Este primer cálculo coincide con el récord productivo del ciclo 2021/22, situando al cultivo muy por encima de los 20 millones de toneladas que se marcaban como escenario normal.
La situación para la producción es inédita y arranca un mes clave para su rendimiento con expectativas de llegar a un nuevo máximo histórico.
El sector vigila como nunca las enfermedades, consciente de que existe un potencial que no ha visto antes, se desprende del informe de la Bolsa de Rosario.
Técnicos, incluyendo profesionales con 30 años de experiencia, señalan que “nunca vimos a los trigos así,” un comentario que se multiplica en las encuestas y que nunca antes sucedió en los últimos 16 años del seguimiento que realiza GEA/BCR.
Para alcanzar este guarismo de 23 millones de toneladas, se estima un rinde promedio país de 35,4 quintales por hectárea.
El cultivo contó con buenas reservas en los suelos por las lluvias del otoño, a lo que le siguieron lluvias inéditas en julio y agosto, con récords especialmente en el último.
Estas lluvias significaron la recuperación del trigo cuando sufría una falta de agua acuciante y parecía fracasar por la falta de agua.
En la región núcleo, el rinde de base es de 40 quintales y tiene altísimas chances de contribuir con un volumen que estaría cerca de representar la tercera parte del total nacional. En Entre Ríos, la condición de los trigos muy buenos es el doble que en el año pasado. En Córdoba, se destaca que un lote de trigo se deja para cosecha por lo “bueno que está”.
Buenos Aires, el territorio de mayor potencial triguero, pese a la vulnerabilidad que muestra respecto a los anegamientos, se perfila para alcanzar un rinde de casi 40 quintales, esperando también un año superador.
En tanto, en Córdoba el trigo pasa por un escenario mucho mejor que el del año pasado y superaría por lejos los 23,7 quintales del 2024 con 35,5 quintales previstos ahora.
El área santafesina también muestra diferencia con los rindes del año pasado, cuando no llegó a los 30 quintales, y esta vez se perfila para alcanzar los 38 quintales. La Pampa también se destaca con muy buenas expectativas.
Lamentablemente, también se destaca un descuento de 403.000 hectáreas por los excesos hídricos. Buenos Aires es la provincia más golpeada por ese fenómeno, mostrando la cara negativa de esta campaña. La provincia, sobre todo en el centro norte, tiene más de 210.000 hectáreas trigueras que ya se dan por perdidas por la grave situación de excesos que golpea a este territorio. La provincia recibió casi el doble de lluvias de lo que suele recibir respecto a la media desde el 1 de enero al 8 de octubre, concentrándose las tormentas en el otoño y el invierno.
En cuanto al maíz, el temprano se va implantando en fecha pese a las lluvias y se estima que la producción rondaría las 61 millones de toneladas, otra cifra inédita para Argentina. La siembra de soja, que arranca pronto, se afirma en 16,4 millones de hectáreas, con una baja interanual del 7%. Con un escenario normal de clima, la soja podría producir 47 millones de toneladas.