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El Gobierno aceleró el recorte a las universidades en los últimos meses

Un trabajo de la Fundación Mediterránea muestra cómo se distribuyeron los efectos de la motosierra en los primeros seis meses del año. Qué rubros comenzaron con fuertes recortes y cómo evolucionaron luego. ¿Son las jubilaciones el foco de la tijera? El caso de las casas de altos estudios, en medio de una semana de protestas por mejores salarios

En la eliminación del abultado déficit fiscal que heredó la gestión de Javier Milei hay una primera conclusión notoria: fue plenamente por recorte de gasto, porque esta vez no hubo recuperación de ingresos, más bien todo lo contrario. Y entre los ítems que mostraron una aceleración del recorte en los últimos meses aparecen las universidades nacionales como factor destacado, en coincidencia con un reclamo que esta semana alcanzó a todas las casas de altos estudios del país con medidas de fuerza tanto de docentes como de no docentes en reclamo de mejores salarios.

Un trabajo de los economistas Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli, integrantes de la Fundación Mediterránea, detalla que el resultado fiscal del mes de junio arrojó un superávit primario del 0,08% del PIB, y un superávit financiero del 0,04%, con un primer semestre que culminó con superávit primario de 1,2% y superávit financiero de 0,4% del PIB. “Esto es consecuencia de una reducción anual del gasto del 35%, dado que los ingresos totales cayeron un 5%, en ambos casos en valores constantes”, indican los economistas.

Al analizar por dónde pasó la tijera de Milei, Capello y Cámpoli explicaron que los mayores ajustes anuales en el gasto del primer semestre se dieron en las transferencias a provincias (-98% las de capital y -74% las corrientes), en la inversión pública (-71%), en los subsidios económicos (-43%) y en las jubilaciones (-27%). En cada uno de esos grandes ítems, hay matices. Por ejemplo, las prestaciones sociales comenzaron en enero y febrero con un recorte real interanual del 30% y terminaron el semestre con uno del 19%. Las jubilaciones y pensiones, que tuvieron un recorte real del 38% a comienzos de año, cerraron el semestre con un merma del 18%. En el sentido contrario podrían mencionarse los subsidios al transporte, que comenzaron a un ritmo del 17%, prácticamente explicado por el recorte de los fondos al interior del país, y terminaron en junio con una merma del 49%. Los otros subsidios económicos, que son los de la energía, empezaron a un ritmo de recorte del 77%, pasaron por marzo y abril con menor intensidad (17% y 13% respectivamente) para finalizar el semestre con una rebaja del 81% real interanual.

“El ajuste del gasto primario fue del 39% anual en enero, para luego desacelerar la caída hasta el mes de abril, cuando la reducción resultó del 24% anual. A partir de mayo el ajuste vuelve a acelerar, y termina el semestre con una caída del 35% en junio”, explicaron.

Ahora bien, ¿en qué tipo de erogaciones se aceleró o desaceleró el ajuste en los últimos meses del primer semestre?

“Los que vienen desacelerando la caída son el gasto en Personal, Jubilaciones y erogaciones de Capital, que caen menos en los últimos 3 meses del semestre, que al inicio del año”, puntualizaron Capello y Cámpoli.

En cambio, aceleraron el ajuste en los últimos dos meses las erogaciones en Otros Gastos de Funcionamiento, Transferencias a Universidades y Subsidios a Energía y Transporte.

“En el caso del mes de junio, con datos de la Administración Nacional, ¿hasta qué punto se aceleró el ajuste en algunas partidas? ¿O se trata de no devengar gastos que se deberían haber devengando? O no se pagaron erogaciones que sí se habían devengado? En el caso de los Subsidios a la Energía, en junio cayeron mucho tanto el gasto devengado (-74%) como el pagado (-71%), lo que genera la percepción que en realidad fue un mes en que no se devengaron erogaciones que se deberían haber devengado. En cambio, en las Transferencias a Universidades se observa que cayeron más las erogaciones pagadas (-96%) que las devengadas (-44%), ampliando la deuda flotante para el mes siguiente”, advirtieron los economistas de la Fundación Mediterránea.

En perspectiva histórica

Por otra parte, el trabajo echa un vistazo hacia otros ejemplos de recorte en el déficit del Estado Nacional, tomando los momentos más destacados. Sin embargo, la gestión actual no se parece en nada a ningún otro. “Considerando los últimos 64 años, la mejora más importante del resultado financiero del sector público nacional (SPN), se dio en el primer semestre de 2024, con un ajuste equivalente a 5,6 puntos del PIB”, detallaron Capello y Cámpoli.

En ese repaso de casos, si sólo se tienen en cuenta las mejoras en el resultado financiero del 1% del PIB o superiores, se trata de 8 casos en 6 décadas y media, encabezados por el mencionado primer semestre de 2024, seguido por el año 1985, cuando con el Plan Austral ocurrió una mejora de 4,6 puntos del PIB en el resultado fiscal; ubicándose luego los ajustes fiscales de los años 2003 (1,8 puntos del PIB), 2002 (1,7), 1977 (1,7), 1967 (1,5), 1984 (1,4) y 1991 (1).

“Adicionalmente, debe remarcarse que lo que hace más notorio el ajuste del primer semestre es que toda la mejora en el resultado financiero se debe adjudicar a una baja del gasto público, cuando en 1985, año en que también se registró una fuerte mejora, todo el aporte lo hizo la suba de los recursos (+6,2% del PIB), por cuanto el gasto subió ese año en 1,6 puntos del PIB”, recordaron los economistas.

En realidad, en los 8 años en que se observaron mejoras importantes en el resultado financiero del SPN entre 1961 a 2024, sólo en 3 ocasiones el ajuste en el gasto aportó más que la suba de los ingresos, siendo el caso más destacado el del primer semestre de 2024. En 2024, el ajuste de 5,4 puntos del PIB en el gasto se explica por la reducción en las erogaciones en transferencias (jubilaciones, subsidios por tarifas, transferencias corrientes a provincias, etc.), por 3,7 puntos del PIB, seguido por menor gasto de capital (1,4), y disminución en el gasto en personal (0,3). “En el año 2002, en que las erogaciones bajaron en 1,6 puntos del PIB, el mayor aporte lo había hecho el menor gasto en intereses (1,5 puntos, seguramente como consecuencia del default de la deuda), la baja en el gasto de capital (0,2) y en personal (0,2)”, concluyeron.