Hace unos años Mauro Ferrero se planteó un sueño: recuperar la antigua capilla que sus abuelos junto con otros colonos habían construido en La Cañada, un pequeño pueblo de la zona rural en el límite entre San Luis y Córdoba, a unos 30 kilómetros de Achiras. La vieja edificación tiene 55 años y durante su época de apogeo se celebraban misas e incluso hubo bautismos y casamientos. No obstante, con el paso del tiempo y la falta de habitantes, el espacio quedó abandonado y se fue deteriorando. El hombre, junto con sus hermanos, puso manos a la obra y juntos lograron concretar el objetivo de restaurar el lugar. El pasado miércoles, durante la festividad de María Auxiliadora, se inauguró el remodelado templo.
Recuperó la capilla que sus abuelos construyeron hace más de 50 años
Mauro Ferrero junto con sus hermanos impulsaron la restauración y el pasado miércoles se inauguró la obra. El templo está ubicado en zona rural, a unos 30 kilómetros de Achiras
“Fue muy emocionante. Si bien aún faltan algunos detalles, los arreglos más importantes se hicieron y se pudo inaugurar. Se volvió a abrir después de muchísimos años, es la única capilla que hay en esta zona. En esto nos ayudó la Municipalidad de La Punilla (San Luis) porque se trata de una obra costosa pero esto es patrimonio histórico. En la inauguración hubo más de 130 personas de toda la zona”, manifestó Mauro en diálogo con Puntal.
En la oportunidad se hizo una misa y hubo descubrimiento de las placas y un reconocimiento de la intendencia de la Punilla.
Asimismo, Mario comentó que durante el acto “se recordó al padre Hugo Bustos, quien fue el que celebraba todas las misas y que ya no está”. Y agregó que “la iglesia, en forma de agradecimiento, agasajó a los presentes repartiendo chocolate, café, gaseosas, cosas dulces y saladas. Se pudieron compartir charlas, recordar cómo estaba este edificio y el cambio grande que se pudo lograr. Todos estaban muy emocionados”.
Destacó que, además del apoyo gubernamental, varios vecinos realizaron donaciones a través de una rifa, cuyos fondos permitieron cambiar todos los vidrios. “Sin esta ayuda de la gente no hubiera sido posible hacer la restauración”.
Una meta
La capilla fue fundada el 25 de agosto de 1968, según reza la piedra fundamental que está ahora ubicada al ingreso del lugar. Los abuelos de Mauro y vecinos de los diferentes campos de la zona de La Punilla fueron los encargados de levantarla. “La iglesia está ubicada en un pueblito que se llama La Cañada, actualmente hay muy pocos habitantes en esa zona pero la gente de los campos cercanos no tiene otra capilla más que esa para ir. Había una en honor a San José pero hoy está una barranca ahí, no existe más”, afirmó.
Mauro detalló que, luego de sus abuelos, la capilla pasó a estar a cargo de sus tíos, que conformaron una comisión: “Ellos ya hoy tienen más de 80 años y así fue que nosotros decidimos hacernos cargo, mis tres hermanos y yo trabajamos para poder recuperarla”. “Cada vez que pasábamos la veíamos despintada y abandonada, sentimos mucha pena porque sabíamos del esfuerzo que hicieron nuestros abuelos para construirla”, relató el vecino.
Expresó que poco a poco, con ayuda del Municipio puntano y donaciones de los vecinos, pudieron ir costeando los trabajos de pintura y reparación de mobiliario. “Pensamos arrancar despacio con esta remodelación y a pulmón, pero gracias al apoyo de todos se pudo lograr antes de lo que creímos. Queda hacer algunos detalles en el techo pero lo más importante ya está listo”, dijo.
Contó además que dentro del templo hay una antigua imagen de la Virgen María Auxiliadora que está tallada en madera “y es una verdadera reliquia”.
Por último, Mario manifestó su deseo de que vuelvan a celebrarse allí matrimonios y bautismos, tal como sucedía en los tiempos de los antiguos pobladores.