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"A Lacase y a Rohrer los cuidaron, en lugar de aprovecharlos"

En el reclamo de más de 200 personas en Tribunales, sobresalió la presencia del hermano de Nora. Remarcó que el vocero de Macarrón trajo US$ 20 mil de una cuenta offshore y no se lo investigó. "Acá hay algo más grande de lo que podemos entender", declaró

Ni los anteojos de sol, ni el barbijo ni la escasa estatura lograron que Juan Dalmasso pasara desapercibido en la explanada de Tribunales.

“Vine como un vecino más”, avisó, parado a metros del enrejado que delimita el Polo Judicial. Ahí, a poca distancia de la sala donde están juzgando el crimen de su hermana, otras 200 personas, en su mayoría mujeres que integran organizaciones sociales, pusieron por primera vez el nombre de Nora Dalmasso a la cabeza de una manifestación pública.

El hombre de campera inflable azul aclaró con voz serena que no se había comunicado antes con ninguna de las agrupaciones. “Vengo a apoyar la movilización, sin banderas políticas, ni partidarias ni de género. Simplemente para decir que la familia Dalmasso pide justicia por Nora”, aclaró.

Se diferenció de su ahijado Facundo Macarrón, quien el martes había desalentado la convocatoria con el argumento de que la marcha buscaba presionar la condena de alguien inocente. “Facundo es una persona adulta que tiene sus propias opiniones y yo tengo las mías”, dijo Dalmasso.

Con su cuñado no tiene contacto desde antes de que se iniciara el juicio. Volvió a verlo en estos mismos Tribunales cuando le tocó declarar. Entonces, Dalmasso no declaró nada que pudiera comprometer a Macarrón y el viudo le retribuyó el gesto alcanzándole un vaso de agua al testigo cada vez que se le secaba la garganta. “Considero que a Marcelo Macarrón se lo está juzgando por un hecho que con las pruebas que yo conozco no se le puede demostrar”, dijo cuando se le preguntó si sostiene la inocencia del acusado.

Agregó que si tuviera alguna prueba en su contra no dudaría en aportarla a la Justicia.

Del juicio no quiso hablar. Pero cuando le mencionaron la declaración de Daniel Lacase, la única a la que Juan Dalmasso asistió como público en los más de tres meses que lleva la audiencia, opinó que tanto el vocero como Miguel Rohrer fueron desaprovechados como testigos.

Dijo que, en lugar de ahondar en lo que pudieran aportar, tanto el fiscal Julio Rivero como la defensa “los cuidaron”.

Dalmasso, que en su declaración ya había dicho que Lacase era la única persona a la que nunca se investigó en esta causa, volvió sobre el punto:

-Al testigo se lo condujo con cuidado, sin ocasionarle ningún contratiempo. Es más, se lo trató mejor que a mí, que varias veces me recordaron que estaba declarando bajo juramento y que no mintiera. A Lacase nunca se lo dijeron, no le preguntaron absolutamente nada.

Dalmasso recordó que ni siquiera lo pusieron en aprietos cuando Lacase admitió haber traído desde Uruguay “20 mil dólares de una cuenta offshore”.

“Ya en ese tiempo solo se podían pasar 10 mil dólares por tierra, pero el pasó 20 mil y llegó con la factura de una camioneta, preparado para justificar ese monto. ¡Pero nadie le pidió explicaciones!”, se sorprendió Dalmasso.

Mientras mujeres de distintas vertientes sumaban pancartas y se preparaban para leer un comunicado conjunto, los micrófonos y grabadores se siguieron apiñando alrededor de Dalmasso.

Dijo que no confía en la Justicia porque durante todo el proceso hubo “oportunidades históricas para haber preguntado o haber hecho cambios sobre la marcha que no se hicieron”.

-¿Para eso no hubiera sido importante un querellante?-, le preguntaron.

-Sí, quizás, sí-, reconoció, aunque en el comienzo de la ronda de preguntas ratificó que hizo bien en retirar a su madre de la querella.

-No me arrepiento, en primer lugar porque yo nunca fui querellante, la única querellante es una anciana de 92 años, postrada en una cama con ACV y con afasia. Si ustedes creen que una persona con esas características puede ser querellante en un juicio, están equivocados.

El hermano de Nora confió que aún hoy Nené Grassi sigue sin saber que en Río Cuarto se está haciendo el juicio por el crimen de su hija.

En el mismo tono confesional, dijo que hizo lo humanamente posible porque se resolviera el crimen de su hermana, “pero acá hay algo más grande de lo que podemos comprender”, agregó.

¿A qué se refería?

Se lo preguntaron y no pudo dar precisiones.

“No sé, porque no lo puedo entender. No puedo entender, por ejemplo, que con todo el aparato de la Justicia puesto al servicio de este juicio el fiscal diga que está solo”.

Equiparó el crimen de su hermana a la explosión de una bomba en el núcleo de su familia y valoró que sus tres hijos pudieran haber seguido adelante y convertirse en profesionales, pese al calvario que vivieron.

“Con eso me doy por hecho, más allá de la autocrítica que pueda hacer por los errores que seguramente cometí”, remarcó.

En la columna del “debe” ubicó la falta de decisión para “haber gritado o clamado justicia” con todas sus fuerzas o “no haber movido cuestiones políticas”.

-Siempre quise estar al margen de eso-, concluyó.

Alejandro Fara. Especial para Puntal