Lunes 11.- Polémica por el “asesoramiento” de Boudou al gobierno de La Rioja.- La semana que iba a arrancar con tanta alegría por el relajamiento de la cuarentena que supimos conseguir a fuerza de solidaridad y disciplina -salvo por esas diez o quince mil infracciones que se reportan cada día, esas excepciones que confirman la regla- fue oscurecida por esta “fake news”, esta diabólica mentira de la prensa canalla e irresponsable que nada más que porque al gobernador de La Rioja se le escapó el dato de que recibía el “asesoramiento” de Boudou, publicó que Boudou era su “asesor”, algo que como es obvio es completamente distinto. Porque quedó claro que no hubo contratos ni nombramientos, apenas un consejito informal, sin cargo por supuesto, brindado “de onda”. No entendimos muy bien por qué este señor Ricardo Quintela se ofendió tanto porque lo vincularan con el “compañero Amado”, por quien manifestó tener un entrañable “afecto” que viene de la época en que estaba en la Anses, pero nos queda el gusto amargo de que uno de los más emblemáticos mártires del proyecto nac & pop vuelva a quedar pagando por su predisposición a hacer gauchadas: ¿o no terminó preso por pedirle a la Afip que allanara el camino para que la máquina de hacer billetes se la quedara este muchacho Vandenbroele, a quien no conocía, pero igualmente le hizo semejante favor sin el menor beneficio para sí mismo? Ay, Amado, te deberías cuidar más, en este mundo cínico y descreído la gente tiende a malinterpretar los gestos desinteresados de gente noble como vos...

Martes 12.- Juntos por el Cambio decidió que Macri no esté “expuesto en la primera línea de fuego” porque “sería el punching ball” del gobierno.- Aaahhh, por eso era que a Mauricio lo veíamos tan poco. ¿Vieron? Decían que había ingresado en el modo Cristina, según el cual cada vez que aparece pierde imagen pública, pero era porque no quieren que los dirigentes oficialistas sean malos con él. Habrá que seguir extrañando entonces la palabra lúcida, esclarecida y esclarecedora, de quien es sin duda uno de los analistas más filosos y profundos de la realidad que este país ha conocido. Pero bueno, ahora entendemos, hay que preservarlo para que un exceso de exposición pública no horade la estupenda imagen con que dejó el Gobierno en diciembre pasado. Así que en primera línea la tenemos a Patricia Bullrich, que se la banca y con que te mire así medio de costado ya mete miedo a cualquiera que quiera agarrarla de punching ball. Lástima, porque con los pocos aportes que venía mechando Mauricio aquí y allá en estos meses (aquello de “yo les decía a mis funcionarios cuidado, nos vamos a ir a la mierda, y ellos nada”, o la memorable y extraordinariamente oportuna “el populismo es peor que el coronavirus”) nos había dejado con las ganas de seguir escuchándolo. Pero bueno, todo sea por mantenerlo a salvo de golpes y magullones con vistas al regreso triunfal que los argentinos ya estamos palpitando.

Miércoles 13.- El Congreso estrenó por partida doble el sistema de sesiones virtuales.- Otro gran logro de la democracia, obtenido a pesar del discurso destituyente de aquellos que insistían en que si los trabajadores de la sanidad o de la producción y comercialización de alimentos tenían que exponerse al coronavirus, los diputados y los senadores también deberían hacerlo, y reforzaban su ofensiva con epítetos hirientes como “los que frente al coronavirus quieren tener coronita” u otros igual de ingeniosos. Como si la hipotética enfermedad de un médico o de un cajero de supermercado fuera una amenaza para la república tan grave como la que se verificaría si cayera en las garras del diabólico enemigo invisible un representante del pueblo, imagínense las masas desesperadas ahogadas por el llanto ante el riesgo de una pérdida tan irreparable. Felizmente, el histórico desafío se encaró con una solvencia política y técnica a la altura de las circunstancias, los sistemas no se colgaron, los legisladores aprobaron todo lo que se les había indicado que aprobaran y hasta hubo tiempo para un intercambio de alto voltaje ideológico, lingüístico y filosófico cuando la titular de la Cámara Alta le espetó un “Gracias senador” a una senadora tucumana que insistía en llamarla, con machirula impertinencia, “Señora Presidente”. En fin, es recién el comienzo así que no deberíamos abrir juicios apresurados, pero en principio se nos antoja que ninguno de los impertinentes reparos mencionados al principio estaba justificado, porque las sesiones virtuales no van a tener ningún inconveniente en lograr que no extrañemos nada pero nada de nada las sesiones presenciales.

Jueves 14.- La Oficina Anticorrupción dejará de ser querellante en dos causas contra Cristina Kirchner y sus hijos.- Y así como la pandemia no pudo con la vocación de trabajo y el compromiso de las instituciones de la democracia -apenas las frenó por un par de meses hasta que le encontraran la vuelta-, tampoco hace mella en el propósito oficial de alejar al Ejecutivo de cualquier pretensión de influir en la Justicia. Así que nada de aportar pruebas o andar acusando gente. Aunque a algunos no les guste, ¿qué tendrá que hacer la Oficina Anticorrupción en un juicio por supuesta corrupción? Pese a la obviedad de sus motivaciones, el nuevo jefe de lo que de aquí en más se dedicará a la prevención y no a ser ortiva, Félix Crous, se tomó el trabajo de explicar el porqué de su decisión. La Oficina nunca debió ser querellante porque está para otra cosa, porque no tiene recursos, porque la función la pueden cumplir otros y porque en las causas Hotesur y Los Sauces no hay patrimonio público involucrado. Esta última nos impresiona especialmente, porque revela cómo puede una mente jurídica privilegiada alcanzar alturas vedadas a los mortales del montón: en efecto, el dinero que Lázaro Báez y Cristóbal López le pasaban a la familia Kirchner en concepto de alquileres de hoteles y departamentos y oficinas que no ocupaban seguramente provenía de sus propios bolsillos y no tenía nada que ver con los contratos de obra pública, de bingos y casinos, de esto y aquello, que estos dos emblemáticos empresarios del proyecto nac & pop firmaban con el Estado sin que quien entonces era jefa del Estado influyera en absoluto, porque ella no se ocupaba de esas minucias sino de la alta política. Esa dentro de la cual, según su memorable frase, “todo tiene que ver con todo”. Al contrario de lo que ocurría con sus negocios privados, en los que “nada tiene que ver con nada”. Por lo pronto, nada que ver con la corrupción ni con la Oficina que Félix sabrá cómo hacer andar bien derechita.

Viernes 15.- “El Covid-19 y el ambiente es algo que está absolutamente relacionado”.- Con elegante prosa, el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, nos sorprende con una deducción precisa y reveladora, esperable sin embargo en un Gobierno que tanto se jacta -y con razón- de escuchar a la gente que sabe de lo que habla. Aunque esa frase pronunciada con tanta soltura y convicción ante los senadores de la Nación, que se habrán quedado en una pieza como nosotros (en cualquier momento nos dice que también “es algo absolutamente relacionado con la salud” y... ¡nos caemos de culo!), nos hace evocar con nostalgia a su ilustre antecesor, el rabino Bergman, por lo incisivo de sus deducciones y por su capacidad de hilvanar análisis complejos que alguien menos despierto pasaría por alto. No, si desde que Carlos Saúl la nombró a María Julia que venimos notando lo mucho que les importa a nuestros gobiernos el ambiente.