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"Haber estado en los Juegos y en Japón fue un sueño"

De regreso en la ciudad, Verónica Blanco nos contó su experiencia

Los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 ya son historia y para Verónica Blanco la experiencia ha sido descomunal, por todo lo que significa un evento de esta naturaleza, en el que tanto lo deportivo como la historia de vida de cada atleta importan de la misma manera.

Para llegar a un evento así primero tenés que ganarle a la vida, a uno mismo, tras tener alguna discapacidad por el motivo que sea.

Vero Blanco no sólo que lo disfrutó sino que también ya renueva sus objetivos pensando en París 2024, próxima cita olímpica.

El mensaje es claro y enriquecedor, cada uno puede tomarlo para sí y jugar con ese ejemplo de superación y vitalidad.

En diálogo con El Deportivo, la única atleta riocuartense en los Juegos nos habla de la experiencia en Tokio.

“Yo pensé que el Parapanamericano de Lima 2019 era lo máximo a lo que uno podía aspirar, pero las cosas lindas van apareciendo, no por casualidad sino porque uno va buscándolas y cuando llegás es hermoso y privilegiado. Haber estado en los Juegos y en Japón fue un sueño”, resalta.

-De la Villa Olímpica y de Tokio en sí, ¿qué te sorprendió?

-Fue una experiencia hermosa, la Villa es un lugar divino, preparada, yo nunca había visto tantos países juntos. Uno lo disfruta pero no al máximo por el tema de protocolos, no te podías juntar con otras personas y sólo comer con los que compartías habitación y no con otras, aunque fueras de la misma delegación. Se disfrutó y aprendí un montón de cosas.

-¿Qué fue lo que más te quedó de ese aprendizaje?

-Particularmente, la experiencia de vida. Esto lo hablaba y pensaba en todo lo que viví y me emocionaba mucho cuando iba al comedor, que era un lugar donde nos juntábamos y la lucha de vida de cada uno, porque no todos tienen la misma discapacidad. Algunos más, otros menos, pero verles las ganas de seguir, jugar, de las personas que los acompañan, eso es muy emocionante, gratificante para mí, es muy lindo y me da a pensar que voy por el buen camino. En cuanto a lo deportivo, nunca jugué con jugadoras orientales, por ejemplo, y la verdad es que estoy muy contenta porque a pesar de las derrotas aprendí un montón de cosas y ahora tengo que ponerme a pensar en los objetivos y planes de entrenamiento.

-¿Notaste rivales que estaban por encima de la media?

-Si hacemos un análisis, es como que yo recién empiezo y las jugadoras ya vienen de hace años. Eso no quita que tenga que seguir entrenando. De las tres que me tocó enfrentar, con dos pude hacer un buen partido, siempre me ganaban ellas porque ya vienen preparadas de hace cuatro años para las Olimpíadas. Hice lo que podía pero no estoy muy lejos del juego que ellas hacen.

-No obstante, estamos a tres años de París 2024, ¿es tu nuevo objetivo?

-Tengo objetivos a corto plazo, a largo plazo. Hay una posibilidad y vamos a tratar de hacer otro plan de entrenamiento, más fuerte para ver si tenemos la posibilidad de ir y estar más preparados.

-En la cuestión técnica, ¿qué pensás que tenés que mejorar?

-Primero que nada, reforzar los días, yo estoy yendo tres veces por semana y tendré que hacerlo de lunes a viernes y enfocarme más en los planes de entrenamiento. Mi entrenadora de la selección me va a mandar otro tipo de plan que necesito y corregir algunos defectos. La estrategia es seguir todos los días.

-¿Qué mensaje podés dejar de esta experiencia?

-Más allá de lo que es el juego, cada uno tiene su meta. No todos tienen la misma discapacidad. Uno se fija en lo que necesita pero hay otras personas que están mucho peor y, sin embargo, la siguen luchando, no bajan los brazos. Esas cosas te ayudan a ver y te dan ganas de seguir y dar el mensaje a otra gente que tiene otra discapacidad para que se animen y hagan deporte porque te abre las puertas del ser independiente y lograr cosas que uno no piensa que puede lograr.