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La segmentación tarifaria sumó más desigualdad entre usuarios del país

Los tres escalones en que se dividieron los costos de las facturas, a partir de la situación socioeconómica de las familias, se aplican sobre bases diferentes. En el interior se sigue pagando hasta cinco veces más que en CABA

Mientras el cronograma de quita de subsidios sigue adelante, aunque demorado en los plazos originales, y muchas familias siguen apareciendo en escalones tarifarios que no corresponden, la política aplicada desde el Ministerio de Economía con el objetivo de bajar el déficit fiscal y así cumplir con los compromisos con el FMI se ejecuta sobre realidades diferentes y en muchos casos provoca resultados distintos. El complejo mundo de las tarifas logró ser un poco más complejo.

En términos generales sigue habiendo una gran desigualdad entre el Amba y el interior. En Capital Federal y el Gran Buenos Aires, los usuarios siguen pagando mucho menos por su consumo eléctrico. Esa diferencia es casi de 4 a 1.

Según un estudio realizado por el Área Fiscal y Política Públicas (Afispop) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), “la segmentación de tarifas le puso aún más complejidad y aumentó la dispersión tarifaria, ya que para los diferentes segmentos de usuarios puede variar el lugar donde encontrar la tarifa más baja”. En resumen, si se ordenaba el costo de la energía tomando todas las jurisdicciones antes de aplicar la segmentación y, ahora, se observa que el listado puede contener cambios de lugares. Así, algunas provincias pueden aparecer más arriba o más abajo según el nivel 1, 2 o 3 de tarifas. No mantienen el mismo orden en todos los segmentos.

En términos generales, si bien el precio de la energía mayorista es igual para todo el país, el costo final para el usuario final no lo es. Esto se explica, sin contar los impuestos, por las diferencias en el Valor Agregado de Distribución (VAD) que cada distribuidora cobra a sus clientes y que es autorizado por los entes reguladores provinciales excepto en el Amba que se encuentra bajo jurisdicción nacional y que desde hace años no se actualiza al mismo ritmo que en el interior. El costo de esa decisión es una multimillonaria deuda de las distribuidoras de Amba con la empresa que administra el mercado mayorista eléctrico (Cammesa). Esa millonaria deuda, que se advierte desde las otras jurisdicciones, podría terminar absorbida por el Estado nacional (subsidio indirecto). Lo cierto es que más allá de eso, Afispop explicó que la tarifa promedio del país para un usuario N 1 (correspondiente a hogares de ingresos altos), con datos disponibles a febrero de 2023, es de $ 5.174 por mes. En este sentido, el valor más bajo por KWh se cobra en Jujuy, mientras que el valor más alto es el que reciben los usuarios de Neuquén. En este segmento, la factura más elevada es 2,3 veces mayor que la más baja.

A su vez, la tarifa promedio del país para un usuario N 3 (hogares de ingresos medios), es de $ 3.406. En este caso, el valor más bajo por KWh se cobra en el Amba (Edesur), mientras que el valor más alto es el que reciben los usuarios de Neuquén. En este segmento, la factura más elevada es casi 5 veces mayor que la más baja.

Por otra parte, la tarifa promedio del país para un usuario N 2 (hogares de bajos ingresos), es de $ 3.106. En este caso, el valor más bajo por KWh se cobra en Formosa, mientras que el valor más alto es para usuarios de Santa Fe. En este segmento, la factura más elevada es 4,1 veces mayor que la más baja.

Entre enero de 2019 y agosto de 2022 la tarifa residencial para un consumo promedio se ha reducido 64%. A partir de entonces, la tarifa media para los usuarios del Nivel 2 (bajos ingresos) y nivel 3 (ingresos medios) continuaron su trayectoria decreciente hasta la actualidad, mientras que la factura final para usuarios N 1 (altos ingresos) aumentó a partir de la implementación de la segmentación de subsidios. Sin embargo, de no mediar aumento en lo que resta del año, se prevé una reducción de la factura en términos reales en los 3 niveles de usuarios residenciales.