La ceremonia estuvo presidida por el obispo Adolfo Uriona en la Iglesia Catedral y en la misma estuvo presente el intendente Guillermo de Rivas.
Con muestras de dolor, mucha gente concurrió al templo mayor de la ciudad de Río Cuarto a dar el último adiós al Santo Padre.
En su homilía, el obispo Uriona calificó al Papa Francisco como "un profeta de estos tiempos", el cual como todo profeta "fue rechazado inclusive dentro de la misma Iglesia", pero que él sabía que Dios le pedía ese rol.
"Si hablamos de su legado, el Papa nos dejó tres cosas: el cuidado del Planeta que es nuestra casa, la opción preferencial por los pobres y la paz en el mundo", expresó.
"Él decía que se está viviendo en el mundo una tercera guerra mundial en pedacitos", añadió.
Monseñor Uriona también dijo que le sorprendió la muerte del Papa, aunque ya el Domingo de Pascuas lo notó muy debilitado.
Y en el final, agregó Uriona, "él nos pedía que rezáramos por él y ahora él desde el Cielo reza por nosotros".
De esta forma, la feligresía de Río Cuarto rezó por el eterno descanso del Papa argentino pidiendo que "brille para él la luz que no tiene fin".