Eduardo Martres nació y creció en la ciudad de Montevideo, Uruguay, y allí alcanzó el título de licenciado en Diseño industrial, lo que se convertiría luego en el primer trampolín de su gran salto por el mundo. Y el primer paso lo dio cerca, más precisamente en Florianópolis, para desarrollar su tesis final en el Laboratorio de Diseño Industrial de esa ciudad brasileña, título que luego lo catapultaría “del otro lado del charco” para alcanzar su Maestría en la Universidad de Essen, Alemania.
“Mientras era estudiante de la Maestría tuve una pasantía en Philips Design, en Francia, y luego hice mi tesis final en la central de Philips en Eindhoven, Holanda”, comenta Martres a Puntal ADC desde la ciudad de Córdoba, en donde esta semana encabezó dos disertaciones convocado por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Con la Maestría en su haber y la pasantía cumplida, el diseñador uruguayo recibió la propuesta de la multinacional Philips para incorporarse a sus filas, lo que lo llevó a instalarse en la ciudad de Groningen, al norte de Holanda, para trabajar en el Departamento de Pequeños Electrodomésticos y Cuidado Personal de la empresa.
Así comenzaba a desandar una carrera laboral que a la fecha acumula 18 años, vinculada a la industria multinacional de electrodomésticos y electrónica de consumo, que también lo llevaría dentro de la misma compañía Philips a la ciudad de Hong Kong.
Con el correr de los años, Martres también fue líder del equipo de diseño de cámaras digitales de la compañía Hewlett-Packard (HP) en la ciudad estadounidense de Fort Collins (Colorado), durante seis años, y luego alcanzó el cargo de Gerente de Diseño Senior en el Centro de Diseño para las Américas de Panasonic, Nueva York.
Eduardo Martres se destacó durante cinco años como Diseñador Industrial Jefe de Changhong Electric, en Chengdu (China), y actualmente es profesor asociado de Diseño Industrial en la Xi’an Jiaotong-Liverpool University, en Suzhou (China). Cabe resaltar que en 2015 fue condecorado con The People’s Republic of China Friendship Award, la máxima distinción otorgada por el gobierno chino a expertos extranjeros.
Vasta experiencia
“He vivido en varios países de distintos continentes. Estuve en Sudamérica, Europa, Asia y Norteamérica, y siempre trabajé para grandes multinacionales que, en general, cuando hacen un producto lo hacen para el mercado global. Es decir, si HP diseña una computadora, ese mismo producto se vende en China y Argentina”, puntualizó.
Consultado respecto de cómo se articula en una empresa multinacional la tarea del diseñador industrial con los responsables de ingeniería y comercialización de cada producto, el profesional uruguayo manifestó que tal vinculación “depende de cada compañía” y diferenció al menos dos modelos de desarrollo de productos diferentes, para los cuáles le tocó desempeñarse.
-¿Cómo se diferencian esos dos modelos de desarrollo?
-Hay distintas compañías y trabajan de manera diferente. En general, desarrollar un buen producto requiere de tres disciplinas: diseño industrial, ingeniería (electrónica y mecánica), y todo lo concerniente al negocio (business). Depende cómo esté organizada la compañía para definir cómo se articula, pero básicamente existen dos modelos de diseño: uno, que puede verse en Europa, China y también en Japón, en donde el centro de diseño está un poco separado de la compañía, como por ejemplo el caso de Philips que tiene su Philips Design con su propio CEO. En ese ambiente se trabaja como en un estudio de diseño grande, porque en nuestro caso éramos más de 400 diseñadores en todo el mundo, de los cuáles 200 estábamos en Holanda. Apenas un par de ingenieros y rara vez personal de marketing o de negocios se encontraba entre nosotros. Trabajábamos para un cliente interno que era Philips, que podía estar en la misma ciudad o en otra parte del mundo. Pero en el otro modelo, tal vez más común en empresas tradicionales de Estados Unidos como era el caso de HP, no había un Design Center separado donde estuvieran todos los diseñadores de la marca sino que cada unidad de negocios, en cada ciudad distinta, tenía su propio equipo de diseño. Por ejemplo, en cámaras digitales, al principio estaba solo yo y después entraron otras dos personas y éramos tres, pero estábamos juntos con ingenieros y personal de negocios. Recuerdo que bromeábamos porque decíamos que por cada diseñador industrial había 50 ingenieros, debido a que estos últimos sumaban 150.
-Y en su experiencia, ¿cuál es el modelo de desarrollo más eficiente?
-Hace poco más de un mes expuse un paper en una conferencia online en India, donde justamente presenté los dos modelos y describí las ventajas y desventajas de cada uno. En síntesis, en un Centro de Diseño Independiente es más fácil lograr la coordinación entre todas las divisiones de productos en cuanto a diseño industrial. Y así, la compañía logra una identidad del producto o un ADN de sus productos con mayor facilidad porque básicamente trabajamos todos juntos y nuestro jefe último, es el jefe de diseño. Con ello se logra que todos los productos de una marca se muestren con sentido de pertenencia a una misma compañía. Pero la desventaja es que hay menos integración con ingeniería y con áreas como marketing y negocios, que están en otro edificio o que quizás se intercambian opiniones una vez por semana. En el otro modelo, más norteamericano, si teníamos una duda sobre marketing alcanzaba con caminar 20 pasos para consultarle al colega que trabaja en las mismas oficinas. Entonces, la ventaja es que la integración con ingeniería y negocios es más fácil, por la cercanía, pero la desventaja puede ser que sea más difícil que todas las divisiones tengan una identidad visual de diseño, porque yo estaba en la ciudad de Fort Collins (Colorado), diseñando una cámara digital y a mis colegas de Houston, que diseñaban una laptop, los veía cada un año y apenas los conocía.
-¿Qué tipo de modelo de desarrollo recomienda?
- En la conferencia yo expuse sobre un tercer modelo de matriz que conjuga los dos modelos y rescata las ventajas de ambos. “The best of both worlds” (lo mejor de los dos mundos) es un sistema de matriz donde se trabaja en un centro de diseño independiente pero también se reporta a cada unidad de negocios. Es un poco más complejo porque en definitiva hay que responder a dos tipos de intereses: por un lado, al del jefe de diseño; y por el otro, a lo que requiere el jefe de negocios (business). En este último campo a veces nos sentimos más perdidos como diseñadores pero creo que es el modelo que mejores resultados da. Pero fundamentalmente soy partidarios de combinar los modelos de desarrollo rescatando las ventajas de cada uno.
Convocado por el profesor Martín Fontana, Martres expuso su experiencia laboral el pasado miércoles en el campus de la Universidad de Córdoba bajo la premisa “Diseño a escala global” y ayer disertó sobre la temática “Del concepto al detalle”, en lo que fue una charla un poco más técnica que la primera, y en lo que constituyó una valiosa posibilidad para los estudiantes de poder conocer en primera persona las distintas realidades que rigen a nivel global.
Javier Borghi