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Largas colas, escuelas alejadas y poco protocolo en una elección atípica

Se esperaba una menor participación por parte de la ciudadanía en unas Paso que no resultaban del todo atractivas, sin embargo, en algunos establecimientos los votantes se amontonaron y no se respetó mucho el distanciamiento social. Molestias por parte de los colectivos LGBT ante el incumplimiento de la Ley de Identidad de Género

Fueron unas elecciones poco comunes, en un contexto en el que el miedo por el coronavirus en lugares con mucha gente sigue estando presente. Las escuelas, que desde hace un año vienen planteando cientos de medidas para que los pequeños respeten el distanciamiento, tuvieron pasillos y patios llenos de vecinos a la par.

El porcentaje de votantes sorprendió a varios que esperaban una participación mucho menor. Ya en las elecciones municipales del año pasado no se había podido alcanzar el 50% del padrón y se creía que la situación se repetiría en estas Paso que siguen sin convencer a la mayoría.

Sin embargo, se habló de números que se acercaron al 70% a nivel nacional, como dijimos, en un contexto poco común. Como una modificación desde las elecciones para intendente, se abrieron más escuelas, con la idea de que no se formaran grandes cúmulos de vecinos, pero la medida no llegó a ser útil en algunas instituciones y por momentos se formaron largas colas.

Ya no hay un horario en el que uno se asegure de que su mesa estará más liberada y que el trámite será rápido. Resulta medio azaroso dar con ese momento y algunas escuelas que a media mañana tenían a decenas de personas esperando por sufragar, por la tarde, el horario que siempre se pensó como más complicado, estaban prácticamente vacías.

En el recorrido por los establecimientos educativos se observó que la organización no dependía de si era pública o privada, céntrica o de la periferia, el espacio común de patios o salones fue clave para que no hubiera amontonamientos y nadie entrara en pánico a la hora de votar.

Por supuesto que quedan de estas elecciones diversas experiencias, como escuelas que amparándose en el “protocolo” no dejaban ingresar a los medios de comunicación a realizar su trabajo. No tuvimos como en Tigre (Buenos Aires) a un vecino que fuera a votar disfrazado de carpincho, ni de otro animal más de la zona, pero no faltó la señora que pasó al cuarto oscuro con su perrito bajo el brazo y a la que nadie le pudo decir nada por temor a la embestida proteccionista.

Algo que se debe destacar, fuera de toda broma y con todo el respeto que se merecen, fue la nueva participación de los miembros de las Fuerzas Armadas que asistieron en las puertas de las escuelas a los votantes y ayudaron a una mayor fluidez de quienes por allí pasaban.

Quizás en otras elecciones su responsabilidad se reducía a intervenir ante algún contratiempo o en el cuidado de las urnas, pero aquí asumieron la tarea de informar para un voto más seguro y veloz.

En lo personal, me ha tocado ser presidente de mesa, por sorteo, en más de 5 oportunidades, incluso en elecciones nacionales para la presidencia.

El secreto, creo yo, para que una mesa no llegue a convertirse en un embudo, se formen largas filas y traiga el descontento general, pasa por el accionar de sus autoridades, que den dinamismo al trámite y que trabajen de manera aunada. En muchos casos, organizaciones y particulares coincidieron en que faltó capacitación para estas elecciones, algo que se espera revertir para las generales.

Maratón de los Dos Años

Para estas elecciones, muchos podrían haber comenzado a entrenarse pensando en la carrera de 10 mil metros que todos los años organiza el club Banda Norte en Año Nuevo. Lo que varios elogiaron en la última contienda electoral, con escuelas a pocas cuadras de los domicilios de los votantes, no se repitió en esta oportunidad y esa medida de agregar más establecimientos lo que hizo fue que algunos tuvieran que desplazarse hasta 10 kilómetros desde donde viven.

Cuando se votó por intendente y Llamosas consiguió la reelección, tuve que caminar 130 metros hasta mi mesa, que en esta oportunidad se convirtieron en 3.400, y teniendo que trasladarme incluso a otro distrito electoral. Pero mi caso fue algo menor en relación con quienes desde la zona del barrio San Pablo cruzaron toda la ciudad hasta el sector de la Rural para poder emitir voto.

Por lo tanto, al miedo de poder contagiarse, al desgano que genera para muchos participar de las Paso, se sumó la fiaca de quienes debían prácticamente viajar por la ciudad para cumplir con su deber cívico.

Tampoco es que todas fueron pálidas ante las urnas. Todas las mesas contaban con alcohol en gel y hasta se promovía el uso de lapicera propia para firmar el acta, de modo que el contacto en el voto fuera prácticamente el mínimo y así evitar contagios.

Del mismo modo, en algunas escuelas, las que contaban con dos entradas, el acceso al establecimiento se hacía por una de las puertas y la salida por otra, pensando también en que la acumulación fuera menor.

Sin identidad de género

Se difundió en los días previos a las Paso un protocolo de atención especial a las personas de la comunidad trans que se acercaran a las urnas para votar.

Desde la Mesa de la Diversidad pedirán más capacitación en género para las próximas elecciones.

Respondiendo a la Ley de Identidad de Género, las autoridades de la mesa en que votaran debían evitar acciones que normalmente generan el alejamiento de las personas trans en espacios públicos y acompañarlas en su votación con los datos del número de DNI en caso de que no tuvieran el cambio hecho en el registro o el padrón aún no lo hubiese incorporado.

No obstante, sucedió en muchos casos en los que se llamó a la persona por el nombre que figuraba en el acta y se la expuso a una incómoda situación. Esto produjo el descontento por parte de organizaciones como la Mesa de la Diversidad, desde donde consideraron que no hubo suficiente formación para las autoridades de mesa antes de las elecciones y que pedirán que para las próximas se capacite tanto a los presidentes como a los fiscales de los partidos que ya se sepa que estarán participando de la contienda.

De este modo, se espera que se respete lo que plantea la Ley de Identidad de Género en su artículo 12 con relación al derecho de un trato digno.

Luis Schlossberg. Redacción Puntal