Especial para Puntal
Horacio Lavandera: "Vivo los proyectos que me estimulan a seguir mi intuición"
El extraordinario pianista argentino repasa su brillante carrera y adelanta los conciertos de mañana y el viernes en el gran festival riocuartense.
Reconocido a nivel mundial por su enorme talento, el pianista argentino Horacio Lavandera vendrá por primera vez a Río Cuarto para actuar por partida doble en el festival Otoño Polifónico: mañana a las 21.30hs. en el Anfiteatro del Parque Sarmiento como parte del espectáculo Freude! Freude! Beethoven: el Piano como Orquesta junto al Coro Polifónico Delfino Quirici, el Coro Municipal de Córdoba y los cantantes Laura Rizzo, Alejandra Malvino, Enrique Folger y Christian Peregrino, bajo la dirección de Juan Manuel Brarda y el viernes a las 18hs., en concierto solista en el Teatro Municipal.
Hablamos con Horacio:
-Venís a Río Cuarto por primera vez. ¿Te produce un entusiasmo especial el debut en una ciudad?
-La verdad es que estoy muy emocionado. El festival que se está brindando en Río Cuarto es impresionante, está creciendo, hay mucho entusiasmo por parte de todos los involucrados. Hace meses que estoy hablando con el profesor Fernando Sassatelli en lo que van a ser dos jornadas que espero queden grabadas para siempre en el corazón del público.
-Venís para presentarte en el Otoño Polifónico. ¿Qué sabés del festival, qué te parece la idea de combinar lo sinfónico con lo popular?
-Creo que la idea es muy interesante, siempre que se producen muchas mezclas, la música cobra vida y nada mejor que un festival que ponga de manifiesto la diversidad cultural que hay en Córdoba, que hay en Argentina, que todo el público se sienta representado por una u otra manifestación y también se animen a explorar manifestaciones que quizá no son las habituales.
-Vas a protagonizar dos conciertos, por un lado como parte de Freude! Freude! Beethoven: el piano como orquesta junto a coros y cantantes y, por el otro, un concierto solista. ¿Qué expectativas tenés para ambas presentaciones?
-Son dos propuestas muy distintas. En el caso de Freude! Freude! que significa Alegría! Alegría! será el turno de Beethoven como figura central, donde exploraremos versiones muy novedosas y muy distintas, algunas de las obras más conocidas de Beethoven como el final de la Novena Sinfonía que habla justamente de la alegría, en versiones para dos pianos y coro, sumado a algunos arreglos que ha hecho especialmente para esta ocasión el maestro Juan Manuel Brarda.
Mi concierto solista será de obras, además de Beethoven para seguir un poco con la línea del concierto anterior, con obras que representan a lo mejor de la música alemana del siglo XIX y anteriores, voy a interpretar a Clara Schumann, a Johannes Brahms, a Richard Wagner y un representante del siglo XVIII como Johann Sebastian Bach. Será un concierto como solista muy interesante para mí, justamente vengo de un lugar donde aprecian lo que voy a interpretar que es Villa General Belgrano, yo viajo personalmente mucho a Alemania, de hecho en octubre voy a realizar conciertos allá y la verdad que abordar este repertorio es fantástico y espero que el público lo pueda apreciar muchísimo. Es un repertorio que no se interpreta tanto en conciertos de piano, pero que yo estoy dispuesto a defender porque lo llevo en el corazón.
-Entiendo que en tu concierto solista vas a interpretar la obra TILL para piano y electrónica del Maestro Horacio Vaggione, criado en nuestra ciudad. Contame al respecto…
-Empieza a gestarse mi deseo de interpretar la música de Horacio Vaggione desde hace muchísimo tiempo, cuando yo estaba viviendo en Madrid. Conozco su música desde 2005 si mal no recuerdo, llevando a cabo todo un proyecto de música y ciencia que fue realizado en los años 2012 y 2013, me contacté con él por la posibilidad de tocar su música, pero no se pudo dar en esa oportunidad y es uno de los compositores que más admiro de la historia de la música y de la historia de la escena contemporánea, sin lugar a dudas, tenía tantos deseos de interpretar su música que la verdad que me parece algo soñado poder interpretarla nada menos que en la ciudad donde lo vio crecer que es Río Cuarto. Me interesa muchísimo su trayectoria, todo lo que significa la síntesis granular, estos desarrollos del sonido para mí son imprescindibles como artista de estar en contacto con esta lógica de la música y su arte resuena en toda mi experiencia sensible como artista, yo también soy compositor, por lo tanto él me deja marcado un camino de interrogantes a los cuales me encanta asumir como riesgos, filosóficos, intelectual. El público se va a encontrar con una obra de enormísima complejidad, el modo trabajo de Horacio es minucioso. La emoción va a ser doble: interpretar su música por primera vez y nada menos que en Río Cuarto.
