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El oficialismo, la Justicia y la imposibilidad de un frente unido

La Casa Rosada y el kirchnerismo puro ya no se esfuerzan por ocultar las tensiones internas generadas por las distintas visiones sobre temas judiciales, en momentos en que conviven varios frentes abiertos y no se vislumbra un horizonte de unidad.

Durante la última semana se sucedieron críticas pequeñas pero constantes entre un sector y el otro, por diferencias en puntos como las modificaciones en la elección del procurador general de la Nación, la reforma judicial, el manejo del Ministerio de Justicia y la situación procesal de Amado Boudou.

Eso se sumó a la distante relación que mantienen por estas horas Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

La voz judicial de la vicepresidenta en este contexto estuvo representada por el senador Oscar Parrilli, que se encargó de marcar una distancia con el "albertismo".

Incluso, el neuquino dejó ver su malestar por la forma en que se manejó desde Casa Rosada el velatorio del astro futbolístico Diego Armando Maradona, que terminó con incidentes y una invasión de intrusos en el Patio de las Palmeras de Balcarce 50 cuando las máximas autoridades del país se encontraban presentes en el edificio.

"Siento dolor por lo que pasó en Casa de Gobierno, pero no quiero hacer comentarios porque me comprenden las generales de la ley: fui secretario general de la Presidencia", dijo Parrilli días atrás, al dejar en el aire la sensación de que tenía mucho más para acotar sobre el tema.

Este viernes durante la sesión del Senado en la que se trató el aporte solidario de las grandes riquezas, el legislador kirchnerista habló de la reforma judicial y directamente le reclamó al Presidente que se avance con su sanción en Diputados, luego de la aprobación en la Cámara Alta.

"Nosotros no queremos que el gobierno nacional haga ahora lo que hizo el macrismo con la Justicia, que pidió juicio político a 30 jueces, persiguió a una procuradora, destituyó jueces, cambió el Consejo de la Magistratura. Llegaron a un grado tal de persecución que mereció que el relator de Naciones Unidas le hiciera una grave acusación al gobierno de Macri por un plan de amedrentamiento a la Justicia, que violaba la independencia del Poder Judicial", aseguró Parrilli.

Y continuó: "No queremos que Alberto haga eso, lo que sí queremos es que se haga justicia con todas las causas, que se llegue a la verdad, que quien haya cometido un ilícito que pague, pero no de esta manera, sin investigar, sin hacer pericias, sin abrir las causas, con fallos que solo tienen consignas, enunciados mediáticos. Esto es lo que nosotros queremos y hay muchos elementos para ello".

Así, volvió a meter presión para agilizar la reforma judicial, que quedó trabada en Diputados por la imposibilidad que tuvo el oficialismo de conseguir los votos.

Otro de los puntos que esta semana desató tensión fue la confirmación de la condena de 5 años y 10 meses de prisión a Boudou por Ciccone por parte de la Corte Suprema de Justicia.

Mientras el kirchnerismo salió a respaldar al exvice, en redes sociales circuló un viejo tuit irónico de Alberto Fernández referido al extitular del Senado.

En ese escenario, Boudou reclamó que se "declare la nulidad de todos los juicios del lawfare", entre los que se incluye el suyo.

Este viernes durante una entrevista en radio, le preguntaron cómo se imaginaba un posible diálogo con Marcela Losardo para establecer una salida a su situación, a lo que respondió: "Si yo le tuviera que dar la respuesta jurídica a la ministra de Justicia estaríamos complicados".

Losardo, íntima amiga del jefe de Estado, es una de las funcionarias más cuestionadas por el kirchnerismo duro, que pretende otra forma de manejar la cartera judicial.

Por la Rosada, fue la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, quien representó la voz del Presidente.

Sobre la reforma judicial, la funcionaria eligió despegar al Poder Ejecutivo y aseguró que se trata de una cuestión legislativa, con una norma "muy atravesada por los debates mediáticos y políticos".

"Esperamos que más temprano que tarde se ponga en tratamiento, es parte de la agenda parlamentaria", señaló Ibarra.

También insistió en que Daniel Rafecas es el candidato "real" del Poder Ejecutivo a la Procuración, luego de que el kirchnerismo en el Senado avanzara sobre la modificación de la ley de Ministerio Público, a sabiendas de que el juez federal se bajará de la postulación si la propuesta finalmente se sanciona.

Sucede que Rafecas quiere ser el jefe de los fiscales con un respaldo de los dos tercios del Senado, requisito que el Frente de Todos con impulso de Parrilli trabajó para modificar y bajar a una mayoría simple de la mitad más uno.

Incluso, la reforma de la Procuración se trató antes de que se discutiera el pliego propuesto por Fernández en los primeros meses del año, algo que hizo notar Ibarra.

"Daniel Rafecas es una persona con mucho prestigio, con mucho trabajo, y realmente es el candidato de la Presidencia.

Con criterio, con cuidados, él lo que ha planteado es que quiere una confirmación robusta. Vamos a ver cómo sigue este camino, todavía falta un camino por recorrer, todavía no se ha iniciado el debate de su pliego en el Senado", enfatizó la secretaria.

La modificación del Ministerio Público está ahora en Diputados y el Gobierno no parece tener intención de apurar su tratamiento, pese a que lo puso en el temario de sesiones extraordinarias -según dicen por lo bajo- para no agitar aún más las aguas.