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"Haber compartido un año con Maradona fue un disfrute, algo muy lindo"

Vicente Pernía es uno de los ídolos máximos de Boca Juniors, un emblema y referente de la década del 70. Junto a Diego fueron compañeros en el recordado título del Metro 81 y en exclusiva para El Deportivo así lo recordó.

A casi dos semanas de la desaparición física de Maradona, su nombre sigue retumbando y con fuerza en todos los ámbitos, desde el judicial y mediático hasta el deportivo, que es el único que nos interesa.

Vicente “Tano” Pernía fue y es uno de los máximos ídolos de la rica historia de Boca, un valor imprescindible para entender la década del 70. Con decir su nombre uno inmediatamente asocia al Toto Lorenzo y ese equipo bicampeon de América en 1977 y 1978 que les ganó a Cruzeiro y Deportivo Cali respectivamente.

El Metropolitano 81, única temporada de Diego con Boca y único título en la Argentina, los tuvo como compañeros. La sabiduría de un duro como Pernía y el talento, magia, desparpajo y personalidad de Maradona, sumados a los goles y velocidad del Mono Perotti, los enganches del Pichi Escudero y todo lo que representaba Miguelito Brindisi.

El paso del tiempo nos jugó una mala pasada con Diego, de llevárselo, de que no podamos disfrutarlo aún más, ni desde la línea de cal para afuera como entrenador ni como hombre del fútbol con su locuacidad y genialidad que no se encuentran más.

Una buena manera de recordarlo es con aquellos que compartió; el de Pernía es un caso así y en exclusiva para El Deportivo nos cuenta del más grande y del momento que vive Boca hoy.

-Hacía mucho que no veía a Boca, no miro prácticamente fútbol, siempre los partidos me encuentran haciendo otra actividad. Muchas veces se opina mucho más por el resultado que por el concepto de cómo se analiza el partido; me da la sensación de que Boca es un equipo que gana, y eso es bueno, no sólo en la moral del grupo sino en la repercusión que tiene en los rivales. Cuando un equipo gana mucho es porque algo tiene y ese es el Boca de hoy.

-Parecía que el año pasado Carlos Tévez era un exjugador que no sabía cómo hacer para mejorar y hoy lo vemos como lo vemos. ¿A qué piensa que obedece ese cambio de actitud?

-Hay varios análisis para hacer, uno lo dice por experiencia y por haberlo vivido. No es lo mismo para un chico de 20 o 21 años que recién comienza y se ve en el banco o no jugando que estar en el lugar de Carlitos, con su trayectoria, como fana de Boca que es y con lo que representa; que de repente lo sienten en el banco anímicamente es muy fuerte. Creo que Russo le dio el respaldo, la tranquilidad y le hizo sentir a través de la capitanía que es realmente muy importante. Eso para un profesional de la edad y la trayectoria de él es muy bueno, porque le da tranquilidad y lo hace sentir importante.

-Ha sido bicampeón de América en 1977 y 1978 y le pregunto ¿cómo era jugar la Copa de visitante en aquellos años?

-Eran muy distintas las copas de ese tiempo de las de ahora, las responsabilidades sí son las mismas. A mí no me gusta hablar de la capacidad de los jugadores de antes y los de ahora, porque sería muy arriesgado hacerlo. En mi época me decían de tal jugador, de lo bueno que era, de lo difícil que hubiese sido marcarlo, por ejemplo; no me gustaba y no quiero entrar en el mismo error. Sí me doy cuenta de que los equipos brasileños no son tan fuertes hoy como lo eran antes, hace 30 o 40 años, no tienen la capacidad técnica de aquel momento.

-Hoy Boca y River marcan una diferencia muy grande para con el resto, ¿piensa que la liga Argentina va a ir emparentándose a lo que pasa en España o Italia, por ejemplo?

-Yo no lo veo tan así, me da la sensación desgraciadamente de que River está por encima de todos, eso pasa por el trabajo del técnico. Yo lo veo a Gallardo muy parecido en el trabajo, las expresiones y el compromiso que tenía el Toto Lorenzo con nosotros. En River juega el que mejor está físicamente; entiendo y creo que en Boca pasa lo mismo. Tiene un trabajo distinto, cuando lo veo me doy cuenta, hay tácticas de trabajo no sólo con pelotas detenidas sino también en movimiento y en eso tiene mucho que ver el técnico. Cuando un equipo juega muy bien al fútbol sin gambetear es responsabilidad del entrenador. Si un equipo tiene un talento fuera de serie eso ya es responsabilidad del jugador en cuestión, pero seguro que la diferencia que marca River sobre el resto es en el trabajo y el compromiso de Gallardo, de hace ya unos años, eso es una ventaja con respecto a Russo, que hace menos de un año que está. De todas formas Boca gana y a su manera también.

-Paso por Maradona habiendo compartido plantel en el título del Metro 81, ¿qué semblanza le queda de Diego?

-La semblanza que tenemos todos; yo siempre dije que era el mejor que había visto, sólo me remitía al tiempo que estuvo con nosotros; ese año, llegó con veinte a Boca. Encontró un plantel maduro que venía de ganar cosas importantes y se comportó como se comportaban los demás. Cuando tuvo un par de deslices yo como capitán hablé con él, le expliqué cómo era y nunca más tuvo un problema. En ese año fue muy bueno desde lo profesional y desde lo futbolístico haber compartido un año fue un disfrute muy lindo porque si bien él tenía sus condiciones que yo no tenía, él no tenía otras cosas que yo sí, en la marca por ejemplo. Yo digo siempre que ser un buen marcador es lo mismo que ser Maradona o Messi, pero eso no se destaca mucho. Tengo la mejor imagen de él, cuando vi el zócalo en la tele me quedé diez segundos parado mirando para que lo saquen, porque no podía ser verdad, no lo podía creer. Creo que nos pasó lo mismo a todos los argentinos.

-¿Había algún secreto para marcar a ese Maradona?

-Era distinto, tenía cosas así, inventaba todo el día. Era difícil como marcar a otros jugadores también. Para un delantero es difícil cuando tienen alguien que marca bien, lo mismo nos pasa a nosotros los defensores cuando nos encontramos con jugadores como Messi, Diego, el Negro Ortiz en mi época, o Pelé.