-Te pido unas palabras sobre nuestra querida Laura Rizzo…
-Es un honor gigante participar con la soprano Laura Rizzo, ella tiene una conexión muy especial con el Teatro Colón y con Río Cuarto, así que para mí será una puerta de entrada en la ciudad, estar actuando con alguien tan querida y tan apreciada.
-Con tanta música clásica maravillosa, ¿cómo elegís el repertorio a interpretar?
-En este momento estoy muy vinculado a Alemania y realmente los grandes compositores alemanes significan el grueso de mi repertorio, toda la obra de Bach, Beethoven, Brahms, Wagner y últimamente estoy interpretando a la compositora Clara Schumann. Me encanta esta música y también todas las posibilidades que me abre y me siento muy feliz de estar haciendo conciertos en Argentina para descendientes de alemanes, que han sido impresionantes y eso me anima a ahondar cada vez más en la música de estos grandísimos maestros que tienen en común una base religiosa, católica, tienen en común una búsqueda de lo espiritual, de lo metafísico, y de la complejidad, música que trata de elevar al ser humano, llevarlo por lugares que no son nada fáciles y eso me atrapa de ellos.
-Acabas de presentarte en Córdoba en el inicio del ciclo Música de cámara en el Real: “40 años de Democracia” junto a Lucía Luque. ¿Cuáles fueron las sensaciones vividas en ese concierto?
-Fue impresionante, creo que fue la primera vez en Córdoba que interpreto tanta música de Clara Schumann, esto lo decimos con Lucía Luque casi inmediatamente después de una presentación que hicimos juntos por primera vez en el Teatro Colón. Con Lucía nos conocemos desde que ella tenía 10 años y yo 13, en un concurso en el Teatro Libertador de Córdoba, y desde ese momento nos admiramos mutuamente, yo entendía ya que era una enorme violinista. Desde ese momento quedó pendiente la posibilidad de presentarnos juntos en un escenario y se dio en el Colón el año pasado y quedó abierta la posibilidad de seguir trabajando juntos y fue en este inicio de ciclo que felicito tanto a sus directores, Lucía y Juan Manuel Brarda que están poniendo todo el corazón para llenar de música la ciudad de Córdoba con una iniciativa que es hermosísima, arriesgada, estimulante. El concierto fue inolvidable.
-¿Qué significó para vos tocar en la apertura del último festival de Cosquín?
-Fue un hito en mi carrera. Hice dos piezas a solo, el malambo Cruz del sur de Atahualpa Yupanqui y luego Indiecito dormido que está firmado por Pablo Del Cerro que se sabe era la compañera de Yupanqui. Y la verdad que sentí algo muy mágico, Cosquín es único, la respuesta de la gente a nivel rítmico fue algo inédito. En alguna ocasión dije que interpretar a Yupanqui en Cosquín se siente como interpretar a Beethoven en Bonn, hay una conexión tan grande del público con esa música, lo sienten tan adentro que desde la primera nota parecía que el público estaba conmigo a pesar de ser miles de personas lo sentía a cada uno con su corazón presente para que vaya todo bien. Son de esos días que uno no se olvida nunca y espero volver a Cosquín para volver a encontrarme con un lugar que tiene ese duende, esa magia que obviamente nunca se va a perder, se vive el folclore por todas partes, se vive el arte de un modo único. La verdad, una emoción gigante fue esa participación.
-Sos reconocido a nivel internacional y considerado uno de los referentes del piano argentino a nivel mundial. ¿Eso te crea presión extra o lo tomás como algo natural?
