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Covid: los síntomas que persisten

La titular de la Mesa de Epidemiología del COE, Graciela Ortega, profundizó sobre el impacto de la enfermedad, la permanencia de algunos de sus indicios, las dificultades para grupos de riesgo y la incertidumbre sobre las secuelas

En el marco de la incertidumbre sobre la enfermedad, la infectóloga y titular de la mesa epidemiológica de Centro de Operaciones de Emergencias (COE), Graciela Ortega, dialogó con PUNTAL VILLA MARÍA sobre el impacto de la enfermedad y la persistencia de síntomas tras haber afrontado el virus.

Ante estos casos, la profesional explicó que las personas son dadas de alta dependiendo del cuadro de gravedad de la enfermedad y si en los 3 días anteriores dejaron de presentar síntomas respiratorios. Asimismo, aclaró que otros, como la falta de olfato, gusto, dificultad para respirar o dolor muscular, son consecuencia de atravesar la enfermedad pero “no quieren decir que el virus esté despierto o con actividad”.

Por otro lado, remarcó: “Las respuestas del cuerpo de una persona a otra son muy variables” con relación al estado de salud de la persona y “la forma en la que se contagia”.

El organismo

La especialista expuso que el virus ingresa al cuerpo y se multiplica en las células del aparato respiratorio, en los pulmones. En ese sentido, precisó: “Genera por parte del cuerpo de la persona infectada una respuesta inflamatoria que a veces es exagerada, repercutiendo de manera directa y haciendo que el cuadro se complique en muy poco tiempo”.

En relación con esto, detalló que la complicación depende de la acción del virus y la respuesta del cuerpo “queriendo ganarle a la infección”. Sobre ello, subrayó que la reacción puede generar “una insuficiencia respiratoria grande y hay mucha dificultad para respirar, una neumonía que en ocasiones requiere de respirador y de terapia intensiva”.

Por este motivo, sostuvo que el cuadro dependerá “del estado de salud que poseen el resto de los órganos del cuerpo a la hora de recibir el virus, por eso es tan variable y por eso hay personas que no están trabajando, las de grupo de riesgo”.

No obstante, aclaró: “La contagiosidad no tiene que ver con la enfermedad base, incluso a veces es al revés. Contagia más el que no piensa que está enfermo o que no tiene enfermedades crónicas porque no se siente tan mal”.

Por otro lado, indicó que “no está tan regulado que a las personas jóvenes les va a ir bien y a los adultos mayores, mal”, debido a que dependerá del estado de salud de cada persona y la manera en la que se contagia.

Síntomas

“Los síntomas que prevalecen luego de la enfermedad no tienen que ver con la existencia del virus, la persistencia de algunos de ellos, como el cansancio, la falta de aire, son cosas producidas por la inflamación del virus pero no porque esté despierto”, declaró Ortega.

En esta línea, enfatizó que la capacidad de multiplicación y la actividad del virus están en los síntomas respiratorios, motivo por el cual las altas son dadas con 3 días de anticipación sin este tipo de afección.

“Solamente son los síntomas respiratorios los que hablan de actividad del virus, los otros pueden quedar un tiempo más prolongado y se recuperarán con el tiempo”, aseguró y agregó que si atravesaron los días pertinentes “están de alta porque no contagian pero no están fuertes para retornar a trabajar”.

Respecto de las secuelas de largo plazo, Ortega planteó: “Necesitamos más tiempo de estudio. Si todos los síntomas respiratorios, evidencias de alteraciones pulmonares o cardíacas se van a recuperar, es muy pronto para saberlo, pero es probable que en algunas personas queden secuelas” y acotó: “Al ser una enfermedad tan nueva todavía no hay muchas respuestas”.

Lo que sí garantizó es que, al igual que la mononucleosis, produce un cuadro de “fatiga crónica”, cansancio que se recupera.

Complicaciones

En torno al contagio del virus y su impacto en otras partes del organismo, aseveró: “El problema estaría en la severidad del cuadro clínico cuando la persona tiene más edad o una enfermedad crónica, es decir, que se complique más la enfermedad que la persona ya posee”.

Por este motivo, comunicó que desde el COE Regional incentivan los controles en el quinto día a personas que pertenecen al grupo de riesgo y que fueron diagnosticados como positivos.

Indicó que la finalidad es visualizar “elementos predictores de complicación” para evitar la complejización de los cuadros e implementar tratamientos como el plasma inmune, corticoides, ibuprofeno inhalado, que, utilizados de manera precoz, pueden “modificar la evolución”.

Anticuerpos

La doctora expresó que es la respuesta esperada es la generación de anticuerpos, porque es la manera en la que “el cuerpo le gana a la infección la mayoría de las veces y por lejos”. En ese sentido, alegó que aparecen después del día 12 de la infección.

Sobre la cantidad de tiempo que permanecen en el organismo, reveló: “No se puede saber, porque al ser una enfermedad tan nueva lo que se conoce es que la gente se ha infectado en diciembre”.

A su vez, esclareció: “Es un anticuerpo específico para el virus, no te da la total seguridad de que no vuelvas a contraer la enfermedad, como es tan nuevo aún se desconoce si dentro de unos meses habrá una cepa diferente”. No obstante, describió que hasta el momento las variantes que ha tenido el virus fueron mínimas.

Vacuna

Respecto a las vacunas rusas que llegarán a la Argentina y todas las que están siendo desarrolladas en distintas partes del mundo, alegó que están en fase 3, es decir, en la experimentación con grandes grupos de personas.

Acerca de esto comentó que las dosis se colocan a grupos extensos, en muchos lugares a doble ciego, es decir, la vacuna real se inocula a algunos y un placebo, a otros para evaluar la evolución.

Además, agregó: “Quizás Rusia tenga la ventaja de que ya estuvieron probando vacunas para algunos coronavirus que debieron enfrentar en Asia y que estuvieron un poco más adelantados”.

Por último, destacó que en otras experimentaciones la fase 3 duraban muchos años pero, con “el apuro que existe en la actualidad, depende de los resultados”.

“Los procesos son variados, hace 30 años que se busca una vacuna para VIH y aún no se consigue. Pero no hay ningún número exacto de cuándo podrá pasarse a la fase 4, que es la comercialización. Hay que esperar”, finalizó.