Por segundo año consecutivo, la Fundación Colsecor llevó adelante la Medición de Calidad de Vida en pueblo y ciudades. La percepción en torno a la felicidad, salud, educación y oferta laboral son algunos de los tópicos que aborda la investigación.
Y entre los resultados que resaltan se encuentra que “quienes viven en localidades pequeñas sienten menos tristeza e insatisfacción laboral y se muestran más conformes con sus ingresos que quienes habitan grandes urbes. Por otro lado, en aspectos como la diversidad de especialidades médicas, a más pequeña la comunidad, mayor es la disconformidad.
Al comparar los datos con la encuesta de 2020, se observa una percepción de deterioro de la calidad de vida.
Este trabajo fue realizado en el mes de julio por la Fundación Colsecor e intervinieron en el diseño e implementación la socióloga Natalia Calcagno y el politólogo Mario Riorda.
La Medición de Calidad de Vida en Pueblos y Ciudades desagrega también los resultados según el tamaño de las comunidades, según sean pequeñas (menos de 10.000 habitantes), medianas (entre 10.000 y 35.000 habitantes), intermedias (entre 35.000 y 100.000 habitantes) y grandes (más de 100.000 habitantes) de nuestro país.
Los cuatro ejes sobre los que se estructuró el trabajo fueron: bienestar personal, satisfacción con la vida en su localidad, el tercero abordó temas variados como la migración, confianza social, el futuro, Estado y mercado, mientras que el cuarto indagó en la participación comunitaria.
Seguridad, servicios y participación
Indagando sobre el tema de la inseguridad, en general se advierte que ésta es mayor que en el 2020, muy alta en grandes ciudades y baja en pequeños pueblos. Por otro lado, la preocupación por el narcotráfico es transversal, aunque levemente menor (pero igual de significativa) en pueblos.
En cuanto a los servicios públicos, se observa una satisfacción promedio sobre el funcionamiento, aunque bastante menor en grandes ciudades. En el caso de Internet, se percibe como “aprobada” indistintamente del tamaño de la localidad.
En relación a la participación, se manifiesta más colaboración comunitaria, intervención en organizaciones deportivas, cooperativas, asociaciones civiles y profesionales en las localidades más pequeñas.
Comparación con 2020
Al cotejar los datos con los del estudio realizado por Fundación Colsecor en el 2020, se observa en primera medida una percepción de deterioro de la calidad de vida.
Este año, el 67% de los encuestados manifiesta una satisfacción total o parcial con respecto a la calidad de vida en su localidad, frente a un 79% del 2020. El descenso es de los más significativos y ya no tiene que ver con el lugar de residencia.
Las mujeres sienten este año más estrés, tristeza, preocupación e intranquilidad. Así, se observa que el 52% de ellas manifiestan estrés (cifra que desciende al 43% en los hombres encuestados), el 31% de expresa tristeza (19% de los hombres asegura sentirla), el 59% manifiesta preocupación (el porcentaje desciende al 47% en los hombres) y el 51% de las mujeres encuestadas siente intranquilidad (43% en los hombres).
Se observa una baja en la participación en instituciones y un aumento en la participación política. La valoración del Estado y el mercado baja de 7 puntos a 6 este año.
La solidaridad se manifiesta como máximo valor, a pesar de estar viviendo un contexto pandémico.