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El creador de la “estancia La Guitarra” ve su obra desde el cielo junto a su amada

Falleció Pedro Ureta, el productor de General Levalle que concibió esta obra de arte conformada por 7.000 árboles en homenaje a su mujer, Graciela. El casco de este campo maravilla a quienes la observan desde el aire

El creador de la guitarra de árboles ubicada en la zona rural de General Levalle finalmente podrá ver su obra de arte desde el cielo  y junto a su amada.

Pedro Martín Roberto Ureta, el vecino de la localidad que con más de 7.000 árboles dio forma a una guitarra y asombró al mundo cuando aviadores descubrieron su obra, falleció el miércoles a los 79 años y fue al encuentro de su mujer, Graciela Yraizoz, quien murió en 1977 cuando tenía 25 años. 

Fue ella la destinataria e inspiradora de este trabajo inédito. El casco de la estancia con forma de guitarra era el deseo que alguna vez esta joven mujer le había transmitido a su marido. Y tras su muerte, Pedro no desistió hasta cumplir el sueño. Quería que su amada contemplara la imagen desde el cielo . 

Paradójicamente su creador nunca la pudo observar en toda su dimensión, ya que tenía miedo a  volar. Sólo sabía que su trabajo había sido logrado a través de fotografías que le acercaban aquellos que la divisaban desde el aire.

La estancia La Guitarra está ubicada al norte de General Levalle, a unos 19 kilómetros de esta localidad. Tiene unas 24 hectáreas de superficie, 2.500 metros de largo y 400 de ancho.

Allá por mediados de la década del 90 y cuando el sur cordobés lidiaba con las aguas de las inundaciones, en un vuelo por la zona, Puntal descubrió esa obra de arte que sólo puede ser vista desde las alturas. Se trata de la silueta perfecta de una guitarra realizada con eucaliptos y cipreses. Desde las clavijas, hasta las cuerdas, todo de un verde impecable. 

Tras escudriñar, se descubrió que  fue autoría de Pedro Ureta y que detrás hay una historia de amor:  la de este productor y su joven mujer fallecida, quien en una oportunidad había visto un campo con forma de balde y, como al pasar, le mencionó a su esposo la idea de tener el casco de su campo con forma de guitarra.

Tras la muerte de Graciela, fue el desvelo de Pedro cumplir con este anhelo. Consultó a varios paisajistas, pero los costos y la poca credulidad de estos especialistas en conseguir el cometido animaron al productor a encarar la misión él mismo, con la ayuda de sus empleados.

Fueron varios años de trabajo intensos. Pero finalmente lo logró.

El crecimiento de los árboles y sus frondosas copas verdes fueron definiendo aún más cada detalle: desde las cuerdas, las clavijas y la estrella del centro de la guitarra. Por tierra, es como ir recorriendo un pasadizo de árboles perfectamente alineados.

Quienes tienen la oportunidad de sobrevolar la zona se maravillan cuando descubren esta gran guitarra verde en medio de la llanura.

Hace poco menos de un año Google Earth descubrió la guitarra y  el mundo supo de ella. Para Pedro, era su orgullo y un legado para sus hijos, los que tuvo con su amada mujer y a quienes crió tras la muerte de la mamá.



El legado de Pedro



Pedro falleció este pasado miércoles. Tenía 79 años y dejó una huella imborrable, no sólo material con esta obra, sino también sentimental para sus hijos, que orgullosos compartieron decenas de veces la entrañable historia de sus padres.

Unos años atrás, este productor levallense había comentado su deseo que, una vez que él ya no estuviese, el lugar sea preservado como patrimonio natural provincial. Hoy queda en sus hijos esta responsabilidad.

Pedro Ureta partió de este mundo, pero dejó su sello indeleble. 

Seguramente ahora y desde el cielo junto a su amada esposa Graciela están contemplando la guitarra y tocando algunas canciones, aquellas que compartían en familia.



Patricia Rossia.  Redacción Puntal