Río Cuarto | Ciudad de Buenos Aires | Osvaldo Giordano |

"La discusión por los fondos entre CABA y la Nación no afecta al resto de las provincias"

El ministro de Finanzas de la Provincia, Osvaldo Giordano, echó por tierra el planteo de una docena de gobernadores que se sienten afectados por la decisión de la Corte Suprema

El 21 de diciembre se conoció un fallo de la Corte Suprema en la causa por la disputa entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires por los recursos coparticipables. Una discusión surgida del traspaso de la Policía al ámbito del gobierno porteño que incluía la transferencia de los recursos para solventarla. Esa cifra es la que llevó a los dos gobiernos al ámbito judicial ante la falta de coincidencias. Con una cautelar de la Corte, la disputa política se exacerbó y sumó a muchos gobernadores que se plegaron a las duras críticas de la Nación hacia el máximo tribunal argumentando que los recursos extras que iban a CABA faltarían en el resto de las jurisdicciones. Córdoba se mantuvo en silencio y al margen de esa discusión que incluye una movida del oficialismo para iniciarles juicio político a los integrantes de la Corte, un camino que empezará a recorrer en el Congreso.

Sin embargo, el ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano, fue contundente en un diálogo con este diario, en que ese debate entre CABA y la Nación no afecta en lo más mínimo al resto de las jurisdicciones. Lo que ubica esa discusión en un terreno político y no de recursos.

En una extensa entrevista, Giordano habla de cómo ve el 2023, los desafíos económicos y de las cuentas públicas que ya empezaron a tener dificultades por un freno en la actividad económica que se empieza a sentir. Además, por qué cree que esa nueva tendencia afecta más a Córdoba que a otras provincias. Y por último, en medio del debate nacional cree necesario derogar la coparticipación porque no solucionó la falta de desarrollo en las jurisdicciones más postergadas y por el contrario fomentó allí estructuras clientelares sin incentivos para una mejor calidad de vida de la población.

¿Cómo ve desde Córdoba la discusión por los fondos entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires?

Es una discusión estrictamente entre la Ciudad de Buenos Aires y la Nación que no afecta al resto de las provincias.

¿No afecta al resto?

No, para nada. Porque por ahí se pierde de vista el origen de esto que surge de que la Nación se liberó de un gasto que es el gasto de Seguridad y se lo pasó a la Ciudad con el compromiso de transferirle el monto equivalente para que termine siendo neutral. La Ciudad se hacía cargo de la Policía y todos los gastos que eso implicaba y la Nación le giraba los recursos que, en vez de pagar directamente, se los enviaba a CABA. El problema es que nunca se determinó con claridad cuánto era el monto, aunque parezca mentira porque es algo contablemente registrado. No se hizo bien ese cálculo, no fue preciso, no fue transparente y eso naturalmente generó el conflicto. La Ciudad plantea un monto más grande y la Nación expone otro más chico. Y la Corte lo que hizo en realidad no fue un fallo definitivo sino que partió a la mitad esa diferencia, esperando la resolución de fondo.

¿Pero eso no afecta a otras provincias?, porque hay reclamo de varios gobernadores por eso…

No, no afecta a otras jurisdicciones más que a la Nación y a la Ciudad de Buenos Aires. Hay un argumento forzado que habla de que como la Nación va a perder recursos adicionales que fijó la Corte, la Nación va a gastar menos y eso puede influir en alguna provincia. La verdad es que decisiones de esa naturaleza se toman todos los días sobre qué hace la Nación con su plata. Pero para nada involucra a otras provincias.

Giordano7.jpg

En el fondo se recorta el debate por la coparticipación pendiente, ¿es momento de empezar a discutirla?

Absolutamente. Ese sí es un tema central y decisivo. Personalmente creo que la coparticipación es muy negativa desde el punto de vista que centraliza mucho los recursos que después se distribuyen de manera muy arbitraria y generan incentivos muy negativos. Por lo cual creo que es un mecanismo muy malo. De hecho la Argentina vivió mucho tiempo sin coparticipación, porque es relativamente reciente, de la década del ’30 del siglo pasado. Fue una sucesión de parches que crearon un mecanismo que además no hay forma de arreglarlo.

¿Y cuál sería la alternativa?

Creo que en vez de distribuir plata hay que distribuir potestades tributarias y tender a que cada provincia se financie con los recursos que recauda, con los impuestos que le aplica a su población, y eso genere un incentivo mucho mejor desde el punto de vista de las finanzas públicas. El que más gasta deberá explicarle a la gente que tiene que pagar más impuestos para financiar ese gasto. Eso ordenaría el Estado.

¿Qué pasaría con las provincias más pobres?, porque ahí se plantea parte del debate...

Está claro que la coparticipación no las benefició porque lo que vemos es que la Argentina tiene brechas de desarrollo cada vez más grandes. Evidentemente la coparticipación, si bien redistribuye recursos a las zonas más pobres, no logra que esas zonas se desarrollen porque se malgastan y eso termina perjudicando a esas provincias. Se puede pensar en esquemas de apoyo solidario de las zonas más ricas a las más pobres que serían mucho mejor que la coparticipación.

