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Que las elecciones no nos tapen la pandemia del coronavirus

Esta semana estuvo signada por intensas negociaciones en torno de la nueva fecha de los comicios y de la prórroga del mandato del intendente. Es de esperar que el tema del virus no haya pasado a un segundo plano en la agenda de los políticos.

Durante esta semana, los políticos riocuartenses parecen haberse olvidado de la pandemia del coronavirus, que sigue controlada en la ciudad pero que todavía no ha alcanzado su pico. En efecto, por estos días, oficialismo y oposición estuvieron enfrascados en intensas negociaciones que tenían que ver con la nueva fecha de las elecciones municipales y la prórroga del mandato del intendente Juan Manuel Llamosas, dado que su período de gobierno vence el 2 de julio próximo. Fueron jornadas de reuniones y llamados telefónicos para sondear a los dirigentes opositores acerca de cuándo se podían hacer los comicios locales. Cuando éstos se suspendieron a raíz del avance del Covid-19, Llamosas propuso tentativamente la fecha del 27 de septiembre venidero. Esa decisión estaba basada en informes epidemiológicos del Ministerio de Salud de la Provincia que le aconsejaban al intendente hacer las elecciones después del invierno, esto es una vez que se suponía que iba a pasar la enfermedad. Sin embargo, hoy por hoy no se sabe cuándo es la fecha de vencimiento del virus que está haciendo estragos por todo el mundo. De allí la necesidad de consensuar el día para llevar a cabo el proceso electoral momentáneamente interrumpido.

La falta de entendimiento entre el oficialismo y la oposición, sumada a la desconfianza mutua entre los distintos actores políticos, hizo que aparecieran en el horizonte electoral distintas fechas alternativas a la del 27 de septiembre. Entre esas posibilidades, se barajó las del 14 de junio y la del 28 de ese mes como una forma, a la vez, de presionar a las fuerzas opositoras a firmar el acta acuerdo electoral. Hasta trascendió que los operadores políticos del gobierno municipal tiraron también sobre la mesa de negociación el mes de agosto para concretar el acto electoral. Pero, después de muchas idas y venidas, se decidió acordar la primigenia fecha del 27 de septiembre, para lo cual se resolvió extender los mandatos del intendente, concejales y tribunos de cuentas hasta el 8 de octubre. Todo fue a las apuradas e improlijo. El acta acuerdo les llegó a los partidos a la 1 de la madrugada del mismo día en que se hizo la convocatoria para firmarla, a raíz de lo cual hubo candidatos que al final no la suscribieron porque querían hacer correcciones que en definitiva no pudieron plasmar. El gobierno esperaba un acuerdo por unanimidad pero finalmente se redujo a cinco de los ocho postulantes a la intendencia. Lo firmaron Llamosas, Gabriel Abrile, Lucía de Carlos, Pablo Carrizo y Mario Lamberghini. Pero no lo hicieron Eduardo Scoppa, Marcelo Ljubich y Guadalupe Fantin. Scoppa advirtió que el escrito carecía de blindaje jurídico, frente a lo cual podía ser endeble legalmente de cara al futuro. Pero las especulaciones políticas le ganaron terreno a la racionalidad y a la sensatez, en virtud de lo cual no hubo acuerdo final entre las partes. Una lástima.

El acta acuerdo también dice que, si no están dadas las condiciones sanitarias para hacer los comicios el 27 de septiembre, éstos se realizarán el 29 de noviembre y el acto de asunción, el 9 de diciembre, el día después de la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona de Río Cuarto. Y si la pandemia sigue su curso será el propio Concejo Deliberante el que determine la nueva fecha. Pero a todo esto: ¿qué piensa la gente? El microclima político muchas veces le juega en contra a la clase dirigente. Si los políticos creían que los riocuartenses estaban esperando ansiosamente el llamado a elecciones hay que decirles que están totalmente equivocados. En la actualidad, los vecinos de la ciudad tienen otras preocupaciones en su cabeza: no enfermarse de coronavirus y no perder el trabajo. Por eso, la idea de hacer los comicios en junio chocaba de frente con la realidad de quienes la están pasando mal en este contexto de pandemia. Es cierto que había que darle una definición al tema de las elecciones y de la prórroga de mandatos. Pero hacer de eso el centro del universo es no tener sentido común a la hora de resolver problemas de interés público. Más allá de las flexibilizaciones que se autorizaron, la cuarentena sigue vigente hasta el 8 de junio próximo. Es decir que la pandemia del coronavirus aún no terminó, con lo cual no hay que bajar los brazos en torno de las prevenciones sanitarias que se vienen recomendando desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Y en esto los gobernantes tienen gran parte de la responsabilidad. Prever cuándo se van a hacer las elecciones locales y prorrogar los mandatos en ejercicio para evitar un estado de acefalía después del 2 de julio venidero está bien para impedir que la anarquía profundice la crisis sanitaria que vive el país y de la cual no están exentas la provincia ni la ciudad de Río Cuarto. Pero de ahí a convertir el tema eleccionario en lo prioritario en tiempos de pandemia escapa a toda lógica de carácter humano. En suma, parafraseando el dicho popular que dice que el árbol no nos tape el bosque, estamos en condiciones de hacer un llamado a los políticos: que las elecciones municipales no les tapen el coronavirus.