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"Hacer algo bueno lleva tiempo"

El exarquero dijo que "confeccionar ropa de calidad necesita lo mismo que un equipo para poder ascender: tiempo y paciencia"

Dijo Víctor Sieracky: “Mi perfil es bajo. Siempre lo será. En el fútbol nunca me creí más que nadie. En la actualidad sé que la ropa que confecciono es de gran calidad y que la pidan clubes de la patagonia a Buenos Aires es porque hice una carrera en la que dejé amigos y compañeros que confían en mí, desde el aspecto humano”.

Recordó: “Aplico las enseñanzas que me dejó el fútbol. Arranqué bien de abajo y me levanto cada día a pelearla. Es lo que me enseñaron mis viejos”.

Destacó: “El futbolista es muy pilchero. Le gusta ir a entrenar y tener desde el botinero a la pilcha, desde el bolso a los pantalones largos y cortos. Fui haciendo una antesala en mis últimos años de futbolista y cuando dejé de jugar proyecté para llegar lejos”.

Sostuvo: “Hoy la marca no tiene techo y sé que hago productos personalizados, que demandan tiempo. Y el tiempo es mi gran enemigo, porque la gente quiere su pedido para el día siguiente, pero mi teoría es que para hacer bien las cosas hay que tomarse un tiempo”.

Apuntó: “Quiero que cuando alguien toque timbre en mi casa sea para encargarme más ropa y no por un reclamo. Por eso digo que demanda tiempo hacer bien las cosas y, así como un proyecto futbolístico no se hace de un día para el otro, tampoco mi indumentaria se hace para el otro día”.

“Conviene no ascender”

El Polaco comentó: “Nadie me contó lo que pasa en el fútbol. Hice una carrera humilde, pero me fui de casa, viví en pensiones y sé que es un aprendizaje eterno”.

“Me faltó jugar un partido en Belgrano. Estuve en el banco, ascendí con el plantel de la B Nacional a Primera y luego me tocó jugar en el ascenso, donde es duro jugar y cobrar”, precisó.

Acotó: “Son dos realidades diferentes. Tuve la oportunidad de ascender con Santamarina de Tandil, con Huracán de Tres Arroyos, con Racing de Olavarría dos veces y hasta me tuve que ir porque me enfrenté con la dirigencia”.

Indicó: “Pareciera que al jugador no le conviene ascender, porque cuando ascendés se olvidan lo que hiciste y van a buscar jugadores de la categoría a la que ascendió el club”.

Manifestó: “Mi teoría es otra. Cuando se asciende, no fue por la calidad del jugador, fue el conjunto de personas el que lo logró. En vez de nutrir y fortalecer los lugares más flacos del equipo, echan a muchos jugadores y traen un 80% de jugadores nuevos. No es así”.

Resaltó: “Desarmar una estructura lleva a pelear el descenso. Se olvidan de los que ascendieron y le dieron la posibilidad al club de jugar en una categoría superior”.

Lanzó la frase: “Padecí esa situación. El jugador pasa a ser un número. La gente que maneja el fútbol suele pensar que es una empresa, pero no es una empresa la que sale a la cancha. Son tipos y hay que bancarlos porque te dieron el ascenso”.

Sueño del pibe

El sueño del pibe de Víctor Sieracky no es diferente al de su hijo Franco (clase 2008), que tiene muy buenas condiciones, juega en Argentino y ya practicó en Lanús.

“Lo voy a acompañar, sin volverlo loco, sino ayudándolo”, dijo.

Así sucedió cuando Víctor era chico y arrancó en “Los Campeadores con Manuel y Márquez”. “Recuerdo que pasé al Santo, con Miguel Ramírez. Fuimos todos a las inferiores de Alumni y desde chico recuerdo que nos íbamos a ver a la primera de Alumni en los 80. Había una estructura propia con Molina, Cáceres, Rapetti, Formía, Agonil, Hiotidis, Beltramo, Bazán, Mario Molina. Era un lujo verlos”.