbol. Jugaba ‘Chinchu’ Domínguez, Dichiara, Mollo”.

Consideró: “Primero en el fútbol hay que sembrar y luego se cosecha. Ese es mi concepto. No me interesó cobrar el primer torneo, pero después de demostrar que el trabajo estaba bien hecho podés cobrar. Y así empecé”.

Los sueños del fútbol

Carlos Romero destacó: “Dirigir en el baby de Argentino me abrió las puertas para dirigir 5 años en Alem, volver a Argentino, ir otros 5 años en Ticino y siempre encontré las puertas abiertas en Argentino, donde ahora integro la comisión directiva”.

Recordó: “Alem me contrató para dirigir sus inferiores y allí pude hacer un trabajo de base muy importante. Un año salí campeón con las 5 categorías y dirigía en el baby a San Martín, de donde salieron pibes muy buenos como José ‘Peto’ Villagra, Delcanto, ‘Pulga’ Villagra, Ruiz Díaz, Pacifici”.

Explicó: “La clase 1980 fue una de las mejores, pero la ‘81 era muy buena, la ‘82 también y con la ‘78 y ‘79 daba batalla. Salieron pibes como Pablo Suárez, Lucas Vázquez, Tisera, Isabettini, Fabricio Rodríguez, Andrés Agosto, ‘Pini’ Bertucelli, ‘Cuchillo’ Ceballos, Facundo Basualdo”.

Recalcó: “Un día me fue a buscar Daniel Martino y me llevó a Argentino. Y muchos de esos pibes se vinieron conmigo de Alem. Se armó un clásico, porque la rivalidad todavía perdura”.

Manifestó: “Los torneos Provinciales también les daban un roce importante y esas camadas de categorías ‘78 a ‘88 que dirigí en Alem y en Argentino se cansaron de ganar Provinciales. Llegaron muchos pibes a Primera y varios están jugando todavía”.

Indicó: “La clase ‘85 de Argentino fue de las mejores (Herrera, Pacifici, Jacobi, Fuente, Rodríguez, Alaniz, los mellizos Danna) y la ‘87 también se impuso en todos lados (Díaz, Jacobi, Cortez, Molina, Salinas, Torres, Piovano)”.

Estimó: “Los padres llenaban las canchas en inferiores, pero ahora acompañan pocos. Yo recuerdo la ‘88 de Española, con Franco Jara, era muy buena, y yo en Argentino lo tenía a Román Piovano, que fue a la selección de Pekerman. También ‘Pepa’ García”.

Diagnosticó: “Villa María perdió competitividad. Yo recuerdo que la ‘87 de Argentino le ganó la final a Estudiantes en Río Cuarto ante 3 mil personas. También Española ganó con un par de categorías y Alem era muy competitivo. A Embalse llevábamos equipos muy competitivos”.

Resaltó: “Claudio ‘Lana’ Díaz y Carlos Jacobi debutaron a los 15 años. Jugaron semifinales con Playosa y una final con Alumni. Había chicos que reunían las condiciones básicas y había experimentados que los protegían, como Fabricio Rodríguez, Orlando ‘Paco’ Destéfanis, Christian Romero, Carlos Domínguez. Tanto ellos como otros después habían hecho baby e inferiores con mi hijo Christian y conmigo. La misma idea desde el baby. No es una aventura ponerlos, se merecen jugar, y tienen que hacer lo mismo que en las inferiores. Ahora hay pibes como Benjamín Martínez o ‘Coqui’ Candiotto que ojalá que no pierdan el entusiasmo con esta pandemia”.

Afirmó: “Christian (su hijo) es más ofensivo que yo. Es más audaz, pone un equipo con el mismo estilo y filosofía que nos gusta, pero no le importa si tiene que terminar con 1 defensor. El resultado se protege atacando pero Christian arriesga más que yo”.

Señaló: “La idea es la misma acerca del juego, porque el estilo es lo que importa. El mensaje es el mismo, por lo tanto un pibe de inferiores llega a Primera con el mismo fundamento. Uno es más creíble al darle una charla técnica a un pibe del club y también es más fácil convencer al jugador. Esa línea no debe perderse, porque si no se confunde al pibe”.