-Yo siempre trabajé muy seriamente, desde que tengo 12 años, me acompañó mucho mi padre en toda mi trayectoria, mi padre falleció en el año 2020, luego de luchar contra un cáncer durante tres años y él me inculcó que tenía que trabajar muy serio, que tenía que hacer trabajo a conciencia, intelectual, sobre las piezas que iba a elegir a interpretar o a componer. Luego fui ganando premios con este modo de trabajar y eso me dio impulso, pero nunca lo tomé como una presión ni como algo natural, simplemente trato de dar lo mejor de mí en cada momento que estoy frente al piano o aun cuando estoy fuera de él y aplicar en la música lo que considero correcto, desde el punto de vista de la humildad para con las obras que vaya a interpretar y a través de esta humildad un estudio profundo para llegar a las bases de las emociones, de lo que quiso transmitir cada compositor. Es un trabajo que obviamente lleva toda la vida y lo tomo como un desafío que además me brinda muchísima cultura.
-Has tocado por todo el mundo. En general ¿qué te dejaron esas experiencias?
-Cada lugar tiene su idiosincrasia. Por ejemplo no es lo mismo tocar en España que tocar en Alemania, o en Francia, Estados Unidos o Japón. Cada lugar se conecta con la música de un modo muy distinto. Y lo mismo Argentina, es muy distinto tocar en Cosquín que en la ciudad de Córdoba. Cada escenario y cada público su impronta y hay que respetarla o a veces asumir riesgos y generar algo de ruptura. Mi experiencia general indica que hay que tratar de conectarse siempre con el lugar en donde uno vaya a tocar, por eso es que esta posibilidad de tocar la música de Horacio en Río Cuarto es una manera de echar raíces que no sería lo mismo si no hiciera esta música.
-Siendo hijo del reconocido y recordado percusionista José María Lavandera. ¿Era inevitable dedicarte a la música? ¿Y cuál es el mejor recuerdo que te dejó tu padre como artista y como persona?
-Para mí era muy natural dedicarme a la música, yo iba con mi padre a todos los ensayos, en todos los conjuntos, con la Orquesta de Tango de Buenos Aires, él también tenía conjuntos de fusión, de pop, y la verdad que disfrutaba muchísimo lo que veía, cómo disfrutaba mi padre, mi padre generaba mucha felicidad a todas las personas que lo rodeaban. Entonces yo quería también ser parte de ese mundo y puedo decir que él me acompañó todo el tiempo hasta que falleció, todos los viajes los hizo conmigo apoyándome, estimulándome. Tengo solo los mejores recuerdos, fue un padre increíble. Y él como artista era extremadamente exigente, meticuloso y todo eso me lo transmitió, lo cual podría haber sido también motivo de mucha presión pero yo recibí eso como parte de mi formación. Y como persona fue increíble, se casó con mi madre siendo muy joven, era una persona llena de amor por su familia, soñaba con tener una familia, la formó, le dio todo lo que pudo, tenía valores muy altos del concepto de familia, mucha ilusión. A mi madre, a mi hermana y a mí, a sus seres queridos, les dio todo. Todavía me resuenan muchísimo sus enseñanzas, sus palabras, su amor y a pesar de no estar físicamente, me acompaña todo el tiempo.
-Por último, con tantos años de trayectoria, ¿cuál es, en general, el balance de lo vivido?
-Nunca me pongo a pensar en balances, en ese sentido vivo muy al día, vivo los proyectos que me interesan, que me estimulan a seguir mi intuición. En eso fue muy importante mi encuentro con el gran compositor alemán Karlheinz Stockhausen, con quien compartí momentos inolvidables y él siempre me dijo “tú tienes una intuición increíble, tu intuición es ilimitada, seguí tu intuición”. Así que siguiendo los concejos de alguien de tanta experiencia en la música, a mí lo que más me atrae de mi trayectoria es eso, poder sorprenderme, poder crear proyectos tan diversos pero a la vez que tienen como tronco común una experiencia musical seria, de mucho trabajo y de mucho estímulo. Así que para mis próximos proyectos espero lo mismo, de ir sorprendiéndome.