El juicio se desarrolla sin profundizar sobre posibles autores intelectuales o financiadores detrás del atentado. Hasta el momento, no se ha avanzado en la investigación de vínculos políticos o económicos que puedan haber motivado el ataque. Los tres acusados, Sabag Montiel, Uliarte y Gabriel Carrizo, dueño de un negocio de copos de azúcar, están siendo juzgados por tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego.
Sabag Montiel, quien confesó su intención de matar a Cristina Kirchner al inicio del juicio, es considerado el autor material del atentado. Durante su declaración, aseguró que su exnovia Brenda Uliarte compartía el deseo de que la entonces vicepresidenta muriera. "Yo la quería matar y ella (por Brenda) quería que muera", afirmó ante el Tribunal Oral Federal 6. A su vez, negó haber actuado bajo la influencia de terceros y sostuvo que sus motivaciones eran de índole personal y "comprometidas con el bien social".
Por su parte, Brenda Uliarte ha intentado ser declarada inimputable, aunque un informe reciente del Servicio Penitenciario Federal complicó esta estrategia al señalar que está orientada en tiempo y espacio, sin mostrar tendencias suicidas o depresivas.
Gabriel Carrizo, conocido como el jefe de los "copitos", también está siendo juzgado por su posible participación en el ataque. Aunque ha intentado justificar los mensajes incriminatorios encontrados en su celular alegando que "estaba entonado" y que todo fue en tono de broma.
El juicio, a cargo de los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari, con la fiscal Gabriela Baigún, sigue adelante con audiencias semanales.