“Entre los 4 y 12 años, los niños requieren una ingesta adecuada de nutrientes, adonde algunos como calcio, proteínas y la vitamina D -entre otras- son indispensables para un adecuado crecimiento y desarrollo porque fortalecen el sistema óseo, favorecen el desarrollo muscular y apoyan sus funciones cognitivas”, sostuvo Noelia Rodrigues Cambao, especialista en medicina familiar y psiquiatría.
Se estima que en el país, 6 de cada 10 niños en Argentina llevan dietas poco diversas, según halló una investigación que llevó adelante Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación, presentado en 2024, a partir de la 2ª Encuesta Nacional de Nutrición y Salud del Ministerio de Salud de la Nación.
El calcio es esencial para la formación de huesos y dientes, pero en promedio, casi el 70% de la población infantil no cubre la ingesta diaria recomendada de este mineral, lo que puede impactar negativamente en el desarrollo óseo y dental, así como en la salud en general. Como consecuencia podría presentarse retraso en el crecimiento, baja talla para la edad, raquitismo, caries dentales, fatiga y debilidad muscular y a futuro osteoporosis.
“La leche, el yogur y el queso son las principales fuentes de calcio. Los lácteos fermentados, como el yogur, aportan microorganismos beneficiosos, además de calcio, vitamina D y proteínas completas. Gracias a la fermentación, mejoran la absorción de calcio y también favorecen la salud de la microbiota intestinal y sus efectos positivos en la salud integral. También aportan calcio algunos pescados, además de determinados vegetales de hojas verdes como espinaca y brócoli, frutos secos y semillas, como almendras y chía. De todos modos, el calcio de origen vegetal no tiene la misma biodisponibilidad que el calcio lácteo; su absorción y uso por parte del organismo es significativamente menor”, explicó María Soledad Cabreriso, especialista en Nutrición Maternoinfantil, Magister en Ciencia y Tecnología de los Alimentos e integrante de PROFENI.
Por su parte, las proteínas desempeñan un rol fundamental en la formación de tejidos, el crecimiento muscular y el desarrollo del sistema inmunológico. “Las fuentes más recomendadas de proteínas incluyen carnes magras como pollo, vaca o cerdo; pescados; legumbres como lentejas, garbanzos y porotos; huevos y productos lácteos como yogur y quesos”, agregó Cabreriso.
La vitamina D es clave para la absorción del calcio, fortalecer el sistema inmunológico, y el funcionamiento nervioso y muscular2. Se encuentra en alimentos fortificados como la leche y el yogur y en pescados grasos. La exposición solar también es una fuente importante.
Más allá de reconocer la importancia de nutrientes con elevado aporte para la salud, el desafío, muchas veces, es lograr que los más chicos acepten alimentos diferentes, y saludables, alterando la monotonía de dietas que suelen priorizar panificados e hidratos de carbono simples.