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Mientras crece la tensión en las calles, Trump pidió más mano dura

El presidente de Estados Unidos acusó a los gobernadores de ser "débiles" y les solicitó más detenciones ante las manifestaciones populares en distintas ciudades, que llegaron incluso a los jardines de la Casa Blanca.

Tras días de protestas masivas por el asesinato de un hombre negro detenido y luego de las imágenes de represión policial y violencia en las calles que tensaron aún más el clima político en Estados Unidos, el presidente Donald Trump acusó ayer a los gobernadores de ser "débiles" y les pidió más detenciones, mientras su antecesor, Barack Obama, apoyó las manifestaciones.

Tras una videoconferencia tensa con los gobernadores, Trump profundizó aún más el clima de confrontación con una amenaza pública desde el jardín de la Casa Blanca.

"Si el estado o la ciudad se niega a tomar las medidas que son necesarias para defender la vida y la propiedad de sus habitantes, entonces desplegaré a los militares y resolveré rápidamente el problema por ellos", dijo.

Pese a que no hubo manifestaciones tan multitudinarias ni represiones tan sangrientas como las del fin de semana, la de ayer fue una jornada de creciente tensión política en Estados Unidos.

La autopsia confirmó que murió

por asfixia

En Minneapolis, la ciudad donde George Floyd murió hace una semana luego que un policía blanco se arrodillara sobre su cuello durante más de ocho minutos mientras otros oficiales miraban, la familia de la víctima presentó los resultados de su propia autopsia que, a contramano de lo que afirmó el informe oficial, concluyó que el hombre de 46 años falleció por "asfixia".

"Si el Departamento de Policía de Minnesota hubiera instituido las reformas que prometió sobre estrangulamientos y formas de restricción, entonces George estaría vivo", denunció uno de los abogados de la familia Floyd, Ben Crump, durante la conferencia de prensa en la que presentó la autopsia de parte.

El asesinato de Floyd, grabado y viralizado en las redes sociales y los medios, desató una ola de protestas masivas contra la sistemática violencia policial contra la comunidad negra, primero en Minneapolis y muy pronto en gran parte del país, con escenas de represión y violencia similares a las de Ferguson, Missouri, tras la muerte de un joven negro de 18 años.

Ya hay miles de detenidos y varios muertos en todo el país.

El gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Waltz, aceptó ayer un pedido de la familia Floyd y desplazó al fiscal del caso, el mismo que tardó días en acusar al policía responsable de la muerte del lunes pasado, Derek Chauvin, quien ayer fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad a la espera de su proceso por homicidio en tercer grado.

El gobernador designó al fiscal general del estado, Keith Ellison, un reconocido activista contra el racismo y la brutalidad policial, que adelantó a la prensa que está analizando "seriamente" acusar también a los tres policías que no hicieron nada mientras Chauvin se arrodillaba sobre el cuello de la víctima.

Pese a que la tensión sigue siendo muy alta, Waltz también anunció que hoy se celebrará el funeral para Floyd.

"Será un evento importante tanto para la ciudad de Minneapolis como para Minnesota y para la nación poder ver el proceso de celebración de una vida que nos fue arrebatada delante nuestro, una oportunidad de mostrar liderazgo", aseguró el gobernador en conferencia de prensa, según la agencia de noticias Europa Press.

"Apoyo a los manifestantes y su mensaje, pero desafortunadamente hay personas que están tratando de distraernos y desacreditar este momento", explicó el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Coumo, poco después de que su fiscal general, Letitia James prometiera por Twitter investigar la actuación policial del fin de semana durantre las protestas. Una posición política similar asumió en Twitter Obama, el expresidente y primer negro en ejercer el Poder Ejecutivo de Estados Unidos.