Cuando hacía referencia a los incentivos, ¿esas provincias con este esquema no recibieron incentivos para desarrollarse?

Todo lo contrario. La coparticipación sirvió para desarrollar estructuras clientelares. No es casualidad que esas provincias son por ejemplo las que más empleo público tienen por cantidad de habitantes. Está claro que no es un empleo público que sea usado para mejorar la educación, la seguridad, la infraestructura. Por eso no es una cuestión de opinión, las evidencias muestran que la coparticipación no sirvió para nivelar el desarrollo del país, sino todo lo contrario, amplió brechas. Genera acciones en el sentido contrario a lo que se busca que es el desarrollo de instituciones que favorezcan inversiones, el crecimiento del empleo privado, la mejora en los servicios. Pero generó un Estado clientelar, con empleo público excedente, que además contamina el sistema político.

“El actual esquema de coparticipación generó un Estado clientelar, con empleo público excedente, que además contamina el sistema político” “El actual esquema de coparticipación generó un Estado clientelar, con empleo público excedente, que además contamina el sistema político”

¿Córdoba pone más recursos de los que recibe por coparticipación?

Si uno mira estrictamente los índices de coparticipación, no. Es bastante neutral. Quien claramente es perjudicada es provincia de Buenos Aires. Córdoba y Santa Fe, no. Pero si uno mira globalmente el Estado, sí. Porque por ejemplo, las retenciones no entran en la coparticipación y es un impuesto que paga mucho Córdoba. Lo mismo cuando uno mira dónde gasta más el Estado Nacional, y vemos que gasta muchísimo en Buenos Aires. Vimos por ejemplo en los últimos días lo que destina en subsidios a las distribuidoras eléctricas de allá. Cuando uno suma todo Córdoba es una de las más discriminadas.

Vamos más a la coyuntura, días atrás se conoció un informe de su ministerio que reflejaba un cambio de tendencia en la recaudación, ¿la actividad económica empieza a deteriorarse?

Recaudación de diciembre es muy relevante porque define lo que puede llegar a pasar este año más allá de toda la incertidumbre que uno maneja no solo por lo económico sino también por la incertidumbre política que es enorme. Pero ahí está claro en la recaudación un quiebre a mitad de 2022, más precisamente con el cambio de ministro, cuando el gobierno nacional, y lo explicó muy bien el viceministro Gabriel Rubinstein, dijo que la meta era reducir los riesgos de aceleración inflacionaria -incluso creo que usó la palabra hiperinflación- con una política económica consistente con ese objetivo. Esa estrategia que incluyó suba de tasa de interés, más cuidado de los pocos dólares que hay con muchas restricciones a la importación de insumos y bienes de capital, todo el crédito volcado al financiamiento del Estado, fue una estrategia que en lo inflacionario logró la meta porque no se espiralizó, aunque tampoco bajó. Lo que sí es claro es que también tuvo un efecto negativo sobre la actividad económica que venía recuperándose postpandemia. Eso se empieza a ver en los menores ingresos públicos.

¿Dónde lo notan?

En parte se disimuló con el adelanto de los pagos de Ganancias, pero cuando uno mira Ingresos Brutos, IVA, Impuesto al Cheque, tributos más ligados a la actividad económica, se ve claro el quiebre. Así, diciembre es el primer mes en dos años con recaudación total negativa. Aún con Ganancias tirando para arriba, el resto de los impuestos están por debajo de la inflación.

La recaudación de IVA estuvo algo por debajo del 90% de crecimiento...

El IVA seguro que no le ganó a la inflación, Ingresos Brutos da un poquito menos aún y los impuestos patrimoniales dieron mucho menos porque se actualizaron con la proyección de inflación que había originalmente para 2022 y terminó siendo 3 veces más altas, lo que dejó una caída importante.

¿Cómo afecta las cuentas provinciales en el arranque de este 2023?

El resultado de esto sobre las finanzas públicas es de mucha preocupación porque la tendencia que traíamos hasta mediados de año, y que sólo se disimuló en los últimos meses por el adelanto de Ganancias, que es sólo un adelanto de impuestos y gastamos a cuenta de futuro, es de deterioro de los ingresos y eso va a presionar sobre las finanzas públicas. Hasta acá teníamos una situación en la que los ingresos crecían por encima de la inflación y ahora eso se revirtió. Eso plantea dificultades crecientes y es lo que ya está.

Sumemos la política porque abrimos un año electoral...

Bueno, si a eso le sumamos otros elementos como los que planteás de la incertidumbre política, o los enormes problemas que el Gobierno está teniendo para renovar deuda que trascienda las elecciones, o el panorama en el sector agropecuario que es clave para la generación de divisas y es tremendamente preocupante por la situación de sequía, más otros elementos, obligan a ser muy cuidadoso. Es difícil trazar un escenario optimista, yo no lo veo.

¿El impacto de las medidas del Gobierno sobre la actividad será coyuntural o hay que esperar que el enfriamiento continúe?

