Encabezado por el geólogo Adan Tauber, un equipo de profesionales de la Dirección de Patrimonio Cultural dependiente de la Agencia Córdoba Cultura del gobierno provincial relevó ayer los distintos tramos del río Cuarto sobre el sur de la ciudad, donde luego de la crecida histórica registrada en marzo pasado afloraron restos fósiles de la megafauna que habitó hace miles de años esta región.
Acompañados por el guardaparque de la reserva del Chocancharava, Marcelo Aramburu, y por Juan Heredia y Juan Coria, del grupo Los guardianes del Río, los representantes de la Provincia identificaron uno a uno los lugares donde se encuentran semienterrados restos de animales de la era cuaternaria. “Estamos haciendo un reconocimiento del lugar, ubicando las piezas paleontológicas y documentando todo con fotografías para elevar un informe a la presidencia de la Agencia Córdoba Cultura, para que tomen conocimiento de la situación y en función de ello vamos a hacer un plan de trabajo para tratar de recuperar este material y que quede en un sitio donde lo pueda ver la gente, que se pueda investigar y que esté en un lugar accesible para estudiantes y el público en general”, dijo ayer Tauber a Puntal.
Y agregó: “Hemos observado restos de un gliptodóntido, un animal acorazado que tenía un caparazón que cubría su cuerpo. A ese animal le llamamos gliptodos reticulatus, que habitó la región pampeana en la era cuaternaria”.
El geólogo recordó que sobre finales de 2016 también había visitado el mismo sector ante un hallazgo de Heredia y Coria para hacer una evaluación y confirmar finalmente que se trataba de restos fósiles muy interesantes por las características del yacimiento.
“Aquí había lo que llamamos un afloramiento de conglomerados que se depositaron en el antiguo río Chocancharava, cuando ni siquiera tenía nombre. Probablemente esa formación se ha depositado entre los 129 mil y los 100 mil años antes del presente, en lo que conocemos como el último interglacial, bajo un clima más cálido y más húmedo que el actual, y eso produjo la proliferación de sedimentos de origen fluvial. Esa formación alberga restos fósiles que nos indican que las condiciones climáticas eran más cálidas y más húmedas que en la actualidad”, señaló Tauber.
Y puntualizó: “Ahora estamos haciendo una evaluación de este y otros sitios, a nivel regional. Para tener una visión más completa de lo que puede ser este yacimiento. Estas piezas están inéditas, aún no son conocidas por la ciencia, y la idea es poder recuperar esos fósiles y con esto producir nuevo conocimiento y publicar los resultados en medios científicos, como corresponde”.
Un museo para la ciudad y zona
Consultado sobre la importancia de poder contar con un espacio donde las piezas puedan ser preservadas y exhibidas, Tauber consideró que Río Cuarto y la región son dueños de una riqueza relevante no solo en cuanto a recursos paleontológicos, sino naturales, y también cuentan con una población grande que merece un espacio de exhibición, para educación e investigación.
“De todos estos materiales y del estudio del análisis de los sedimentos nosotros sacamos conclusiones que tienen que ver con el clima del pasado, con el ambiente, y cómo todo ello ha evolucionado. Y si bien eso pasó hace mucho tiempo, la ciencia nos permite saber con ello qué puede pasar en el futuro”, consideró.
Por su parte, Aramburu manifestó: “Hoy (por ayer) se dio un paso más del trabajo en equipo, junto con Juan Heredia y Juan Coria, de Los guardianes del Río; con Adan Tauber y su equipo, de Patrimonio Cultural de la Provincia de la Secretaría de Ambiente de Córdoba; con el Centro Cívico y el Municipio de Río Cuarto y con la Mesa del Chocancharava, porque hemos tenido conversaciones con representantes de Cultura de la Provincia en Río Cuarto, quienes junto con el Municipio local mostraron interés en armar un museo de Ciencias Naturales en Río Cuarto, con el apoyo de Adan y en conjunto con la comunidad y las instituciones locales”.
“Creo que para la ciudad es muy importante tener un lugar porque tenemos nuestros alumnos de la Universidad también que lo están pidiendo y notamos interés en las escuelas para conocer la experiencia de los distintos hallazgos”, consideró Heredia. A lo que Coria añadió: “Nos sentimos orgullosos de todo esto porque sin ser especialistas nos topamos con estos tesoros de la prehistoria y eso es algo realmente gratificante que sería muy bueno que pueda ser compartido”.