20 horas del miércoles en la esquina de avenida Sabattini y Urquiza, al sur del macrocentro de Río Cuarto, la joven playera le avisa a su compañero, desde la isla de carga del medio, junto a un surtidor, que ya no se podía seguir cargando Diesel Infinia, el premium de la estatal YPF, porque la reserva había descendido al mínimo posible. “Ya no hay más, nos avisaron que dejemos de vender hasta nuevo aviso”, comentó mientras se aprestaba a cargar nafta súper en el tanque de un auto que esperaba su turno. “¿Cuánto tiempo pueden estar sin ese combustible?”, le preguntó el cliente mientras esperaba la carga. “No sabemos, ojalá el camión venga pronto”, contestó la empleada mientras obsevaba cómo corría el medidor del surtidor en la fría noche de otoño.
La situación se reitera a menudo en 14 provincias del país que son las más desabastecidas por ese combustible, entre las que está Córdoba.
Pero además del crecimiento de la demanda, hay problemas del lado de la oferta que están impactando de lleno en la problemática. Por una lado, el país es importador de una parte de su consumo pero este año hay una dificultad debido a que los precios internos de los combustibles están en línea con el precio del barril criollo de petróleo que ronda los 60 dólares. Afuera, ese mismo barril está bien por encima de los 110 dólares. Entonces quien importe deberá ir a pérdida y la fluidez de la llegada de gasoil del exterior se deteriora cada vez más. Pero además hubo un “gol en contra” del Gobierno cuando el año pasado aprobó la ley de biocombustibles, en medio de polémicas. Es que en aquel momento bajó el corte obligatorio de biodiésel en el gasoil del 10% al 5% y eso hizo que se recortara en 700 mil metros cúbicos la oferta disponible. Aún si no hubiera aumentado la demanda, con menos corte se necesitaría más gasoil. Pero como se dijo, a su vez la demanda creció.
A su vez, la industria del biodiésel -que se obtiene a partir de la soja y que está fuertemente radicada en Santa Fe- insistió en que están las condiciones para aumentar la producción porque trabaja con una capacidad ociosa del 60%. Y por eso hubo en las últimas semanas varias entidades, especialmente vinculadas a las cadenas del agro, que reclamaron al Gobierno, y puntualmente a la Secretaría de Energía, que mediante una resolución habilite un incremento del corte para disminuir el faltante y de paso evitar que salgan dólares del país para comprar gasoil en los mercados mundiales. No hubo respuesta.