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Los jubilados viajeros están de regreso y ya planean su próxima aventura

Pablo y Maricel contaron su historia de vida en Puntal en el mes de octubre del 2021. Ellos vendieron todo para viajar y vivir en un motorhome. De regreso de México y mientras descansan en Villa María, planen un rumbo nuevo

En la rueda mágica. Pablo Ávalos, de 61 años, y Maricel Molina, de 57, están juntos hace 37 años y son de Río Tercero.

Tienen dos hijos, Joel (junto a Inés les dieron a Valentino, su nieto) y Pablo , el primero es mecánico y vive en Villa María, el otro es cheff y vive en México.

La historia de esta entrañable pareja se conoció a través de Puntal Villa María en el mes de octubre del 2021. Este medio, en ese momento, contó la historia de los jubilados que habían vendido todo y se largaban a viajar y vivir en un motorhome. Desde esa publicación han tenido una enorme mediatización y su popularidad creció tanto que hoy cuentan con seguidores en todo el territorio nacional y también en el extranjero.

Recorrieron más de 11.000 kilómetros por caminos de Argentina y tras unos chequeos médicos, los especialistas recomendaron que el ansiado viaje a México para visitar a uno de sus hijos sea en avión. Esa travesía se hizo y allí estuvieron durante cuatro bellísimos meses.

De regreso al país y a Villa María, donde dicen “Es nuestra parada obligada porque tenemos a nuestro nieto y parte de la familia”, venden pastelitos en la costanera durante los fines de semana y en unos días emprenderán un nuevo viaje con destino a la provincia de Buenos Aires para luego llegar a Brasil.

Un nuevo capítulo en esta bella historia de dos jubilados que lo dejaron todo y viven arriba de su trafic denominada “La Caprichosa Viajera”.

Mientras descansan y disfrutan de su nieto en Villa María, también venden pastelitos en la costanera para empezar a diagramar el próximo viaje.

“La idea de vender pasteles surgió en Ushuaia, porque nosotros tenemos la jubilación mínima, se ponía muy dura la mano. Habíamos llevado atrapa sueños para vender pero con el viento que había no se podían ni exibir (risas). Maricel siempre hizo pasteles y ahí se nos ocurrió la idea, que por suerte funcionó”, dijo Pablo.

Además agregó que: La casa (en Río Tercero) continúa alquilada. Vivimos en La Caprichosa y por unas semanas vamos a estar en Villa María antes de emprender la próxima aventura.

-Más allá de no ir en el motorhome, ¿Qué sensaciones les dejó México y el reencuentro con uno de sus hijos?

-México fue una gran experiencia, en cada viaje que hacemos no solo aprovechamos el turismo de cada lugar sino que también nos integramos con la gente para saber la forma de vida y conocer otras culturas, comidas. Pasamos muy buenas experiencias.

“La idea es viajar, estar tranquilos y disfrutar la vida. No tenemos un destino fijo, por ahí va surgiendo y lo improvisamos. El único destino obligado que tenemos es Villa María donde tenemos a nuestro nieto y parte de la familia”

-¿Dónde los puede encontrar la gente?

-Estamos en la costanera durante los sábados y también los domingos cerca del anfiteatro. Allí ofrecemos nuestros pasteles y agua caliente para el mate.

-¿La idea es seguir viajando?

-Mientras que las piernas nos den vamos a ir para adelante. No importa si hay mucho o poco dinero. La idea es seguir paseando y seguir conociendo gente. Nos vamos a ir para la provincia de Buenos Aires y luego a Brasil, visitando amigos en el camino y siguiendo con el disfrute total de lo que nos pasa.

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