Río Cuarto |

Tener que vivir en la basura Los vecinos de Las Delicias piden acciones con urgencia

Sobre la calle Quena, en la costanera norte del río, el basural es insoportable. Temen que los niños se enfermen y no les llega el servicio del agua. Indican que los ratones que hay en el lugar rompen las trampas que les ponen y que nadie les da respuestas desde el Estado.

Sobre la calle Quena, en la margen norte del río y a la altura del barrio Las Delicias, el basural que día a día se alimenta con el nocivo aporte de vecinos ha tomado tal magnitud que las condiciones de vida se han tornado imposibles. La gente del sector asegura que llegan desde otros puntos de la ciudad a tirar sus residuos, inclusos desde los barrios privados próximos, mientras que indican que los camiones recolectores no ingresan a la zona.

Los vecinos manifiestan su preocupación por las posibles enfermedades que allí se generan por estas condiciones. De hecho, este verano padecieron brotes virósicos, y a pesar de hacer los reclamos correspondientes, dicen no obtener respuestas de las autoridades municipales. A esto se suma la falta de agua potable y una pobre iluminación, que hace del sector una zona muy peligrosa cuando oscurece.

Vanesa Acosta, quien vive bien al frente del basural, comentó a Puntal: “Hacemos el reclamo porque por la basura ya no se puede vivir. Antes el camión de la basura pasaba lunes, miércoles y viernes, ahora solamente lo hace los viernes, pero a veces, porque suele suceder que sacamos y tenemos que meter de nuevo las bolsas porque ni asoman”, indica y asegura que a veces los camiones pasan pero no se llevan las bolsas.

Junto a otros vecinos del sector piden que se saque el basural con urgencia, “porque ya no se puede vivir más, es imposible estar”, indican sobre este foco infeccioso que se ha generado desde el puente de Alberdi hasta el fondo del barrio, todo a lo largo de la costa del río. “Queremos soluciones a esto, ya que el señor intendente hace tantas placitas, por qué no nos limpia un poco acá”, dice Acosta, y agrega: “Nosotros también necesitamos para nuestros niños una canchita para que jueguen”.

- ¿Han reclamado por esta situación ante las autoridades?

-  Sí, porque es muy peligroso este lugar, a la noche es una oscuridad bárbara y no se puede andar, por la basura y el yuyal que hay no se puede ni andar porque te puede asaltar cualquiera. Ya nos hemos cansado de hacer reclamos a la Municipalidad, a todas las dependencias, a la Defensoría del Pueblo, hemos mandado cartas documento, y asimismo no nos solucionaron nada.

Acosta señala que desde 2016 realizan estos reclamos sin obtener respuestas, “todo sigue igual y nunca vinieron a vernos”, dice, y denuncia que “vienen hasta de otros barrios a tirar basura, también del country, cuando no pasa el camión o se olvidaron de sacar las bolsas, vienen hasta acá y nos tiran todo”.

Por su parte, su esposo Jorge comenta que por la basura “ya no tenemos ratas, hay ratones enormes que dan asco y que no se pueden matar”. Indica que son tan grandes que “las trampas comunes no los atrapan, ya tenemos que buscar alguna como para zorro, porque la trampa los agarra y se rompen”. 

Manifiestan su preocupación por las enfermedades que los roedores pueden llegar a transmitir, y dicen: “Seguramente si hay algún caso van a empezar a hablar todos de la calle Quena, pero mientras tanto nos tienen olvidados”.



Sin servicios



Carolina Medina, que vive con su familia a un par de casas, también señala su preocupación por la falta de agua: “La calle Quena no tiene el servicio”, dice. 

- ¿No llegan los picos públicos al sector?

- Hay algunos picos públicos sobre la Colombia, pero a nosotros, por ejemplo, llega lo que no se usa en las primeras 5 casas. En verano prácticamente no tenemos agua ningún día. Fuimos a Emos y pedimos ayuda, pero no nos dieron una respuesta.

Jorge considera que “cuando nos dieron un poco de importancia trajeron la luz, y por eso tenemos un poco de iluminación, pero nada más”, por esto exigen el agua y al menos un contenedor donde poner toda la basura para que el lugar no se vuelva intransitable. “La otra vez vinieron de Respeto con la máquina y se llevaron un camión lleno de basura, pero rápidamente se armó un basural de nuevo”, sostiene el vecino.

Indican que no encuentran alternativas para solucionar el problema. “No queremos ir a cortar el puente y quemar cubiertas, no creemos que dé para eso, pero tampoco nos escuchan”, dice e insiste: “Aquí hay muchos niños, y estamos preocupados por lo que les puede llegar a pasar”.



Luis Schlossberg.  Redacción Puntal