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Caso del "bebé sacudido": la madre y la niñera, también bajo sospecha

El 25 de agosto de 2017 la muerte de un niño de 4 meses quedó encuadrada como maltrato. El fiscal había pedido que Gonzalo Gambero fuera a juicio, pero el juez de Control lo rechazó. Tres años después, ampliarán la pesquisa

Tres jueces de la ciudad acaban de ratificar que la Justicia hoy no tiene elementos de prueba suficientes para llevar a juicio a Gonzalo Gambero, el padre del bebé de 4 meses que falleció en agosto de 2017, en medio de sospechas de maltrato infantil.

Los magistrados Pablo Bianchi, Carlos González Castellanos y Daniel Vaudagna, de la Cámara Segunda del Crimen, rechazaron los recursos de apelación del fiscal de Instrucción Javier Di Santo y del abogado de la madre del niño, Jorge Valverde.

En la resolución Número 54 del 3 de agosto -a la que tuvo acceso este diario- los jueces desestiman las apelaciones y ratifican lo que había resuelto el juez de Control subrogante, Mariano Correa. En suma, que no hay elementos de prueba suficientes para llevar a juicio a Gambero ni tampoco para sobreseerlo. Pero, además, Correa dejó en claro que en la delicada causa las sospechas recaen en todas las personas que estuvieron con el bebé en las últimas semanas de vida, es decir, no sólo en el padre, sino también en la niñera que cuidaba al pequeño cuando sus padres trabajaban y en la propia denunciante, la madre de Pedro.

El caso instaló en la opinión pública un síndrome del que hasta entonces poco se hablaba, el “shaking baby syndrome” o “síndrome del niño sacudido”, según la traducción al español.

La última persona que estuvo con Pedro antes de que se descompensara fue Gambero. Esa circunstancia, unida a los resultados de la primera autopsia, lo dejó en el centro de las sospechas. Di Santo ordenó su detención, lo imputó por lesiones graves reiteradas y homicidio, ambos delitos calificados por el vínculo y, finalmente, pidió que lo llevaran a juicio.

En su estilo frontal, Rosa Sabena, la actual defensora, confió a Puntal: “Si yo no hubiese tomado el caso, hoy Gambero estaría enfrentando un juicio a cadena perpetua, cuando es una persona inocente”.

La oposición de Sabena al juicio dio pie a la participación del juez de Control subrogante, Mariano Correa, quien tras analizar las pruebas de la Fiscalía dio un giro a la causa. Correa rechazó la orden de que Gambero fuera llevado ante un jurado popular y le devolvió el expediente al fiscal de Instrucción con una admonición: que no centre la pesquisa únicamente en el padre, sino que amplíe la investigación hacia la madre del bebé, Lucrecia Piñeiro, y hacia la niñera, Nancy Gómez Palta.

“Ha quedado acreditado que las personas que estuvieron a cargo del niño las últimas 2 semanas antes de su muerte eran la niñera, su madre y su padre, pero la instrucción solamente apuntó al último de los mencionados, soslayando por completo las otras dos hipótesis (esto es, la niñera y la madre del bebé), respecto de las cuales quedaron muchas aristas que no han sido motivo de investigación y pueden echar luz respecto a otros posibles intervinientes en el proceso lesivo que sufrió el bebé”, aseguró el juez a cargo del Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y deGénero.

Para terminar de remover los cimientos de la causa, agregó que lo más llamativo fue que a la niñera, que en un primer momento había sido señalada como la principal sospechosa por Piñeiro, recién se la hubiese llamado a declarar el 18 de diciembre de 2018, es decir, un año y cuatro meses después de acaecido el hecho. En ese entonces, la mujer fue propuesta por la propia madre del bebé ya no como sospechosa, sino como testigo en contra de su expareja.

Sabena dijo que Di Santo debería apartarse. “Pienso que no puede ser objetivo en esta causa, porque ya tiene una opinión formada sobre mi cliente y la acusación la realizó solamente contra Gonzalo Gambero”.

Sabena tomó el fallo de los camaristas como una reivindicación personal. “Sigo en la misma línea que estuve siempre, no me cambié de vereda como se dijo. La señora Piñeiro y sus amistades me trataron prácticamente de mercenaria, dijeron que me vendí por dinero, me injuriaron en las redes sociales, pisotearon mi buen nombre y honor y trataron de mancillar mi imagen pública. Pero ahora dos instancias superiores me dan la razón y demuestran que yo sigo luchando por los inocentes, por la verdad y la justicia”, concluyó.

Alejandro Fara. Redacción Puntal