El dólar ahorro o dólar solidario -incluye el 30% del impuesto país y el 35% deducible del impuesto a las ganancias y de bienes personales- se ubicaba en $ 230,77.
El turista o tarjeta -minorista más impuesto país y una percepción del 45% deducible de ganancias y bienes personales- cotiza en torno de $ 244,76.
El contado con liquidación (CCL) -operado con el Global 2030- bajaba 0,1% a $ 289,43, con lo cual el spread con el tipo de mayorista está en el 117,8%.
El dólar MEP -también valuado con el Global 2030- subió 0,3% a 283,61 pesos, por lo que la brecha frente al tipo de cambio oficial alcanza el 113,4%.
El dólar paralelo subió un peso, tras bajar el jueves $ 7 y cerrar en $ 291. Entre el martes y miércoles creció $ 16. El lunes tocó los $ 282, mínimos desde el 12 de julio último, cuando finalizó a $ 272.
La brecha entre el dólar informal y el tipo de cambio oficial mayorista se ubica en 119,7%, tras haber trepado a 160% el 22 de julio pasado, su máximo en 40 años.
El blue venía de un retroceso de $ 44 en tres días (entre jueves de la semana pasada y el lunes), desde que se conoció la llegada de Sergio Massa al Gabinete.
La presión sobre el tipo de cambio había comenzado hace casi dos meses tras una liquidación de la deuda en pesos atada al CER, a principios de junio.
Durante agosto, el dólar blue acumula una baja de $ 4, luego de terminar julio en los $ 296.
Sigue la sangría de divisas
El Banco Central (BCRA) cerró la primera semana de agosto vendiendo casi US$ 700 millones de sus famélicas reservas para mantener bajo control el ritmo de devaluación del peso, moneda que no deja de perder competitividad.
La entidad cerró ayer sus intervenciones sobre el mercado con un saldo nuevamente negativo que rondó los US$ 95 millones, en una jornada en la que se negociaron por el segmento de contado 470,8 millones de dólares, el mayor volumen de la semana.
De este modo, si bien resultó la menor venta de la semana, no sólo elevó el consolidado perdido por esta vía de la semana levemente por encima de los US$ 680 millones, suma incluso 5% superior a los US$ 653 millones dilapidados en la primera semana de julio, aunque en ese lapso supuestamente se cerraron más canillas de salida.
En consecuencia, además, hundió su tenencia de reservas netas propias de la entidad hacia la zona de los US$ 1100 millones, monto que ni siquiera ya cubre una semana de importaciones. “Es la peor racha mensual de venta neta de divisas para el BCRA desde septiembre de 2020. La diferencia es que, en aquel mes, el stock de reservas netas era más de cuatro veces el actual”, evaluó Nery Persichini, de GMA Capital.
La sangría se produjo pese a que el jueves, cumpliendo con parte de los anuncios realizados el miércoles, el BCRA dispuso dos medidas: una para impulsar el ingreso de fondos del exterior de modo de prefinanciar exportaciones y otra para habilitar el acceso a cuentas dólar linked (hasta aquí supuestamente permitido sólo a los productores sojeros) a todos los exportadores que anticipen liquidaciones más de 30 días respecto del plazo obligatorio.
Mientras, los activos argentinos subieron con firmeza ayer, aunque bajo un clima de cautela y en un virtual compás de espera.
En este marco, las empresas argentinas que cotizan en Wall Street cerraron con alzas generalizadas, en sintonía con un mayor apetito por el riesgo en mercados emergentes. Encabezaron las subas Grupo Supervielle (+7,7%), Transportadora de Gas del Sur (+6%) e Irsa (+5,2%).
La Bolsa, en alza
En la Bolsa porteña, por su parte, el índice líder S&P Merval subía un 1,2%, a 121.895,27 unidades, en un contexto selectivo de operaciones.
Temen más tensión
"La urgencia de los problemas macroeconómicos de fondo no se disipará en el corto plazo y, si el mercado no corrobora la ejecución de las señales fiscales, la tensión volvería al centro de la escena", estimó Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Obligaciones de pagos por gastos de combustible y energía determinaron que el Banco Central se desprenda esta semana de unos 700 millones de dólares de sus arcas, comentaron operadores. El Gobierno apuesta a una fuerte reducción del gasto en importación de energía en la última parte del año.
En el mercado de deuda, los bonos en dólares rebotaron tras cuatro bajas al hilo y en algunos casos treparon hasta 3,8% (Global 2041).
"Esta novedosa situación de los bonos argentinos acoplándose a un rebote internacional será puesta a prueba en los próximos días, cuando se vayan conociendo las medidas prácticas que tome el nuevo equipo económico y su impacto real en las deterioradas variables fiscales y cambiarias argentinas", dijo Delphos Investment.
Así, el riesgo país medido por el banco JP.Morgan bajaba 1,6% a 2.419 unidades, luego de cuatro subas consecutivas.