El impacto sobre la actividad económica creo que es estructural a la estrategia. Consideran que no se pueden hacer grandes cambios de política económica y entonces optaron por ser mucho más restrictivos desde el punto de vista monetario y por eso el Banco Central absorbe todos los pesos para lo cual paga intereses cada vez más altos; y no van a devaluar porque ahí hay un típico riesgo grande de espiralización inflacionaria. De ahí que hayan decidido controlar al máximo los dólares y hay muchas actividades productivas que se paralizan o se perturban por la falta de dólares. Y esos factores hacen a la esencia de las políticas que viene aplicando el Gobierno y no creo que los cambien. Por lo tanto creo que se priorizó evitar la suba de la inflación por sobre el objetivo de reactivación. Como las dos cosas no las podía lograr se priorizaron precios por sobre actividad económica. Desde el punto de vista de las finanzas de la provincia, la recaudación está muy ligada a la actividad económica, por lo cual va a complicar los ingresos.

Por el perfil de Córdoba y su mayor actividad privada en términos comparativos, la pone en un escenario más complejo que a otras jurisdicciones…

Sí, es así. Córdoba tiene esa característica. Presenta una menor dependencia del Estado y en la medida en que el sector privado está condicionado por estas restricciones, más un sector exportador con tipo de cambio atrasado y retenciones, a una provincia como Córdoba la golpean más que a otras por su perfil más productivo; hay otras que dependen más de la coparticipación y del Estado.

“Hasta acá teníamos una situación en la que los ingresos crecían por encima de la inflación y ahora eso se revirtió. Eso plantea dificultades crecientes”, explicó Osvaldo Giordano. “Hasta acá teníamos una situación en la que los ingresos crecían por encima de la inflación y ahora eso se revirtió. Eso plantea dificultades crecientes”, explicó Osvaldo Giordano.

Para tomar las medidas de fondo, que sorteen la coyuntura, ¿hace falta una nueva gestión con el respaldo reciente de las urnas?

No está escrito en ningún manual eso, pero la lógica indica que sí. Un gobierno ya en su última etapa, que había probado ya varias estrategias -la más importante fue con Guzmán que estuvo la mayor parte del tiempo-, fraccionado internamente porque está claro que hay distintas visiones dentro del propio Gobierno, es un poco lo que explicó Rubinstein: lo que se podía hacer es esto, no mucho más. Uno tiene las expectativas de que el próximo gobierno con más claridad en los objetivos y más herramientas aborde un cambio más profundo. Acá solo se trató de evitar los riesgos de hiperinflación o de aceleración inflacionaria y no mucho más que eso; condicionado por todos estos factores. No creo que Rubinstein no sepa cómo hacerlo, creo que los condicionantes no permitían ir con un plan más ambicioso porque en Argentina son transformaciones muy grandes las que hay que hacer.

Una parte de esas transformaciones fueron las que plantearon en el libro que presentaron junto con Seggiaro y Colina y que un factor central habla de ordenar el Estado como prioridad…

Sí, claro. Si la Argentina quiere salir de esta situación de estancamiento e inflación, que no la inventó este Gobierno, sino que llevamos décadas así, hay que pensar en transformaciones muy profundas. Y una central, decisiva, fundamental, imprescindible es ordenar el Estado. Y volviendo a lo anterior, ¿eso es posible que lo haga un Gobierno con tantas disidencias internas, en su última etapa, con el lastre que arrastra? Por eso se ve un plan mucho más modesto en cuanto a objetivos que es algo no menor de todos modos que es que la inflación no se espiralice; pero no lograr estabilidad y crecimiento.

En ese camino un objetivo es bajar la inflación al 3% en abril, ¿es posible?

Eso lo planteó el ministro Massa, creo que es muy difícil que lo logre. Pero sí puede lograr que no se acelere, que era un riesgo que veíamos a mitad de año cuando llegamos al 7%. Y ahí el tipo de cambio también es una variable importante porque una devaluación en ese contexto aumenta los riesgos de espiralización. Más allá de que reconocen con las medidas del dólar soja que hay un tipo de cambio atrasado, el riesgo inflacionario limita otra opción porque nos meteríamos en un problema aún más grave.

Dólar soja y adelanto de Ganancias es dinero que está hoy pero que faltará mañana…

Sí, es todo cortísimo, pero cortísimo plazo, y mucho que complica el futuro. Sumemos toda esta deuda que se está renovando con tasas cada vez más altas y que conforma una bola cada vez más grande que naturalmente no se puede sostener en el tiempo. Se puede hacer por un plazo acotado, pero nada más. Nadie piensa que esto se pueda sostener indefinidamente y mucho menos que derive en crecimiento y estabilidad.

¿Está saldada la discusión de que la inflación tiene una raíz central en la emisión?

Yo creo que sí. El que aturdió un poco con la idea de que la inflación es un fenómeno multicausal fue Guzmán, lo cual es cierto porque hay muchos factores que determinan la inflación. Pero en el caso específico de la Argentina claramente un déficit fiscal preexistente que arrastramos desde hace más de medio siglo, naturalmente lleva a exceso de deuda o a exceso de emisión y esto último conduce a la inflación. Queda poco margen de duda con respecto a eso.