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Colapinto volvió a poner a Argentina en la Fórmula 1: las diez marcas que lo acompañaron en la largada

Empresas líderes apostaron por el talento nacional y aceleraron junto al piloto en su desembarco en la categoría reina del automovilismo

Franco Colapinto volvió a poner la bandera argentina en lo más alto del automovilismo mundial. Lo hizo enfundado en un mono azul, al mando de un Alpine de motor híbrido, y en el escenario más exigente: la Fórmula 1. La espera terminó. Argentina volvió a tener un piloto en la máxima categoría. Y detrás de ese regreso, diez marcas lo acompañaron en una carrera que no se corre solo en la pista, sino también fuera de ella.

Mercado Libre encabezó la grilla. El unicornio argentino más grande de América Latina imprimió su nombre en el auto y se posicionó como principal sponsor de este nuevo capítulo. A su lado estuvo Globant, la firma tecnológica que dejó clara su filosofía desde el pitlane: “Ayudar a las organizaciones a reinventarse para crear un camino hacia el futuro y desatar su potencia”.

El respaldo también vino del combustible literal: YPF, la petrolera estatal, impulsó al piloto desde su ADN energético. La marca se sumó con presencia oficial en la escudería, mientras el semáforo pasaba de rojo a verde.

Quilmes trajo sabor a historia. Fundada en 1890 por Otto Bemberg y hoy parte del grupo AmBev, la cervecera se alineó con un mensaje de orgullo nacional, llevando sus colores a las pistas más veloces del planeta.

Flybondi, la primera

Franco Colapinto volvió a poner la bandera argentina en lo más alto del automovilismo mundial. Lo hizo enfundado en un mono azul, al mando de un Alpine de motor híbrido, y en el escenario más exigente: la Fórmula 1. La espera terminó. Argentina volvió a tener un piloto en la máxima categoría. Y detrás de ese regreso, diez marcas lo acompañaron en una carrera que no se corre solo en la pista, sino también fuera de ella.

Mercado Libre encabezó la grilla. El unicornio argentino más grande de América Latina imprimió su nombre en el auto y se posicionó como principal sponsor de este nuevo capítulo. A su lado estuvo Globant, la firma tecnológica que dejó clara su filosofía desde el pitlane: “Ayudar a las organizaciones a reinventarse para crear un camino hacia el futuro y desatar su potencia”.

El respaldo también vino del combustible literal: YPF, la petrolera estatal, impulsó al piloto desde su ADN energético. La marca se sumó con presencia oficial en la escudería, mientras el semáforo pasaba de rojo a verde.

Quilmes trajo sabor a historia. Fundada en 1890 por Otto Bemberg y hoy parte del grupo AmBev, la cervecera se alineó con un mensaje de orgullo nacional, llevando sus colores a las pistas más veloces del planeta.

Flybondi, la primera aerolínea low cost del país, también despegó en este proyecto. Fundada en 2016, la empresa desplegó su identidad joven y disruptiva junto al piloto más prometedor del país.

Desde el universo de los regalos con experiencias, Bigbox apostó por conectar emociones con velocidad. Su propuesta permitió acercar el automovilismo de élite a nuevos públicos con una lógica distinta: vivir momentos en vez de coleccionar objetos.

En la línea industrial, Celulosa Argentina S.A. puso en marcha su potencia desde el sector foresto-industrial. La compañía integró su desarrollo sustentable con la precisión técnica del automovilismo.

El mundo cripto también pisó el acelerador. Ripio, con miles de usuarios en la región, celebró su expansión internacional mientras acompañaba a Colapinto en su debut. “Logró la autorización de la Oficina de Regulación Financiera de Florida para comenzar a ofrecer sus servicios de Ripio Select”, confirmaron.

Desde las finanzas, Latin Securities se sumó al proyecto con su propuesta de asesoramiento e intermediación de alto nivel, mientras que Pax Assistance ofreció asistencia global, cubriendo al piloto y su entorno ante cualquier contratiempo, desde cancelaciones hasta emergencias médicas.

Estas diez marcas no solo pusieron dinero: encendieron motores. Le dieron forma a una misión que parecía postergada: volver a tener un argentino en la Fórmula 1. Colapinto corre. Y ellos, sin subirse al auto, también están en cada curva.

aerolínea low cost del país, también despegó en este proyecto. Fundada en 2016, la empresa desplegó su identidad joven y disruptiva junto al piloto más prometedor del país.

Desde el universo de los regalos con experiencias, Bigbox apostó por conectar emociones con velocidad. Su propuesta permitió acercar el automovilismo de élite a nuevos públicos con una lógica distinta: vivir momentos en vez de coleccionar objetos.

En la línea industrial, Celulosa Argentina S.A. puso en marcha su potencia desde el sector foresto-industrial. La compañía integró su desarrollo sustentable con la precisión técnica del automovilismo.

El mundo cripto también pisó el acelerador. Ripio, con miles de usuarios en la región, celebró su expansión internacional mientras acompañaba a Colapinto en su debut. “Logró la autorización de la Oficina de Regulación Financiera de Florida para comenzar a ofrecer sus servicios de Ripio Select”, confirmaron.

Desde las finanzas, Latin Securities se sumó al proyecto con su propuesta de asesoramiento e intermediación de alto nivel, mientras que Pax Assistance ofreció asistencia global, cubriendo al piloto y su entorno ante cualquier contratiempo, desde cancelaciones hasta emergencias médicas.

Estas diez marcas no solo pusieron dinero: encendieron motores. Le dieron forma a una misión que parecía postergada: volver a tener un argentino en la Fórmula 1. Colapinto corre. Y ellos, sin subirse al auto, también están en cada curva.