Provinciales | científicas | Ciencia | plantas

Científica cordobesa del año: Encuentran en plantas de las sierras componentes para tratamientos contra el cáncer

Cecilia Carpinella, investigadora de la Universidad Católica, recibió el reconocimiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología por su trabajo. Entre otros descubrimientos, halló componentes que inhiben a las proteínas que causan el fracaso de las quimioterapias

El Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba llevó a cabo la premiación a las mujeres científicas destacadas de la provincia. Entre ellas, se reconoció a Emilia Silleta como “joven promesa” de las ciencias y a Miriam Strumía por su trayectoria. En tanto, el premio a la mujer científica del año fue para María Cecilia Carpinella.

En el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia se entregaron estas distinciones para reconocer y visibilizar el trabajo de las investigadoras cordobesas. Para esta edición, se realizó una convocatoria abierta a todo el sistema científico y tecnológico con más de 100 postulaciones, lo que deja en claro el alto nivel cualitativo y cuantitativo de las investigadoras cordobesas.

Carpinella es doctora en Ciencias Químicas, vice-directora del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales y Sustentabilidad de la Universidad Católica de Córdoba e investigadora del Conicet. Por su trabajo logró identificar en una de las especies de salvia nativa recolectada en las sierras de Córdoba, un compuesto con un potente efecto inhibidor de la proteína reconocida como una de las principales causas de fracaso en las quimioterapias.

La investigadora y su equipo se dedican a la obtención y estudio de las propiedades farmacológicas de plantas argentinas, que puedan proponerse como candidatos a drogas. “Sus trabajos aportaron información relevante acerca de recursos pertenecientes a nuestra provincia”, valoraron las autoridades desde el comité evaluador de las distinciones.

“Estos reconocimientos son un gran estímulo para el trabajo que hacemos, porque la ciencia en Argentina, al igual que en todo el mundo, tiene sus altibajos, a veces te va bien y otras mal, sucede que o no te dan el subsidio que necesitas para investigar, o no te publican el trabajo, o no hay gente, o cuando se tiene equipo no te dan dinero”, sostuvo Carpinella en diálogo con Puntal, y agregó: “No es sencillo, no es como en otros países en los que tenes al técnico, al que te hace los trámites, acá es todo a pulmón. Estos premios son un reconocimiento al trabajo que hacemos los científicos argentinos que no es sólo ciencia”.

La científica explicó que si bien cuentan con el apoyo de su universidad, de gestión privada, “tampoco son fondos altos, porque la universidad se financia con el pago de sus alumnos y no es que le sobra el dinero para destinarlo a la ciencia. Yo accedo a los mismos subsidios a los que accede la gente de la Nación, son aportes que son en pesos, por lo que todo cuesta. Aún así, es toda ciencia de altísimo nivel”, dijo.

- Algo que se elogia en países del exterior es la facilidad de los científicos argentinos para resolver diversas complicaciones en el trabajo.

- Cuando uno va a trabajar afuera, el nivel de conocimientos del investigador argentino es muy amplio, no sólo en su tema. Se quedan asombrados de cómo sabemos hacer otras actividades que no son puntualmente de la investigación, eso es lo que nos permite aprender a hacer muchas cosas.

- En los últimos años se ha avanzado en dar visibilidad a las mujeres en las ciencias. ¿Es un espacio en el que resulta difícil el desarrollo para las mujeres?

- Ahora hay un reconocimiento particular hacia las mujeres, pero siempre lo he dicho, en mi caso particular, yo nunca creí que hubiera una diferenciación entre mujer y hombre, o que tuviera más o menos por ser mujer, o que los hombres que estuvieran cerca tuvieran más o menos por su género. Nunca lo noté. Cuando me dijeron que ‘si’ lo hicieron por mis logros y cuando me dijeron que ‘no’ también fue porque no alcanzaba lo que se pedía como le podía pasar a cualquier investigador que estuviera cerca mío. Sí es cierto que la mujer tiene un doble trabajo por ser mamá y tener una familia, lo que le implica un esfuerzo extra y aún así podemos hacer ciencia.

