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Retroceso: el etanol subió la mitad que la nafta y la ley de biocombustibles se frenó en el Congreso

La industria empujó un nuevo marco normativo que reemplace al creado por el Gobierno anterior y que marcó un serio perjuicio para el sector. Cuando todo parecía encaminado, La Libertad Avanza quitó el apoyo y anunció la presentación de su propio proyecto.

No cierra un buen año para los biocombustibles. Más allá del entusiasmo que la industria, fuertemente asentada en Córdoba, Santa Fe, San Luis y las provincias del noroeste, mostró en buena parte del año cuando logró que muchos representantes legislativos de nueve provincias argentinas, incluidas algunas de la Patagonia, empujaran un nuevo marco legal para la actividad, diciembre la encuentra con las manos vacías. Pero además, con escaso acompañamiento manifiesto desde el Gobierno nacional, que no otorgó ni siquiera señales de precio para mantener un sector vigoroso.

Es que en enero el litro de etanol de maíz comenzó con un valor de $361,167 y el de caña a $348,539 y ahora, con el ajuste de diciembre, llegaron a $645,061 y $703,804 respectivamente. Como se ve, además en el medio hubo una inversión de valores: el de maíz comenzó cotizando por arriba y terminó muy por debajo del de caña. En esa comparación, además, también perdió la carrera el originado en Córdoba y San Luis. Los ajustes fueron del 39% y 51% respectivamente, por lo cual además hubo un muy mal desempeño frente a la inflación y el litro de nafta.

Si se toma la evolución anual del etanol, el de maíz recibió un aumento del 112% mientras que el de caña llegó al 127%. A esta altura, en el acumulado interanual, la inflación fue del 193% (con el último dato conocido de octubre) y los combustibles aumentaron en el surtidor un 213%. La pérdida de los biocombustibles llegó así a niveles alarmantes. Vale recordar que el precio es habilitado por la Secretaría de Energía de la Nación y debe ser ajustado mensualmente.

Allí suele darse además algo curioso: los incrementos de naftas se argumentan con los movimientos que tuvieron los biocombustibles, cuando en realidad estos últimos corrieron muy por detrás.

Lo cierto es que, más de fondo, la industria esperaba actualizar y dar de baja el actual marco normativo y avanzar en uno más agresivo en favor del sector, que apueste a incrementar el corte y potencie inversiones en el interior, especialmente en el cordón maicero. Pero eso, que parecía cerca, de pronto se esfumó. Los debates en Diputados avanzaron hasta que el oficialismo cambió de parecer y en vez de continuar con el proyecto consensuado por 9 provincias, pateó el tablero y anunció que presentaría el propio. Lo hizo en noviembre, ya sin margen para maniobrar legislativamente este año. Que será otro año perdido.