Un estudio de arquitectura de Buenos Aires -en trabajo conjunto con un estudio local- recurrió a la implementación de una estructura totalmente metálica para adaptar el uso de un céntrico terreno donde se emplazaba una casona y reorientar su utilización con fines comerciales.
Es que para ese aprovechamiento debieron ajustarse a una serie de condicionamientos que estipula la normativa sobre el sector céntrico de la ciudad y la estructura en seco fue la solución eficiente que permitió conseguir un gran salón de exposición y un depósito respetando las reglamentaciones vigentes.
Fueron los profesionales del estudio BBC arquitectos, integrado por Ángela Bielsa, Luciana Breide y Manuel Ciarlotti Bidinost, quienes desarrollaron la propuesta y encomendaron al arquitecto riocuartense Franco Bussi la tarea de vincular al estudio bonaerense con la Municipalidad de Río Cuarto, adaptar el proyecto según las normativas de esa zona urbana y llevar adelante la dirección técnica de la obra, actividad que asiduamente también era supervisada por los promotores del proyecto.
La intervención en cuestión se efectuó en la céntrica esquina de Sobremonte y Bolívar donde se instaló una de las sucursales de la marca dedicada al rubro textil.
“Particularmente, esa esquina tenía muchas condicionantes en cuanto a la normativa porque la calle Bolívar tiene un retiro muy importante, prácticamente de más de 5 metros, que si tenían que materializar el retiro no iba a poder ser útil el terreno. Por ello, la solución fue trabajar en dos niveles en el sector en el que la normativa lo permitía y reemplazar en la parte del retiro, la estructura antigua por una nueva, pero respetando las condiciones de la preexistencia”, comenta Bussi en diálogo con Puntal ADC.
El profesional local explica que la resultante volumétrica fue, ni más ni menos, que la aplicación de la ordenanza. “En las zonas donde hubo que respetar la volumetría existente, que es la zona más baja que da sobre calle Bolívar se sustituyó la preexistencia. En la otra parte se generó una mayor superficie generando un gran local comercial en planta baja y un depósito en planta alta. Este escalonamiento permitió generar una terraza verde sobre calle Bolívar que significa un aporte importante a la ciudad, es un punto verde elevado en una esquina que antes era completamente árida”, señala.
Así, se instaló un gran jardín en altura sobre el basamento de frente en calle Bolívar construido íntegramente con materiales livianos desmontables, alternando mallas metálicas traslúcidas y vanos libres, potenciando de esta manera, el espacio perimetral del lote y el remate de la manzana.
Construcción en seco
La estructura metálica es una de las principales características que distingue a la obra y que le valió el primer premio en Tecnología, Gestión y Producción en lo que fue la 4º Bienal Nacional de Diseño, llevada a cabo en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Se utilizaron una serie de perfiles HEB traídos de Brasil y si bien no se pudieron ejecutar las losas con encofrado colaborante porque en ése momento no se conseguían, realizamos una solución local y todo el edificio fue resuelto en seco, con grandes columnas metálicas apoyadas sobre pilotes, grandes vigas metálicas y cerramientos exteriores que combinan metal, vidrio y placas exteriores del tipo Superboard”.
La implementación de estructuras metálicas favorece la modulación del conjunto y en torno a ello se puede advertir la organización interior, exterior y de las vidrieras.
“Las líneas generales se orientaron a intentar alcanzar la mayor cantidad de superficie de venta en planta baja. Por ende, los servicios se elevaron hacia arriba, donde están los depósitos y baños del personal, para poder liberar completamente la planta baja al comercio. Una línea de columnas en el interior del edificio soporta la escalera y organiza la circulación interna del local, y la ‘parte dura’ como vestidores, montacarga y mostrador de cobro y empaque, se ubicaron en los bordes del salón”, precisa.
Respecto de las vidrieras del local, muestran cierta particularidad porque si bien sobre calle Sobremonte se montó una vidriera tradicional con maniquíes para exhibir el producto, sobre Bolívar se montaron estibas de material con mercadería, sobre la vidriera. “Directamente se ven los percheros desde la vereda y eso también es innovador, es como un muestrario a la calle del producto que se vende”, considera Bussi.
“Se recreó la misma impronta”
El arquitecto explica que la marca que invirtió en la obra tenía pautas muy claras en cuanto a mobiliario y materialidad, y la presencia de lo metálico se justifica en que en Buenos Aires lo depósitos están constituido por contenedores navales. A partir de ello, se recreó aquí esa misma impronta con el uso de la chapa.
“Se completa virtualmente el volumen con una estructura liviana y sobre la esquina se genera un vacío de doble altura vidriado que jerarquiza el ingreso. Como la calle Bolívar se inunda, teníamos una diferencia de nivel de 60 centímetros entre el exterior y el interior, y es por ello que se generó un gran pórtico vidriado de doble altura”, comenta.
En cuanto al uso del color, también fue planteado por la línea de diseño de la marca planteado en los monocromáticos blanco y negro, con la incorporación de las placas de OSB con una tonalidad de madera amarillenta para algunos de los muebles interiores. “En este local en particular se exacerbó ese contraste entre el interior y el exterior: afuera todo es negro y adentro es todo blanco, lo que da un marcado contraste”, finaliza Bussi.
Javier Borghi