Río Cuarto | Bertea | Nora | crimen

Bertea: "El vocero de Macarrón sólo embarró y desvió la investigación"

El exsecretario de Seguridad rememoró el episodio que le granjeó la enemistad con Lacase. Afirmó que, junto con el viudo, obstaculizaron la pesquisa del crimen de Nora

Con saco oscuro abierto y el andar enhiesto que lo caracteriza, Alberto Oscar Bertea (73) ingresó ayer a la sala de juzgamiento saludando a viva voz.

Llegó pertrechado con artículos periodísticos que aludían al episodio que le granjeó la enemistad eterna de Daniel Lacase. Y, especialmente interesado en que los jurados populares tomaran nota, explicó de arranque que el origen del entripado del abogado laboralista fue una denuncia pública que hizo Bertea en el diario Puntal.

Contó que el intendente Alberto Cantero le había pedido que se hiciera cargo de una de las empresas mixtas, Frigorífico del Sur, porque el anterior presidente -Lacase- no había conseguido ponerla en marcha.

-Lo primero que hice fue auditar las cuentas y ahí surgió un pasivo injustificable de 100 mil dólares que había dejado el anterior presidente de la empresa. Eso produjo un fuerte enojo del vocero.

Con ese término Bertea aludió a Lacase cada vez que lo mencionó.

Quince años después, aún se mostró dolido por la maniobra que sufrió su amigo y exasesor, el abogado Rafael Magnasco, perseguido e imputado por la Justicia a causa de un rumor.

Recordó que en una oportunidad, Magnasco llegó a su estudio jurídico después de haber pasado por la peluquería y se produjó una escena tragicómica con otros de los integrantes del grupo de amigos, el ya fallecido abogado penalista Mariano Torres.

“Mariano le preguntó qué había hecho con el pelo y Magnasco lo miraba sin entender. ¡Mirá si Lacase lo toma como una evidencia!, le advirtió y salió corriendo a la peluquería a barrer el pelo que le habían cortado”, rememoró Bertea.

En sintonía con lo que el miércoles habían declarado sus amigos Nicolás Curchod y el propio Magnasco, atribuyó el rumor y el desvío de la causa a su enemigo político, Lacase.

“El vocero de Macarón no lo ayudó en nada al imputado, ¡y menos a su familia, y a la familia de Nora! Sólo embarró y desvió la investigación”, dijo el testigo.

Agregó que Lacase tenía dos motivaciones para actuar de esa manera: por un lado, desviar la investigación de los verdaderos autores y, por otro lado, deshacerse de su más acérrimo enemigo.

Bertea recordó que a los pocos días del crimen de Nora el asedio hacia su persona era tal que declinó una invitación del entonces presidente Néstor Kirchner para acompañarlo en una visita a Río Cuarto “porque la prensa iba a terminar buscándome a mí para hablar del crimen”.

Aclaró que con su expresión no quería menospreciar la imagen de la víctima, pero a su criterio el crimen de Nora debió tratarse como un homicidio más en la provincia, en lugar de destinarle primero dos y después hasta tres fiscales juntos, o tres divisiones diferentes de investigación.

“Eso en mi opinión no ayudó para nada, como tampoco el desembarco del comisario Sosa, el investigador estrella, al que Lacase le pagaba la estadía en el Hotel Opera”, comentó.

Dijo que la persecución que, a su criterio, montó Lacase actuando en nombre del viudo no sólo determinó que Bertea tuviera que presentar su renuncia al cargo de secretario de Seguridad sino que descabezó la jefatura de la Policía, generó la renuncia del fiscal General e hizo trastabillar a la provincia.

“Con el desembarco de todos los medios nacionales, hasta llegué a escuchar rumores de una posible intervención de la provincia. ¡Fíjense hasta lo que llegó esta locura del mitómano!”, confió el letrado.

Medio siglo en la profesión lo llevan a pensar que la de Río Cuarto es una Justicia clasista. “En este juicio pasan muchos que creen que valen por lo que tienen y no por lo que son. Si esto le hubiera ocurrido a un trabajador de escasos recursos, no les quepa duda que hubiera estado preso de inmediato. No hubiera tenido la suerte del imputado”, dijo Bertea.

Alejandro Fara. Especial para Puntal