-La reiteración de los incendios, sobre todo en las zonas de serranía, ¿tiene que ver con la extensión de la frontera agrícola y del uso de la tierra para desarrollos inmobiliarios?
-Creo que hay una situación particularmente compleja, en la que hay algunos elementos que marcar. Por un lado, este es un fenómeno acumulativo; cuando se producen incendios, se van acumulando los impactos. Pensemos en lo que fue el período 2020 y 2021, con más de 70 mil hectáreas quemadas; obviamente, hay un impacto fuerte y la biodiversidad no se recupera rápido. Entonces, haciendo un pequeño balance, si el área quemada es de 20 mil hectáreas, hay un acumulado que es muy trágico, porque supera ampliamente la capacidad de la propia biodiversidad para recuperarse.
-¿Esta pérdida se puede revertir de alguna forma con acciones planificadas?
-Es importante aclararlo; la biodiversidad no se planta: yo puedo poner árboles, pero eso no hace recuperar la biodiversidad. Eso es algo que buscaron inculcar en su momento durante la gestión anterior, que creía que se podía solucionar así. La otra situación, que vivimos ahora, es que se mezcla el cambio climático global con la destrucción de ambiente nativo. Tenemos períodos secos muy prolongados, con el fenómeno de La Niña, que efectivamente está asociado a períodos más secos. Y creo que la sociedad y el Gobierno no llegan a dimensionar las consecuencias, para que la gente sea mucho más cuidadosa. Más del 90 por ciento de los incendios se generan por causa humana.
Cambiar la estrategia
-¿Qué se puede mejorar del sistema de respuesta ante incendios?
-Creo que el gobierno tiene que cambiar la estrategia e ir incorporando a todos los sistemas de brigadas locales, para que haya múltiples sistemas que pueden coordinarse entre sí: bomberos voluntarios, bomberos formales y brigadas. Hay que montar un sistema que involucre todas las variables. En Córdoba, el negocio inmobiliario y también los sectores vinculados al agronegocio son amenazas reales. Recordemos que, a nivel de ambientes y bosques nativos, nos queda menos del 4 por ciento de la superficie original con cierto nivel de conservación de biodiversidad. Respecto a los incendios, todas las tecnologías tendrían que converger para que las alertas tempranas fueran muy eficientes. No puedo dejar de mencionar que durante la gestión anterior se eliminaron las estaciones, las torres de observación humana que en países como los Estados Unidos siguen utilizándose para complementar a la tecnología. La clave es la detección temprana, es decir, poder detectar ese inicio del fuego, que todavía es controlable, antes de que llegue a un nivel que requiere intervenciones a gran escala. Y hay que crear un sistema de preparación de la sociedad para que no contribuya a generar estos fuegos, los 365 días del año y no solamente en la época de incendios.
“El efecto acumulado disminuye la biodiversidad: de virus, bacterias, hongos, plantas, vertebrados e invertebrados”.
-A nivel global hay quienes sostienen que estamos entrando a una época en la que los incendios serán incontrolables, como consecuencia de sequías y otros fenómenos extremos causados por el calentamiento global, ¿están viendo lo mismo?
-No lo comparto; para mí estamos viendo lo opuesto. Por eso insisto en el tema de la intervención temprana; si yo tengo que enfrentarme con un poderoso incendio, que ya tiene la magnitud muy grande, no es lo mismo que en ese mismo lugar que alguien lo hubiera detectado y hubiera podido controlarlo. Entonces, para esa detección temprana existe una cantidad de herramientas que deberían converger. Desde este punto de vista, las posibilidades que tenemos ahora son mucho mayores que las que del pasado. Los incendios que están ocurriendo en este momento son una carrera en la que siempre la naturaleza corre de atrás. Lamentablemente, este efecto acumulado está disminuyendo la biodiversidad y con esto me refiero a las miles de especies, desde virus, bacterias, hongos, hasta plantas, seres vertebrados e invertebrados. Es eso lo que nosotros debemos tener en cuenta: no son solamente árboles y los pastizales. La mayor parte de la población vive en las ciudades y no alcanza a entender el funcionamiento.
