Vientos de Sangre es una obra de Danza Butoh creada, dirigida e interpretada por Eliana Gómez. La fotografía es de Lucas Ortiz y la pieza musical ha sido compuesta por Franz Velvet.
La Danza Butoh es una danza de vanguardia japonesa surgida en un contexto de posguerra en Japón con fuertes influencias de tradiciones orientales como el Teatro Kabuki y el Teatro N, fusionado con corrientes artísticas vanguardistas como el surrealismo y el dadaísmo.
La obra "Vientos de Sangre" intenta caracterizar la multiplicidad de fuerzas que atraviesan a un cuerpo, el tránsito desgarrador por el cual el cuerpo aprehende la expropiación original de su identidad: "Es una voluntad de vacío, una voluntad que crea el vacío en torno a ella, y que se corresponde con aquello a lo que se llama el polvo de la eterna resurrección", A. Artaud.
Cuenta Eliana: “Tengo el honor de llevar esta obra que acabo de estrenar a México, un país que siempre me recibe de forma tan cálida, me hacen sentir como en mi propia casa. Es mi cuarta vez que viajo al país. Anteriormente he ido a participar en festivales de performance y antes de la pandemia hice una gira presentando otras de mis obras en Cancún, Pachuca y León de Guanajuato. En esta oportunidad Carlos Mercado, un amigo productor y fotógrafo, hizo la gestión en dos foros distintos de la ciudad de Pachuca, en el Estado de Hidalgo, donde realizaré dos funciones de Vientos de Sangre. Christo Arias (artista y performer) junto a Proyecto Ayni (organización sin fines de lucro que promueve la difusión de la cultura y el arte) gestionaron el espacio y las acciones pertinentes para que desarrolle una Clase Magistral de Danza Butoh junto a una pieza performática a dos cuerpos junto a Christo Arias y músicos invitados.
Por otra parte, La Compañía de Danza Butoh "Pájaro de nube" junto al Foro Experimental "El Nido" me invitan a desarrollar un laboratorio intensivo y presentaré nuevamente la obra Vientos de Sangre en Guadalajara”.
Sobre lo vivido y lo que vivirá en el país azteca, expresa: “Tengo hermosos amigos en México que he cultivado a partir de mis viajes y de las clases que imparto en los diplomados de estudios que coordino. Cuando surgió la posibilidad de viajar, se abrió esta inmensa red para que fuera posible el compartir. Estoy muy emocionada de sentir que los cupos para los laboratorios que desarrollaré están agotados y que la respuesta de la gente está siendo muy buena.
Serán días de intensa labor, pero de mucha satisfacción, siento que estoy cosechando los frutos de todo el trabajo que vengo haciendo de forma incansable y con tenacidad durante todos estos años”.