La remera ya se instaló definitivamente en la capital santiagueña como opción de vestimenta, incluso por las noches, cuando las temperaturas se ubican en torno a los 20 grados. Por eso no es raro observar que en los bares que rodean a la pintoresca Plaza Libertad, en el corazón de la capital, haya ventiladores en las veredas, especialmente para los que deciden ocupar una mesa al mediodía. Pero los ventiladores no son de pie, están colgados uno tras otro cada cuatro o cinco metros. Están fijos. Para mañana, la máxima aquí está prevista en 33 grados y las aletas seguramente deberán echarse a andar.
En las mesas hay un tema que domina las conversaciones: el debate, los candidatos y la mayor presencia policial en las calles, tanto con móviles como con el helicóptero que cada tanto se escucha en el cielo pasar por encima de la plaza. El Centro de Convenciones donde se hará el debate está cerca, a menos de 10 cuadras, y allí suele aterrizar. "La idea es que sea un debate en el que se puedan incluir exposiciones muy firmes y hasta vehementes, pero que no haya descalificaciones personales o agresiones. Lo importante es que la ciudadanía conozca qué tienen para decirnos los candidatos", afirmó el secretario de actuación de la Cámara Nacional Electoral (CNE), Sebastián Schimmel, en declaraciones radiales.
En el paisaje de Santiago hay también extranjeros, que tal vez se mantengan al margen del revuelo político que desde ayer vive la tranquila ciudad, la más antigua del país. Ramón, un hombre que resiste con su oficio de lustrabotas entre las mesas de los bares, le ofrece a un contingente de estadounidenses que camina por allí su servicio. Después, se sienta sobre su cajón a leer el diario: fue derecho a las páginas ocupadas con la previa del debate presidencial. Está seguro de lo que votó en las Paso y asegura que repetirá el 22 de octubre. Le interesa la política, admite.
En las esquinas de la plaza, las pantallas gigantes pasan la publicidad de uno de los candidatos de manera recurrente. Intercalada con comercios y empresas locales, la cara de uno de los 5 que estará en el Forum gira y gira a modo de loop. Viene el mozo y al ver los micrófonos adivina a qué se dedican sus clientes. “Vienen al debate”, sugiere y completa: “Ya se nota mayor movimiento, por lo menos va a beneficiar en eso”, apuntó. En la mesa de al lado dos hombres discuten sobre las últimas noticias y cruzan opiniones sobre los candidatos y las expectativas electorales. Dicen que no tienen confianza ya en las encuestas, pero imaginan una final “cabeza a cabeza”, en términos “burreros”. No aclararon quiénes serían los protagonistas. Lo que sí aseguraron es que mirarán el debate.