La cuarta noche del Otoño Polifónico fue dedicado exclusivamente a la música clásica y quedará grabada por siempre en el público que presenció un hecho histórico en la ciudad: un concierto magistral, único y absolutamente emocionante. Hablamos de Freude! Freude! Beethoven: el piano como orquesta, concierto que brilló de principio a fin en el Club Banda Norte.
Primero, el talentoso pianista argentino Horacio Lavandera junto a la violinista cordobesa Lucía Luque, dieron cátedra en la interpretación de las obras de la compositora alemana Clara Schumann.
Después, no alcanzaban los ojos ni los oídos para disfrutar de la obra Egmont de Beethoven, interpretada en dos pianos en las 8 manos de Lavadera, Irene Amerio, Fabricio Rovasio y Vicente Ronza, acompañados por Luque y Aníbal Borzone. Momento sublime, de maestría profunda, de músicos extraordinarios, de sonidos fabulosos.
En el final, el ensamble y la gran masa coral integrada por el Polifónico Delfino Quirici, el Coro Municipal de Córdoba, la soprano Laura Rizzo y la mezzosoprano Alejandra Malvino, el tenor Enrique Folger y el bajo Christian Peregrino, para regalar el 4° movimiento de la 9° sinfonía coral del compositor alemán. Todo bajo la dirección de Juan Manuel Brarda, para emocionarse, para aplaudir de pie. Todos ellos lucieron la bandera de la música clásica para concretar un concierto histórico.
Antes, la Orquesta Municipal de Cuerdas de Córdoba, interpretó un repertorio clásico compuesto por nuevos compositores, más del siglo XX, quienes se encargaron de renovar el concepto de clásico. Para destacar, las piezas de Waldo de los Ríos.
Todo el día
Las intervenciones artísticas comenzaron por la mañana con lírica en el CGM Banda Norte, y el concierto de guitarra clásica y romántica del destacado instrumentista local Gonzalo Antuña en la UNRC. Al mediodía, Confluencia Barroca llevó su interesante propuesta al Espacio Illia.
A la tarde, en el Teatro Municipal, sonó jazz del bueno de la mano de los cordobeses Luis Lewin Quinteto. El notable pianista y sus destacados músicos, brillaron con obras propias de Lewin como Duende y Salvaje.