Carlos Gutiérrez, diputado nacional y uno de los principales operadores del schiarettismo, reclamó que la Justicia Electoral se haga cargo de las fallas del escrutinio provisorio que se produjeron en la elección del domingo y que tome medidas para hacer las correcciones necesarias.
Con respecto al ajustado resultado que obtuvo Martín Llaryora sobre Luis Juez, indicó que hay que desdramatizar la situación y que para el intendente cordobés era un desafío ser candidato después de los 24 años de JuanSchiaretti y José Manuel de la Sota.“Ysuperó ese desafío con creces”, manifestó el diputado.
-¿Como interpreta la elección del domingo, que generó un mapa de poder distinto, con la Legislatura y el Tribunal de Cuentas en manos de la oposición?
- Lo interpreto sin tanto dramatismo como el que veo en algunos medios capitalinos de la mano de un Luis Juez que, como loco malo, se refugia otra vez y lo único que le falta es encadenarse y reclamar por lo que a todas luces es un triunfo de Llaryora. Que Luis Juez haya hecho una buena elección en Córdoba no significa que no esté absolutamente claro el resultado. Parece mentira tener que ratificar que el ganador sin ninguna duda es Llaryora. En ese punto no puede caber ningún tipo de duda, más allá de todos los avatares, de los cuales nosotros somos los principales críticos. Lo dijo el propio Martín Llaryora:los principales perjudicados, a sabiendas de que la elección estaba ganada, éramos nosotros. Dicho sea de paso, así como es muy malo y hemos sido muy críticos siempre del hecho de inmiscuirse la política en un poder diferente como es el Judicial, también es hora de que la Justicia lave sus propias culpas y no le eche la culpa a la política de lo que sucedió en la elección en términos del escrutinio. No puede responsabilizar a la política de la mala elección de una empresa que, lamentablemente, no estuvo a la altura de las circunstancias. Ahora deberá tomar las medidas para hacer los correctivos necesarios toda vez que la Boleta Única ha demostrado, más allá de que todo es perfeccionable, ser un instrumento de avanzada. Habríamos podido tener a más tardar a las 9 de la noche el escrutinio absolutamente resuelto; en cambio, tuvimos lo que resultó un balde de agua fría. Pero a pesar de eso lo concreto es que tenemos un nuevo gobernador, que es Martín Llaryora, y celebramos eso. Eso no quita que ponderamos convenientemente los buenos resultados que ha tenido la oposición.
- ¿Por qué cree que fue tan justa la diferencia y a qué adjudica que Hacemos Unidos haya perdido territorios que antes ganaba, como por ejemplo el sur provincial?
-Que haya sido tan justa la diferencia también tiene que ver con que el desafío, según todo el mundo lo planteaba, era como que nos daban absolutamente fuera de la cancha ya después de 24 años de gestión. Precisamente, el desafío era mayúsculo porque el propio candidato lo ha dicho muchas veces: el desafío de esta nueva generación estaba primero en superar la ausencia de José Manuel de la Sota y de Schiaretti como candidato y lo superó realmente con creces en medio de un momento que está teñido por la bronca y el malestar que vive el cordobés en el marco de una Argentina que está en crisis. Que haya sido ajustado el resultado tiene que ver con lo que significaba superar esa ausencia de De la Sota y Schiaretti. Y ese, de alguna manera, fue el mismo desafío que tuvo que enfrentar Schiaretti en 2007 cuando ganó por 17 mil votos. Recordemos que en ese entonces fue cuestionado por el mismo personaje al que ahora sólo le falta atarse a una Iglesia para reclamar lo que no es suyo. Hoy le va a tocar a Llaryora lo mismo que le tocó a Schiaretti. En aquella oportunidad Schiaretti mostró con la gestión los quilates que tenía y luego ganó por el porcentaje más alto de la historia de la democracia en Córdoba. Lo mismo tendrá que hacer Martín Llaryora a través de su gestión. Lo cierto es que lógicamente iba a ser una elección mucho más ajustada.