La precursora del grupo hizo un balance del último año, y sostuvo que fue un período “de muchísimo aprendizaje". La agrupación inicialmente se creó para brindar contención emocional entre sus miembros, pero rápidamente comenzaron a ver otras necesidades. “Acompañamos en todo lo que es colaborar en gestiones, lamentablemente, porque hay mutuales y prepagas que muchas veces, por la burocracia, no autorizan los tratamientos a tiempo”, explicó.
La asociación se ha dedicado a agilizar procedimientos médicos esenciales, como resonancias y quimioterapias, asegurando que los pacientes reciban la atención que necesitan sin demoras.
La obtención de la personería jurídica ha sido crucial para su trabajo. “Al tener personería jurídica, al tener peso, cuando uno llama a sanatorios o mutuales, es como que las cosas cambian”, indicó la sampachense, subrayando la diferencia que hace ser reconocidos formalmente.
Además de la gestión de tratamientos, Chicas Fuertes ha organizado eventos para concientizar sobre la prevención y la lucha contra el cáncer. “Hacemos un festival cada 4 de febrero y la gente siempre nos apoya y acompaña”, recordó Adriana. Este evento ha crecido cada año, atrayendo a más artistas y participantes de Sampacho y la región.
“Transmitimos que se puede ir más allá de la enfermedad y que la vida hay que vivirla y disfrutarla”, agregó una de las fundadoras del grupo y quien también es una sobreviviente de la enfermedad.
Otra actividad destacada de la asociación son las “Tardes de chicas”, reuniones en las que las integrantes se juntan a tomar té, jugar y disfrutar de la compañía, todo con el objetivo de concientizar sobre la prevención del cáncer. Los encuentros también incluyen charlas médicas que proporcionan información valiosa a las participantes.
Actualmente, Chicas Fuertes de Sampacho está conformada por ocho mujeres, todas residentes de Sampacho, aunque mantienen contacto con integrantes de otros pueblos y provincias. “Somos muy poquitas, pero nos multiplicamos”, afirmó Adriana. Cada miembro ha pasado por algún tipo de cáncer, lo que refuerza su compromiso y comprensión de las necesidades de los pacientes oncológicos.
La vecina también destacó la importancia de la colaboración con psicólogos y nutricionistas oncológicos, un área en la que están trabajando para ofrecer más apoyo a los pacientes. Sin embargo, la falta de un lugar físico sigue siendo un desafío. “Nos juntamos en distintas casas para las reuniones y demás, pero vamos a lograr tener nuestro propio lugar”, expresó con optimismo.
El primer año de la Asociación Civil Chicas Fuertes de Sampacho ha sido un período de grandes aprendizajes y desafíos. “Era un grupo que hacía mucha falta cuando se creó”, concluyó Adriana, subrayando la necesidad de un grupo que no solo brinda apoyo emocional, sino que también lucha por los derechos y la salud integral de los pacientes oncológicos. Con la vista puesta en el futuro, la Asociación continúa creciendo y adaptándose a las necesidades de la comunidad, siempre con el objetivo de concientizar y apoyar a quienes más lo necesitan.
