El próximo miércoles se cumplen ocho años del asesinato de Nadia Griselda Alba en manos de su pareja , que le asestó una andanada de puñaladas que le provocaron la muerte en el patio de su casa de barrio Alberdi. El violento hecho derivó en el primer juicio bajo la figura legal de femicidio en nuestra ciudad.
El crimen de la joven de 29 años en manos de su pareja de 35 años tiene varios puntos coincidentes con el caso de Oriana Giannini, la joven de 20 años, a quien su expareja le truncó su vida el pasado 29 de enero en su casa de barrio Trulalá.
En la madrugada del 16 de febrero de 2014, Alba fue atacada por Darío Tomás Ortega, que la estaba esperando en el patio en la vivienda ubicada en calle Montevideo al 1200. Recibió 18 puñaladas con una cuchilla, siendo el más grave un corte en la zona del cuello, que le provocó la muerte en forma instantánea.
Uno de los testigos clave del homicidio fue José Luis Zamorano, expareja de Alba, quien ese día estaba a cargo de los dos hijos de ambos, en el interior de la casa donde se registró el asesinato.
Ortega fue detenido ese mismo día, con el secuestro del arma blanca utilizada para cometer el atroz crimen.
Alba lo había denunciado unos meses atrás por violencia y por amenazas, ya que tenía miedo porque practicaba artes marciales.
En el caso de Oriana, su expareja Nicolás Agustín Zabala, de 24 años, la estaba esperando en el patio de su casa de pasaje Hermanos Velazco al 1600 y ni bien llegó de trabajar la atacó con una pala y le desfiguró el rostro con una llave saca bujías y cortes en distintas partes del cuerpo con un cuchillo.
En ambos casos, el accionar de los femicidas estaba premeditado, al igual que la saña que utilizaron para cometer el hecho.
Ortega, quien trabajaba como trapito frente a la exsede de tribunales, fue juzgado por la Cámara Segunda del Crimen y con el voto unánime de los jurados populares fue condenado a prisión perpetua. Había llegado al proceso imputado del delito de homicidio calificado por el vínculo.
Los últimos
Además del caso Oriana, en los tribunales de Río Cuarto se están sustanciando otros dos femicidios con suertes dispares: Mónica Ordóñez -sin acusados-, y el de Lara Gigena, de 21 años, quien fue ultimada por su pareja Ariel Torres.
Gigena recibió un impacto de bala en la cabeza por parte del joven de 23 años en medio de una discusión a la salida de una fiesta clandestina en calle Edison al 500. Torres fue arrestado a las horas del crimen y se encuentra detenido en la cárcel local. La causa está a cargo del fiscal Fernando Moine y se espera su elevación a juicio.
Ordóñez, de 35 años, fue asesinada en el interior de una garita abandonada del predio de El Andino, a metros de la pasarela. En una primera instancia fueron detenidos dos personas que vivían en un vagón del ferrocarril, pero a los pocos meses fueron liberados por falta de pruebas. La hermana de Mónica sospecha que el autor del terrible hecho fue el padre de la joven, quien falleció a los pocos meses del homicidio.
En los últimos 18 meses se contabilizan tres femicidios en la ciudad.
En la provincia de Córdoba se reportaron en enero seis femicidios, sin contar con el caso de Luana Ludueña, la joven bombera que se quitó la vida por los efectos de haber sido abusada por el exdirector de Defensa Civil, Diego Concha, y las presiones recibidas para retirar la denuncia.