Cuatro ciclistas nacidos en la ciudad de Villa María decidieron cruzar Los Andes en bicicleta.
Son oriundos de Villa María y cruzaron Los Andes en bicicleta
Atravesaron la cordillera el pasado lunes y martes. Tuvieron que superar difíciles escollos, pero la emoción no pudo faltar al cumplir con el objetivo tan anhelado por los protagonistas del viaje
Hernán Defago, Mauricio Sánchez, Matías Schuck y Claudio Kap fueron quienes se atrevieron al desafío de tratar de realizar dicha proeza.
La travesía duró desde el lunes 9 de enero hasta el martes 10 del corriente.
Hernán Defago, uno de los protagonistas de este cruce de la cordillera, dialogó con Puntal Villa María y manifestó: “La idea surgió ya hace varios años y fue cambiando la forma de realizarla y los integrantes de esta travesía con el paso del tiempo hasta que se pudo concretar de esta manera. El paso elegido fue el de Agua Negra, que es el de mayor altitud de todos los pasos que unen Argentina con Chile”.
“Aunque lo habíamos organizado de una manera, nada salió de acuerdo a lo planificado ya que al llegar a la aduana argentina, ubicada en la localidad de Las Flores, San Juan, la misma estaba cerrada por acumulación de nieve en la cordillera, así que estuvimos los primeros tres días esperando que reabran el paso”, agregó.
“Esos días –añadió- los aprovechamos para pedalear por distintos lugares cercanos con la esperanza que liberaran el tránsito al otro día, pero eso recién se dio al cuarto día de haber llegado a la frontera. Para no perder el lugar en la fila de la aduana, acampamos ahí mismo, para después, ni bien liberaran, pudiéramos salir bien temprano”.
“Al cruce lo hicimos en dos etapas de 100 km cada día. El primer día fue gracias a la buena disposición de los gendarmes que nos dejaron avanzar con las bicicletas a pesar de que el camino seguía cerrado al tránsito vehicular”, explicó.
“El tramo más complejo se dio superando los 4.000 metros, ya que el mal de altura comenzó a hacernos efecto causando dolor de cabeza, mareos y los pulsos cardíacos aumentaban desmedidamente. Esto sumado al desnivel positivo y la acumulación de horas pedaleadas, causaba mucha fatiga, pero la cima ya estaba más cerca y nada nos hacía pensar en abandonar”, declaró.
“El momento más emotivo sin dudas fue pasar por el arco que marca el punto más alto de la frontera, a 4.850 metros sobre el nivel del mar, pero todo el viaje estuvo cargado de postales para no olvidar jamás, como los campamentos en la aduana, como un día pedalear por el lecho de un río que se había llevado el camino que teníamos previsto hacer, pasar por paredes de hielo e infinidad de paisajes y momentos inolvidables”, subrayó.
“Algo para destacar es que esto fue posible gracias al apoyo de nuestras familias y del compañerismo dentro del grupo, lo que nos permitió superar momentos difíciles”, agradeció.
No somos héroes
Hernán, al finalizar la entrevista, dejó bien en claro que no quieren que los llamen héroes, ya que tanto él como sus compañeros entienden que otros actores de la vida social son mucho más importantes.
En este sentido, el ciclista enfatizó: “No creemos que haya sido algo heroico, como pusieron en otro medio, ya que para nosotros heroico fue lo que hizo el ejército de San Martín hace más de 200 años, heroicos son los jubilados que cobran miserias, heroicos son los deportistas con capacidades diferentes, los trabajadores que no cobran lo suficiente como para no ser pobres”.
“Y en lo deportivo en el ciclismo hay villamarienses y villanovenses que han alcanzado muchos mayores logros que el que hicimos nosotros y deberían ser más reconocidos”, concluyó.