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Muros de adobe y un gran techo vivo, a metros del lago

"Casalma" es la primera vivienda que se materializa con técnicas modernas de bioconstrucción en Almafuerte. Emplazada en un nuevo barrio residencial, la obra irrumpe por sus particularidades

En uno de los barrios residenciales más prósperos de Almafuerte, una casa irrumpe por sus particularidades constructivas.

“Casalma” se erige como la primera vivienda en la ciudad construida con técnicas modernas de bioconstrucción y sus muros de adobe portantes y sismorresistentes ya captan la mirada de aquellos propios y extraños que son testigos de su evolución.

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También llama la atención la estructura del gran techo vivo, que será el único cerramiento horizontal de la casa y que a partir de un fácil acceso al mismo permitirá gozar de un jardín aterrazado con imponentes visuales hacia el lago, una plaza pública y las serranías cordobesas.

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Un dato de color que invita a descubrirla es que para los revoques exteriores se utilizan claras de 120 huevos que, mezcladas con cal viva apagada, dan por resultado un albuminato de calcio que favorece la hidrorrepelencia sin obstruir la respiración de los muros.

La obra es promovida por el estudio de arquitectura cordobés Van-Gross. El diseño estuvo a cargo del arquitecto Armando Gross, quien contó con el aporte del diseñador en permacultura, Francisco Laguzzi.

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En diálogo con Puntal ADC, el arquitecto Armando Gross explica que pese a que el loteo dispone de conexión a la red de cloacas, se resolvió que solo los efluentes de los inodoros de los dos baños que alberga la casa se canalicen hacia ese sistema sanitario, mientras que todos los excedentes hídricos restantes -tales como la bacha de la cocina o del lavadero-, sean procesados en una planta fitodepuradora emplazada en el mismo terreno para que pueda reutilizarse, por ejemplo, para riego.

En su conformación constructiva, la casa está hecha íntegramente con tierra cruda materializada en ladrillos de adobe que se fabrican en Traslasierra.

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“Los ladrillos respetan el tamaño del molde peruano: tienen 38 centímetros de largo, 18 de ancho y 8 centímetros de alto. Es una medida ancestral que utilizaban los pueblos originarios tanto de Perú como de Bolivia y en la actualidad persisten obras milenarias construidas con ese material”, especifica Gross.

A partir de la combinación de trabados se pueden obtener muros de 20 o de 40 centímetros de espesor, logrando condiciones estructurales y térmicas destacadas.

“Al tener semejante tamaño es apto para recibir cargas, lo que lo convierte en muro portante, pero a la vez también permite definir una estructura sismorresistente a partir del trabado de los muros y el espesor de los mismos”, indica el referente de la bioarquitectura.

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Gross comenta que el adobe contribuye a capitalizar la inercia térmica. “El muro acumula calor y se lo cede a la vivienda cuando ésta lo necesita. Es una condición de arquitectura pasiva, es decir, un acondicionamiento pasivo térmico”, precisa.

En el caso de la casa construida en Almafuerte, requirió la inclusión de un encadenado mínimo de hormigón armado ante las exigencias de la normativa municipal.

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“Los revoques están hechos con albuminato de calcio. Lo primero que hicimos en esta obra fue apagar la cal viva y dejarla reposar durante casi seis meses. Luego se la mezcla con las claras de huevo, que es una proteína que usamos como albúmina y que reacciona químicamente con la cal”, manifiesta Gross.

Y agrega: “El albuminato de calcio no es impermeable sino que es hidrorrepelente, es decir, no deja pasar el agua pero sí deja pasar el vapor y que el muro respire”.

Permacultura

Para el diseño de la vivienda se trabajó inicialmente con la familia que allí va a residir, se los incorporó como protagonistas en el armado de los requerimientos.

Casalma. Diseño bioclimático materializado a través de la bioconstrucion. Con un Enclave Permacultural..jpg

Renato, Emilia, Cele y Fran conforman una familia tipo para la cual se pensó un diseño simple en el que la mitad del área cubierta se destina a la actividad más social de la casa y la otra mitad a la zona descanso.

El diseño de “Casalma” también incluyó una distribución sistémica de otros emprendimientos englobados en la permacultura. Así, se destinó una porción importante del terreno a una futura huerta orgánica, otro espacio para la plantación de frutales y hasta un sector para que el día de mañana pueda instalarse un pequeño gallinero del que la familia pueda proveerse sus propias producciones.

“Por el diseño bioclimático que tiene, esta casa prácticamente no va a requerir de un sistema de calefacción, ya que su disposición hace que el sol en verano no ingrese a la vivienda pero permite que en invierno ilumine sus fachadas, a partir del cálculo delos aleros en relación al asoleamiento anual”, afirma el arquitecto.

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La casa se complementa con aberturas de aluminio con doble vidriado hermético y a la vez fue provista de grifería y sanitarios de primera línea. En el área privada, cada dormitorio tiene salida al exterior.

“Es todo un gesto de vincular el interior de la vivienda con el verde exterior del parque y del jardín. El ingreso y egreso a los dormitorios puede ser directamente desde afuera”, señala el profesional.

“En resumen, es una casa de barro que trata de tener como premisa la simpleza de la belleza y que busca retornar a las soluciones sencillas del diseño arquitectónico, pero con las demandas más modernas de confort”, sintetiza el arquitecto Gross.