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Alacenas: grandes aliadas de pequeñas cocinas

Habitar un espacio implica destinar distintos usos a los ambientes que lo conforman. Cuando ese lugar es habitado por una familia o un grupo de personas, esos usos se multiplican y con ello la necesidad de contar con espacios de guardado para los elementos que cada actividad personal requiere.

En la mayoría de los casos, los espacios de guardado son insuficientes. “Mientras más lugar hay, más cosas innecesarias se acumulan”, suele escucharse habitualmente. Y por sus dimensiones generales comparadas con el resto de los ambientes de una casa, en un reducto como la cocina la escasez de espacio también se transforma en una constante.

Con la irrupción de la pandemia, comenzamos a modificar hábitos de costumbres y en el inicio de la cuarentena estricta una de las cotidianeidades que se vio alterada fue la frecuencia con la que concurrimos al supermercado a buscar provisiones.

Así, de las dos o tres veces semanales en las que ir al súper se convertía en una salida, pasamos a visitar estos espacios comerciales una o dos veces por mes, en función de las restricciones sanitarias que reinaban por esos días, y en contrapartida, la cantidad de productos que traíamos a nuestra casa se incrementó notablemente, redundando en la necesidad de contar con mayor espacio de almacenamiento. Si bien por fortuna ese período crítico de pandemia ya fue atravesado, algunos hábitos quedaron internalizados y muchas veces sale a la luz cuando no encontramos lugar para terminar de guardar lo que adquirimos en el supermercado.

Algunas consideraciones a tener en cuenta al momento de pensar en el uso de los espacios de una cocina permitirán aprovechar al máximo cada centímetro cuadrado y con la complicidad de las alacenas y de las distintas tecnologías que hoy ofrece el mercado, ganar lugares para el almacenamiento.

Hasta el techo

Cuando el espacio destinado para una cocina es pequeño, una buena estrategia es pensar en que nuestras alacenas superiores lleguen hasta el cielorraso. Esa decisión redundará en la creación de mayor lugar de guardado y si bien es sabido que no todo lo que allí se almacene quedará a la vista y al alcance de la mano, se podrá ubicar los objetos de uso diario en el sector más bajo de la misma y dejar los nichos superiores para el depósito de elementos que se necesitan con menor frecuencia. Así, con la ayuda de una silla o de una mini escalera, accederemos a ellos cuando se los requiera.

Estantes abiertos

Si la cocina es muy chica, otra estrategia de diseño puede encontrar buenos resultados implementando alacenas con estantes abiertos. Ello permitirá que se advierta la pared de fondo, brindando una sensación de mayor liviandad, mientras que las alacenas cerradas se muestran más volumétricas y, por ende, dan la una sensación de pesadez.

Superficies deslizables

Las estanterías deslizables son otra alternativa que nos permiten aprovechar espacios intersticiales para crear lugares de guardado. Por ejemplo, el espacio lateral existente entre la heladera y la pared puede resultar óptimo para instalar este tipo de recurso y ubicar allí frascos de especies y de condimentos. Los últimos desarrollos en tecnología de herrajes han permitido facilitar la creación de este tipo de alternativas, como así también los estantes extraíbles, que brindan una vista completa de sus contenidos y un fácil acceso a ellos. Se comercializan en varios estilos y configuraciones, tamaños y opciones de montaje, con mecanismos fáciles de usar, ligeros y silenciosos.

Despenseros extraíbles: pueden ser implementados en armarios superiores o inferiores y también tienen por finalidad aprovechar al máximo el espacio disponible. Los sistemas extraíbles son flexibles y poseen diferentes tamaños y alturas. Ofrecen desde elementos de extracción con bandejas plásticas, sets de frentes extraíbles, hasta canastos bajo mesada. Favorecen al rápido acceso y una visión integral de los alimentos o productos almacenados.

Aprovechar los rinconeros: los rincones siempre plantean dudas durante el desarrollo de una cocina, ya que tienen gran capacidad de almacenamiento pero accesos difíciles, por lo que muchas veces son mal aprovechados. Sin embargo, los desarrollos en herrajes han permitido incorporar al mercado nuevas tecnologías de uso y ello posibilita alternativas que facilitan el acceso a todos los productos guardados, transformando ese rincón oscuro en un área confortable y funcional.