Cecilia tiene 52 años y tres hijos. Cuenta que esta investigación por la que la reconocen tiene un tinte muy cordobés, pues trabajan con plantas que con su equipo recolectan de las sierras de Córdoba. “Buscamos compuestos que puedan ser propuestos como potenciales fármacos. Trabajamos en las primeras etapas del descubrimiento de drogas, que es un camino muy largo, con muchas etapas a seguir y aristas sobre las que trabajar, pero todo comienza con este descubrimiento de la droga, con poder proponer la estructura química que se utilizará como droga per-se o como compuesto líder para obtener otras drogas”, explicó sobre su trabajo, y agregó: “Elegimos estas plantas porque muchos de los medicamentos que los humanos consumimos han sido obtenidos a partir de plantas, ya sea de manera directa o copiando las estructuras químicas de los metabolitos que producen. Esto nos lleva a analizar si nuestras plantas producen metabolitos (sustancia producida durante el metabolismo) pueden tener una determinada actividad farmacológica”.

- En este tipo de investigaciones, ¿influyen los saberes ancestrales sobre los usos terapéuticos de las plantas?

- Nosotros no hacemos lo que se conoce como ‘etnofarmacología’, que es sustentarse en los conocimientos populares de una planta como medicamento y luego, en el laboratorio, comprobar si esa actividad realmente se produce y por qué. Trabajamos con un estudio de evaluación al azar, pero sí nos sucede que a partir de esta instancia con las 160 plantas con las que trabajamos, surge una como antibacteriana y cuando buscamos información damos con conocimientos ancestrales de que se la ha utilizado en algún tipo de infección que involucra bacterias. Indirectamente podemos comprobar ese saber popular acerca de la planta.

- Una vez que tienen la planta, ¿cómo sigue el proceso de su tratamiento?

- Nosotros vamos a las sierras con un botánico que identifica a las plantas, seleccionamos las que usaremos en el trabajo y las llevamos al laboratorio. Allí se produce un extracto, que es como un preparado o una mezcla que obtenemos de la planta, con varios compuestos químicos. Eso entra en evaluación de actividad, que en mi caso particular buscamos compuestos con actividad citotóxica, es decir, actividad tóxica contra células tumorales; antibacterianos, particularmente aquellos que puedan ser efectivos contra bacterias resistentes; inhibidores de algunas encimas que participan en enfermedades o en manchas de la piel; y los que se llaman inhibidores de bombas de resistencia multidrogas, que son proteínas que aparecen en las membranas de la célula del cáncer o en un hongo, y esas proteínas hacen que el medicamento no quede dentro de la célula, sino que lo expulsa y no puede actuar.

Cecilia explica cuál es la incidencia en los tratamientos contra el cáncer, pues con estos compuestos con los que han trabajado, al inhibir la bomba, se permite que el compuesto quede en la célula y controlar la célula tumoral.

- A esa información que obtienen en la investigación, ¿luego la derivan a otra instancia de trabajo?

- Una vez que tenemos la información, de todos los miles de compuestos que tiene el extracto, nos quedamos con uno solo que es el que tiene la actividad. Es decir, se hacen diferentes trabajos de cromatografías de separación y luego se hacen otros estudios para determinar cómo es la estructura química del compuesto con el que nos hemos quedado, como para ubicarse, esos hexágonos que se ven en el colegio, y cuando sabemos su estructura estudiamos cómo actúa el compuesto, a qué dosis, qué característica tiene, cómo logra el efecto. Finalmente, trabajamos con grupos de otras universidades, algunas argentinas y otras del exterior, que sintetizan derivados del compuesto que nosotros encontramos para ver si se encuentran compuestos más potentes. Equipos de la Universidad Nacional de Mar del Plata, por ejemplo, nos hacen un estudio por computadora tomando el lugar en el que el compuesto actúa para hacer un modelado que estudia dónde ingresa, adónde se une y cuánto tiempo está unido, entre otras cosas.

Finalmente, Carpinella explicó que esa información que obtienen luego se publica y queda disponible para la población en general u otros investigadores que puedan tomar los datos para nuevos trabajos.